NARRACIÓN DE IVÁN:
Me bajé del auto a zancadas corriendo torpemente hacia la entrada del hospital con Rebecca detrás de mí, grité el nombre de mi novia a todo pulmón causando que todas las miradas de los presentes se posaran en mí; en otro momento me habría avergonzado pero ahora sólo me importaba saber el bienestar de la mujer que amaba. Llegué a la recepción y con la misma angustia en mi voz pregunté por ella, la recepcionista trató de tranquilizarme con una sonrisa inútil para después informarme que Paola Luna Garza se encontraba fuera de cualquier peligro y que en estos momentos estaba saliendo de una simple consulta en el tercer piso.
Suspiré aliviado.
Ya con el alma de nuevo dentro del cuerpo comencé a caminar más tranquilo junto a mi prima hacia los elevadores. En cuestión de poco más de un minuto estábamos parados en la sala de espera de los consultorios entre los cuales se encontraba ella, miré a mi alrededor en busca de alguna imagen familiar hasta que sin verlo venir aquel hombre alto, de tez blanca, cabello oscuro y barba de candado apareció a pocos metros de mí. Sus ojos se encontraron con los míos haciendo que se abrieran al tope dejando caer la quijada, y como si hubiera visto al mismísimo demonio su piel palideció al grado de parecerse a la cera. No sabía si su reacción se debía a la sorpresa que le causaba mi presencia o como todos, el horror que le causaba mi imagen corporal. Podía apostar que era una mezcla de estas dos.
- Allí está él – musité.
- ¿Él? – preguntó Rebecca mirando sigilosamente al hombre de camiseta blanca que me miraba perplejo – ¿Es Ricardo?
- Sí – me aclaré la garganta – Debí imaginar que estaría aquí.
- ¿Quieres que nos vayamos?
- ¿Irnos? – troné la boca – ¿Por qué? Creo que tenemos muchas cosas que hablar.
Caminé directo hacia él sin apartarle la vista, mi prima parecía indecisa en seguirme pero en cuanto estuve frente a frente con él se acercó de prisa hasta quedar a mi costado, me tomó del brazo y pude sentir que su mano temblaba de miedo ¿A caso creía que me haría mal el estar frente a mi rival? Que tontería, yo nunca fui rival de él, quisiera aceptarlo o no Ricardo no tenía competencia en cuanto a Paola se tratara.
- Iván – titubeó – ¿Qué haces por aquí?
- Lo mismo que tú – respondí – vine a ver como está Paola – noté que veía confuso a la mujer que estaba a mi lado – Ah ella es Rebecca, mi prima que fue la psicóloga de Paola.
- Hola – se limitó a saludar ella mientras Ricardo respondía con una sonrisa mal hecha.
- ¿Y qué le pasó a Pao? – pregunté – ¿Por qué está aquí?
- Le dio vómito y se desmayó de nuevo – suspiró – no era la primera vez que le pasaba así que quise traerla para saber si algo andaba mal con ella.
- ¿Y luego?
- Pues le hicieron unos análisis clínicos para detectar si había algún desorden alimenticio u otra enfermedad – me respondió – Y bueno, a penas están por entregarme los resultados.
- ¿Ahora mismo? – cuestionó Rebecca.
- Sí, pagué un costo extra para que me los entregaran de urgencia – se encogió de hombros – no me gusta estar esperando resultados y menos si son tan importantes como su salud.
- Sí estuvo bien, gracias por traerla – Rebecca me miró sorprendida, incluso Ricardo parecía incrédulo ante mis palabras – De verdad te lo agradezco mucho.
- No hay por qué – tomó aire – pienso que todo esto es debido al estrés y la presión, hoy en la tarde pasamos por una situación bastante incómoda y bueno yo pienso que por eso se sintió mal.
- ¿Qué ocurrió? – pregunté intrigado.
- Mariana se enteró de toda la verdad - levanté las cejas dejando oír un pequeño grito ahogado – Paola y ella discutieron muy feo y... bueno, después de eso comenzó con las nauseas y el desmayo.
- ¿Y Mariana está bien?
- No lo sé – se encogió de hombros – Salió corriendo del departamento y no supe más de ella.
- ¿Iván? – escuché un par de voces detrás de mí y al girarme para ver el origen aquellos rostros que tan bien conocía se vieron opacados de nuevo por aquella expresión de terror que todos hacían al verme, me sentía un asco.
- Hijo ¿Qué te pasó? – la señora Noelia se acercó a acariciar mi rostro.
- Buenas noches – saludé evitando su pregunta.
- Buenas noches – contestaron Arturo, Noelia y mi prima a la vez.
- ¿Por qué no nos avisaste que llegarías hoy para ir por ti? – preguntó Arturo.
- No quería darles molestias.
- No seas tonto – me palmeó el hombro y algo tan simple me hizo tambalear en el piso – Ups lo siento – me tomó del brazo – ¿Cómo van las terapias?
- ¿Terapias de qué? – exclamó la señora Noelia que hasta ahora no sabía nada sobre mi enfermedad.
- Son de...
- Familiares de la Señorita. Paola Luna – todos giramos hacia el hombre de bata blanca que se nos había acercado.
- Sí, somos nosotros – respondió Ricardo quién estaba más cerca del doctor.
- Bien, pues ya tengo listo el resultado de sus análisis – todos lo miramos ansiosos – Y bien, no tienen nada de que preocuparse, sino todo lo contrario.
- ¿Todo lo contrario? – repitió Arturo frunciendo el ceño.
- Así es – se aclaró la garganta – señor Ricardo – palmeó el brazo del aludido – su mujer está embarazada, ambos van a ser papás.
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Mi destino a tu lado - Pxndx fic
FanfictionCuando Paola y Ricardo se conocieron en aquel verano de su infancia, jamás imaginaron lo que el destino les tendría preparado para entrelazar la vida de ambos en un mismo camino hasta el final de sus días. La relación que desde la adolescencia comen...