Epílogo.

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Si alguna vez me preguntaran como veo el amor, definitivamente no describiría algo simple y normal. Diría que el amor es algo multifacético, diferente.

El amor es algo que cualquier persona puede sentir, o bueno la mayoría de las personas podemos sentirlos. Estoy segura que alguna vez en la vida has sentido amor, a tus hijos, a tus padres, a tus hermanos, a tu pareja; incluso a una mascota que hayas tenido o tienes.

El amor es algo que cualquier persona puede sentir pero no todos están listos para hacer lo que sea para mantener al amor de su vida, en sus vidas. Como yo, yo luche hasta el cansancio para mantener al amor de mi vida, en mi vida. Es difícil, sí. Incluso tardé mucho tiempo para darme cuenta de lo que pasaba, de lo que sentía; fue difícil, también, porque nuestras vidas eran totalmente distintas.

Bien y mal, incorrecto y correcto. Así éramos, pero siempre quisimos luchar por más, siempre lo deseamos en el fondo de nuestros corazones, estoy segura de ello.

Cuándo mi compañera, Patsy, dijo que daría su vida por mí, no pensé que fuera real. Incluso dudé de que eso pasara, pues su trabajo estaba en riesgo.

Hoy, después de doce años estoy sentada mirando como el amor de mi vida prepara unos pancakes. No tuve tiempo de despedirme de nadie, estoy segura que todos están bien, luchando por el bien.

¿Qué si me arrepiento de esto? No, definitivamente no me arrepiento de nada.
Los últimos diez años, a pesar se sonar egoísta, han sido los mejores de mi vida.

Hoy, 31 de octubre de 2030, estoy festejando mi cumpleaños real. Sentada en una silla mirando al amor de mi vida cocinarme. Hoy, 31 de octubre de 2030, estoy en Islandia, el segundo país en el cuál residimos para sobrevivir.
No somos ricas pero tampoco morimos de hambre, gracias al talento que cada una posee, podemos sobrevivir, manteniéndonos lo más que podemos en las sombras.

Estoy feliz, en verdad que lo estoy.
Estoy feliz porque cumplí mi mayor sueño.

Pero también estoy triste, porque hay algo en el fondo de mí que me aflige, pero hoy no hablaremos de tristezas.

–¿Otra vez escribiendo?

–Es lo último.- dije a Daniela, quien me miraba desde el otro lado de la mesa redonda. –¿Crees que lo recibirá?

Tenía temor, pero sabía que era lo mejor. No sabía si esto realmente llegaría a las manos que yo deseaba, pero debía intentarlo.

–Lo va a recibir, esperemos que lo lea.- se acercó para dejar el plato frente a mí. –La extrañas mucho, ¿verdad?

–Cada jodido día de mi vida.- susurré. –Pero estoy agradecida por esto... Porque al final si pude tenerte a mi lado.

–Siempre voy a estar a tu lado, incluso si es en tus sueños.

Sabía que no mentía, sabía que no lo hacia. Y eso era lo que más dolía, lo supe cuando cerré los ojos y la miré.


–¿Otra vez?- susurró.

–No puedo olvidarme de ella, Valentina.- susurré en un hilo de voz. –Estoy perdida sin ella, la extraño.

–Vas a estar bien, te lo prometo.- pegó su frente con la mía. –¿Dónde estaban ahora?

–Islandia...

¿Que si el amor es injusto? Algunas veces.
¿Que si el amor se ensaña?  Definitivamente.
¿Que si el amor duele? Obviamente.
¿Que si el amor daña? Puede ser.
¿Que si el amor es real? Sí.

–Vas a estar bien, te lo prometo.- Daniela me miró desde la puerta. –Siempre voy a estar contigo, agente encubierto.

Saber que habías perdido al amor de tu vida, era doloroso. Más cuando fuiste la culpable, parcialmente.
Aún recordaba la noche en que le perdí, las promesas que hicimos dentro de aquél taxi que Patsy nos había conseguido.

–Vete. La bomba explotará en menos de un minuto.- Wendy me miró confundida, aun recordaba su mirada. –Pero a ella la dejas aquí, tenemos mucho que arreglar.- dije señalando a Daniela.

Estaba segura que la dejaría, era una cobarde después de todo.

–Tienes veinte segundos...- me burlé, misma risa que terminó cuando el sonido de la alarma comenzaba a sonar. Sus labios se encontraron con la posible promesa de que se volverían a ver. Si tan sólo supiera, recuerdo que dije.

Igual Wendy salió de la bodega, sin darse cuenta de dos cosas: el perímetro estaba rodeado por policías y federales, y que jamás volvería a ver a la chica que le robó el corazón, como a mí.

La bomba explotó, sí si lo hizo.

Aún así logré sacarnos por la parte trasera con el temor de ser vistas. No nos vieron, gracias al cielo. Así como yo tampoco miré el daño que le había causado a la mujer de mi vida. La sangre corría en su piel y no estaba segura de donde provenía.

Yo también estaba lastimada, pero ni siquiera temía por ello.

Corrí cargando su cuerpo a como podía no quería lastimarla más. El taxi estaba en el lugar que Patsy había dicho, con dinero y ropa limpia. Pero eso no importaba, la subí en el asiento del copiloto y rodee el auto.

Necesitaba sacarnos.

Y esa misma noche, prometí los lugares que visitaríamos por el resto de nuestras vidas. Todos nuestros favoritos estaban ahí, también le prometí que estaría bien aunaue su pulso cada vez era menor.

¿Por qué la vida se ensaña con uno?

No entendía nada, sólo sentía una presión en mi pecho cuando miré que el suyo comenzaba a levantarse muy poco. En las afueras de Boston, frente a la nada como paisaje: perdí al amor de mi vida.



¿Por qué todo parecía un sueño?

[RESUBIENDO] Agente Encubierto: MJ Garzón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora