Narra Poché.
Diez días. Diez malditos días habían pasado desde aquella noche.
Y no pasaba un día sin que me atormentara por la vida que los niños podrían estar llevando... O la vida que estaban perdiendo. Habían sido quince niños los que me había tocado vender, QUINCE NIÑOS.
Pero aún recordaba el nombre de cada uno de los compradores; y lo repetía en mi cabeza cada día para no olvidarlos, aunque estaba segura de que no lo olvidaría, era difícil de olvidar.
Necesitaba salir de este lugar para poder llamar a Patsy, pero también necesitaba ayuda de Emerald. Misma que no había visto desde la venta de los niños.
–Buenos días- escuché a la mujer que me alimentaba cada día. Por que sí, desde aquella noche no me dejaban salir se ahí.
–¿ya es hora de almorzar?- pregunte curiosa.
–No, las señoritas Wendy y Briana la esperan en el comedor. Dicen que necesitan hablar con usted.
Nomas oír aquello hizo que en mi estómago se hiciera un nudo.
–¿Sucede algo?- pregunté curiosa mientras me levantaba y ajustaba mis jeans.
–No es como que yo deba decirle lo que pasa en esta casa pero...- hice una seña esperando a ver si seguía, y así lo hizo. –Emerald desapareció cuando fue a la ciudad, en Cancún.
Y ahí estaba, Emerald había desaparecido.
–Lo poco que escuché es que la están buscando, pero necesitan nuevos ojos... Por favor, no diga que yo...
–No diré nada, gracias.- musite con una enorme sonrisa mientras salía se la habitación.
Era mi escape, o casi escape.
Disimulando mi sonrisa entré al área del comedor, mis ojos se fijaron en lo que estaba sucediendo. Wendy estaba sobre la mesa mientras sujetaba con fuerza la espalda de Daniela; estaba última estaba entre sus piernas, haciendo quién sabe qué.
O bueno, sabía exactamente que era, pero prefería ignorar mis celos.
Carraspee haciendo que dejaran de hacer lo que estaban haciendo, Wendy sonrió victoriosa y Daniela se separó de golpe.
Sip. Si estaban haciendo lo que yo estaba pensando.
–Me dijo una mujer que necesitaban hablar conmigo.- dije entrando complemante a la habitación bajo la mirada de Daniela, Wendy estaba subiendo sus calzones de prostituta y sus jeans. –¿Es algo urgente o puede esperar a que me dé una ducha? Me siento sucia.
Lo último salió en un tono de reproche, y ni siquiera sabía por qué. Wendy se paró al lado de la cabecera, dónde Daniela se había sentado.
Yo por otro lado, estaba parada al otro extremo de la larga mesa para diez personas.–Emerald ha desaparecido.- Daniela comenzó. –Debería de haberse comunicado hace dos días, los que estaban cuidándola no la encontraron en su habitación y tampoco en la playa.
–Entonces Bri,- dijo señalando a Daniela. –Ha propuesto que vayas a por ella, la quiero viva; pero si necesitas hacerle daño, adelante.- dijo con una sonrisa siniestra. –Además necesitarás armas, el narcotráfico está cabrón ahorita. Bri te enseñara como se usan y todo eso...
Un móvil comenzó a sonar dentro de la habitación, mío no era, obviamente, era el de Wendy, quien salió luego de dejar un beso en los labios de Daniela y susurrar algo en su oído.
–Necesito que me expliques una puta cosa.- dijo dos minutos y veinte segundos después. –¿Por qué estabas leyendo la lista de invitados?
Le miré, incrédula, crucé mis brazos y me mantuve en silencio hasta que su mano tomó mi rostro con crueldad.
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[RESUBIENDO] Agente Encubierto: MJ Garzón.
FanficRESUBIENO / EN EDICIÓN. -Haremos esto. Pondré el temporizador y tienes dieciocho minutos para confesarte.- Daniela me miró, y esta si era Daniela no Diana, la dulce Diana de la que yo me enamoré. -Lo siento...- la miré desde mi lugar mientras cargab...