La sonrisa en el rostro de MJ, le hizo saber a Daniela que estaba dispuesta a ser diferente esa noche.
–¿Es soltera?- jugó la joven sonriendo ampliamente mientras acortaba la distancia hasta el umbral de la habitación, donde se encontraba Daniela.
–Sí.- dijo mordiendo su labio. –Soltera, treinta años y con ganas de experimentar.- su mano estaba extendida mostrando una pequeña sortija blanca.
MJ aceptó aquello uniendo sus manos, siendo sorprendida cuando aquel mismo gesto la llevó a estar rodeada en los brazos de la otra chica.
–María José Garzón.- dijo sin más, ya conocía su nombre y sabía que su pequeña familia estaba a cargo. –Veinticuatro años, casi veinticinco, Escorpio y hasta hace unos meses trabajaba para el FBI.- murmuró con una pequeña sonrisa. ¿Quieres pasar?- preguntó quitándose de la puerta para que la mayor entrara.
–Luces más joven.- una pequeña risa, que alborotó el estómago de la menor, junto a un señalamiento a su cabello colorado hasta la mitad. Sí, aquello estaba ya cayéndose.
–Si digo lo mismo, ¿sonara forzado?- preguntó abriendo el pequeño frigobar. No tenía pensado utilizarlo, pero aquella visita lo ameritaba.
–¿Vas a emborracharme?
Su cuestionamiento fue respondido apenas segundos de haber sido lanzado, y la respuesta fue lo que sorprendió a Daniela.
–Y luego voy a tener sexo contigo.- dijo como si nada mientras servía la bebida en dos vasos de cristal.
Apenas tomar su vaso, Daniela lo llevó a su boca para tomarlo de un buche; ardor. Eso fue lo que sintió cuando aquél liquido pasó por su garganta.
MJ, tomando atrevimiento, de debajo de las piedras, se acercó ofreciendo su otro vaso. Daniela, por otro lado, jaló aquél cuerpo, que tanto necesitaba, hasta sus piernas. Dónde a horcajadas la menor rompió la pequeña distancia que les separaba.
Rabia. Necesidad. Deseo.
Esa era una buena descripción para aquél primer beso. El líquido saltó del vaso un par de veces, pero eso no importó, tampoco la botella que golpeaba al vaso por los bruscos movimientos.
Los brazos delgados de MJ rodeaban el cuello de Daniela, como si quiera tenerla siempre, como si fuera la última vez.Daniela, por otro lado, mantenía sus manos quitas en la delgada cintura de MJ. Aquella agente que le había robado el corazón.
Su lengua buscaba la otra con tanta necesidad que olvidó todo su plan, no lo llevaría a cabo porque eso le rompería el corazón, a ambas. Literal y metafóricamente hablando.Como siempre, a falta de aire en los pulmones hizo que se separaran. Pero no abrieron los ojos; cada una pensaba en distintas cosas, que al final de cuentas terminaban donde mismo. Se había enamorado hace más de dos años, no la había olvidado... Quisiera cambiar todo, para poder ser felices.
Pero no, ambas sabían que aquello era insano; y un tanto ilegal, para una de ellas. Además que no estaba en sus planes detener su plan, así éste le llevara a la muerte.
Así que abrió los ojos, fue la primera. Y ahí, en medio de la cálida habitación, con alcohol derramado en la cama, pudo ver su sonrisa. Una sonrisa que era mantenida entre unos labios hincados y con el labial corrido; ahí fue cuando MJ se dio cuenta que todo valía la pena si era a su lado.
¿Qué más daba? Su hermana y su padre la creían muerta, y no, sabía que no debía hacerles eso. Pero necesitaba ser egoísta por una vez en su vida.Por eso habló. Rompiendo el silencio, rompiendo la burbuja en la que se mantenía dentro.
–Vámonos.- dijo en un susurro haciendo que los ojos marrones, más hermosos que miró en su vida, se abrieran. –Vámonos y olvidemos todo, comencemos de nuevo.
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[RESUBIENDO] Agente Encubierto: MJ Garzón.
FanficRESUBIENO / EN EDICIÓN. -Haremos esto. Pondré el temporizador y tienes dieciocho minutos para confesarte.- Daniela me miró, y esta si era Daniela no Diana, la dulce Diana de la que yo me enamoré. -Lo siento...- la miré desde mi lugar mientras cargab...