La clase de vuelo había llegado y Lucy estaba muerta de miedo, tanto que no quería ni ir. Solamente quería estar tranquila, en el sofá de la Sala Común, leyendo un libro, vamos, un lugar en el que su vida no peligrase. Pero en vez de estar allí, estaba siendo arrastrada por Oksana hasta el Campo de Entrenamiento, lugar en el que se realizaban las clases de aquella asignatura tan temida por Lucy.
Su amiga tenía mucha fuerza y consiguió llevarla hasta el lugar. Era la única de su casa que se había preocupado por ella, ya que le parecía extraño que fuese a todas las clases menos a esa.
— Vamos, Lucy, tienes que afrontar tu miedo, debes ser más fuerte que él. — le dijo su amiga varias veces. Pero Lucy estaba completamente convencida de que si subía a esa escoba, se haría mucho daño. Estaba tan convencida que costaría, literalmente, años en sacarle esa idea de la cabeza.
La Romanov rubia de orbes esmeralda fue a hablar con la profesora, pero esta no le hizo mucho caso. Al final Lucy tuvo que dar la clase obligada. Ella sabía que no estaba bien saltarse las clases, pero por su bienestar era mejor que no asistiera a aquella.
El principio de la clase no fue mal, la profesora enseñó cómo hacer que la escoba fuese hacia su mano con tan solo decir la palabra "arriba". También enseñó a mantener la escoba, había que cuidarla para volar mejor con ella. Eso a Lucy le daba igual porque no quería volar con esta ni con ninguna escoba. Sin embargo, decidió cuidarla, ya que al menos estaba en tierra, sana y salva. Pero el momento temido llegó. La profesora mandó a todos los alumnos a colocarse separados, les dijo que se subieran a la escoba y que a la cuenta de tres dieran una fuerte patada en el suelo. Lucy temblaba del miedo, sentía que no iba a salir viva de allí. Intentaba respirar hondo mientras hacía lo que la profesora les decía: subirse a la escoba.
La rubia tragó saliva, seguía temblando. A la cuenta de tres dio una patada en el suelo y comenzó a elevarse. Ahora tenía los ojos cerrados, prefería no ver su fin.
Todos los demás se quedaron a unos centímetros del suelo, mientras que Lucy se elevaba lentamente hacia arriba porque estaba tirando del mango de la escoba sin darse cuenta. Ella, que no sabía cómo controlar aquel objeto, se asustó y se puso más nerviosa de lo que ya estaba. Abrió los ojos y para lo que los demás eran uno o dos metros, para ella era más del doble. Empezó a moverse en la escoba hasta que cayó al suelo. El hecho de haberse caído le daba igual, puesto que lo tenía asumido desde que la obligaron a asistir a aquella clase, pero el hecho de levantar la cabeza después del golpe y ver a casi todos sus compañeros reírse de ella... eso, la destrozó, tan solo era una niña.
Se levantó como pudo del suelo mientras lágrimas congeladas caían por sus mejillas y comenzó a andar cojeando hacia el interior del castillo dejando un rastro de césped congelado. Aquel rastro llegaba a la enfermería, donde fue para que le curaran lo que se había hecho.
Cuando su madre se enteró de lo sucedido, decidió convalidarle a su hija las clases de vuelo, siempre y cuando aprovechase esas horas libres haciendo algo productivo. Y así hizo, ayudaba a otros profesores a ordenar las aulas, adelantaba deberes, practicaba algunos hechizos, estudiaba más para los exámenes y, a veces, utilizaba sus poderes de hielo y nieve para poder mejorarlos.
En definitiva, aquella fue a la única clase de vuelo a la que Lucy asistió durante su estadía en Koldovstoretz. Le sirvió para darse cuenta de dos cosas; la primera, que no cogería una escoba en su vida, o eso decía ella; y la segunda, sus compañeros no eran compañeros, eran seres sin corazón. Hasta a ella, que a veces podía llegar a ser una persona muy cruel, aquello le pareció horrible. Eso sí, en todo lo malo siempre hay algo bueno y es que gracias a aquel accidente conoció a la que se convertiría en una de sus mejores amigas, no solo durante su estadía en Koldovstoretz, sino durante toda su vida.
ESTÁS LEYENDO
Lucy; The Ice Queen
FanficNacida del odio y el rencor, Lucy fue abandonada en San Mungo y llevada a un orfanato mágico llamado Saint Christopher, en el que presenció horribles castigos. De todo lo malo hay algo bueno, y eso fue el descubrimiento en Lucy de su pasión por el a...