☂︎𝐓𝐇𝐄 𝐔𝐌𝐁𝐑𝐄𝐋𝐋𝐀 𝐀𝐂𝐀𝐃𝐄𝐌𝐘
(female oc; cinco hargreeves)
𝒕𝒓𝒂𝒃𝒂𝒋𝒂𝒅𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝒕𝒆𝒎𝒑𝒐𝒓𝒂𝒅𝒂𝒔
En donde Cinco no puede dejar de pensar en
Amelia, la chica que robó su cora...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
✩ ─── 「☪ 」─── ✩
Amelia golpea la madera del piso con un martillo, hasta que se rompe por completo. Al notar una caja de hierro sobresalir, la toma, sacándola y poniendo la palma de su mano por encima de la cubierta plateada. Obteniendo un libro. Su padre se lo regaló cuando tenía siete años, no es un libro cualquiera, este contiene todo tipo de hechizos de magia negra y hasta de brujería. Quién sabe de dónde lo sacaría alguien tan excéntrico como Reginald.
Miles de palabras en francés con más de cien páginas llenas. Desde el más fácil hasta el más complicado. Una persona ordinaria no podría comprenderlo fácilmente.
Cierra el libro rápidamente al escuchar que abren la puerta, volteando y hallando dos personas con máscaras y armas. Un hombre obeso y una mujer morena.
— ¿Quiénes son ustedes?
El hombre le dispara a un costado, rozando ligeramente su brazo para asustarla. El hombre la toma del cuello, alzándola en el aire, cortando su respiración.
—¿Dónde está el niño? — pregunta la mujer, sin obtener respuesta —¿dónde está Número Cinco? ¡responde!
Amelia niega con la cabeza, en respuesta de no saber, sin embargo no le creen.
— Estuviste hablando con él anoche en la cafetería. El hombre del remolque nos dijo que parecían conocidos y al parecer lo son, ¿no? creo que no le importará si le hacemos daño a su amiguita— alza el arma a su dirección— si así quieres jugar.
Amelia la empuja contra la pared con una ola de humo. Antes de que el hombre pudiera hacer algo más, atrae la caja de hierro, golpeándole la cabeza. Intentan dispararle, pero corre al pasillo con rapidez.
— ¡Trae a la chica!
Diego aparece por el pasillo, al notar problemas, la jala detrás de la puerta.
—¿Quiénes son esas personas? —exclama buscando sus cuchillos.
—No lo sé pero querían que les dijera dónde está Cinco.
—Quédate aquí.
Diego sale tirándoles cuchillos. Amelia decide aprovechar la distracción e irse por las escaleras, buscando a sus hermanos. Antes de entrar a la sala, la mujer aparece nuevamente, disparándole sin parar. Se escondió debajo de la mesa.
—Dime todo lo que sabes acerca del niño y te prometo que no te haremos nada ni a ti ni a tu familia —amenaza, deteniendo el ataque. Amelia piensa unos segundos hasta que se levanta alzando sus manos en señal de rendición.
—¿Qué quieren de él?
—Menos preguntas y más respuestas, niña. Lo haces por un bien para todos aquí. — habla apuntándole.
