¡POTTERRRRR! (James Sirius Potter)

16- quizás ocultaba mis sentimientos

16- quizás ocultaba mis sentimientos

Cassie y Cornelia estaban en la habitación terminando de arreglarse, Cassie llevaba un vestido verde oscuro con pequeñas flores bordos bordadas sobre la encantadora tela y unos labios rojos que hacían su outflit más elegante por otro lado estaba Cornelia que llevaba un vestido amarrillo pastel con un cinturón de flores y dos trenzas cosidas.

Eran exactamente dos polos opuestos, pero eso las hacia aún más amigas.

Ambas bajaron hacia la sala común de Cassie y james. Ahí la esperaban sus citas, Lorcan y sam, un chico de hufflepuff quien había puesto su mirada en Cornelia.

Lorcan llevaba un traje totalmente elegante puesto y su pelo, el cual ahora solo tenía negras las puntas, al natural. Ella sonrió al verlo y se acercó para darle un pequeño beso.

Los cuatro empezaron a caminar hacia el salón del profesor, Cassie iba delante de los chicos junto a su amiga. Ambas hablaban sobre que harían en sus vacaciones, Cornelia no pasaría esta vez vacaciones con ellos, sino que se iría a marruecos para visitar a su hermano mayor.

Cassie por su lado se iría a la mansión malfoy junto a su padre y seguramente sus abuelos la visitarían algún día.

Cuando entraron al salón estaba todo decorado con colores dorados había un sector con algunas mesas y otro donde Slughorn se encontraba sacándose fotos con los invitados.

Los cuatro fueron a sentarse a una mesa donde el mayor de los Potter se encontraba sentado. James estaba más desarreglado, tenía el primer botón de su camisa desabrochado y su pelo para cualquier lado y aun así se veía como una obra de arte.

Lorcan hablaba con james sobre las plantas que había en su habitación, le contaba que los chicos se quejaban por que donde antes estaban sus cosas ahora había una especie de invernadero y era debido a que Lorcan estaba estudiándolas para ver si encontraba distintas funciones que mejoraran la vida de los animales.

James lo miraba a su amigo como si estuviera loco, pero Cassie quien seguía la conversación de ambos sabía que a james le dolía aun así ella miraba el cómo su novio hablaba, porque era increíble verlo hablar sobre algo que amaba tanto.

Lorcan le sonrió a su novia y le dio un pequeño beso haciendo que ella sonriera el doble.

- ¿Qué loco no? - dijo james- pensar que alguna vez dijiste que nunca podrías salir con malfoy, pero aquí estas.

Toda la mesa quedo en silencio, hasta Scorpius y albus quienes recién habían llegado no podían negar la tensión que había.

Cassie miro a Lorcan.

- ¿Cuándo?

- ¿importa? - pregunto Lorcan, su corazón latía como si se estuviera por morir. En ese momento estaba odiando a james.

-si- sabía que él no iba a responder así que giro su cabeza hacia james- ¿Cuándo?

James miro a su amigo y se disculpó con este con la mirada.

-principios de año

No hacía falta que Cassie mirara a Lorcan para que este supiera lo mucho que le dolía. Ella se levantó de la silla y antes de que alguien hiciera algo, pero especialmente para Lorcan, dijo que quería estar sola.

Pero ahí en ese momento, cuando ella desapareció de su vista fue cuando Lorcan juraba ser capaz de matar a su amigo si él no le decía de que venía todo eso.

- ¿Por qué hiciste eso?

-pensé que lo ella lo sabía- james seguí tranquilo, no tenía miedo, sabía que Lorcan se enojaría, pero luego lo perdonaría porque él era un caso perdido.

Pero en vez de eso Lorcan se levantó y se fue y james solo siguió como si nada pasara.

Cuando la fiesta termino james se fue tranquilo hacia su habitación, los pasillos estaban tan calmados y la noche era brillante y más desde que había logrado su cometido, una gran sonrisa se le dibujo en los labios en tan solo pensarlo.

Se fue a su cama y durmió hasta que ya mas tarde escucho un ruido en la sala común.

Bajo las escaleras con cuidado.

Se sorprendió al ver que era Cassie, estaba frente a la chimenea la cual tenía un fuego crepitante, no se movía solo la veía como si fuera mágica o como si esperara que de ella saliera un unicornio.

Se sentó junto a ella, vio pequeñas lágrimas en sus mejillas y sus ojos ahogados.

-si no fuera una malfoy ¿me tratarías bien? – no se giró a verlo.

- no lo creo- dijo el mirándola- te molestaría hasta que te dieras cuenta que estas destinada a estar conmigo

Cassie quedo tiesa.

-tú me odias, soy una malfoy, una slytherin. No puedes pensar que voy a creerme eso- dijo aun sin verlo- sé que odian a los malfoy, todo el mundo mágico nos odia más o menos pero no pensé que mi apellido imposibilitaba a los demás a que salieran conmigo o que me quisieran.

-tienes razón- dijo james- eres una malfoy, te he odiado por eso, fui extremadamente malo contigo, no podía creer que una malfoy se saliera con la suya y que un colegio entero la amara. Pero todos sabían que tenía algo contigo- Cassie ni hablo- no puedes odiar tanto a alguien sin saber que ocultas algo.

Cassie siguió sin contestarle.

-realmente te odie, es decir era obvio, te insulte y te hice pasar momentos horribles, pero a veces me pongo a pensar y quizás eso no fue porque te odiara sino porque realmente te quería y no me di cuenta hasta que saliste con Lorcan. Hice una apuesta, salir contigo es la apuesta, pero desde hace un mes no dejo de pensar en que si realmente no estuve ocultando mis sentimientos por ti. Eres increíble Cassie, todo se te da bien, pero también eres buena y graciosa y bonita y si alguien necesita hablar lo escuchas y sin duda sabes que no puedes bajar la guardia conmigo. No quiero que esto sea una apuesta, quiero que me elijas por quien soy y algún día voy a lograrlo ¿me dejarías probarte que puedo ser el chico de tus sueños?

James espero una respuesta, pero no llego por lo que se giró hacia donde estaba Cassie y se dio que estaba recostada en el piso dormida. Había estado tan metido en sus pensamientos que no se había dado cuenta.

Él la alzo y empezó a encaminarse hacia su habitación, en esta la dejo sobre la cama y la dejo dormir allí mientras que el sacaba un poco de ropa que le había quedado en el sillón y se acostaba en él, dejándole su espacio a Cassie.

Pensó que el que ella se durmiera cuando él le conto de la apuesta era una señal de que ella no debía de enterarse, al menos no ahora, no cuando podía perderla.