Capítulo 25

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Kristell

Respiro profundo como me dijo el doctor, estoy acostada en la camilla, cierro mis ojos mientras que me hacen una radiografía de tórax.

A pasado 3 semanas desde el accidente y he seguido al pie de la letra las indicaciones del doctor, por más que sea aburrido permanecer en un cuarto de solo cuatro paredes, mi salud es lo más importante. Todo se lo agradezco a la Señora Roberta, sin sus concejos y cuidados, creo que ahora mismo, estaría el hospital.

Ahora me encuentro junto a mi tía Annie, sentadas en la sala de espera a esperar que nos llamen, ella vino por unos días para poder estar aquí conmigo. Pero lamentablemente mañana se va y no va poder regresar en unos meses. Por más que mi tía habló en su trabajo, su jefe no se lo permite.

Después  de unos treinta minutos escucho que me llaman por mi apellido, nos paramos de los asientos y caminamos hacia el consultorio. Apenas ingresamos, el doctor nos dice que nos sentemos en las sillas que están frente a su escritorio.

-Como vemos en esta placa – dice el doctor mientras nos la enseña – Tus costillas están mejor, no totalmente, pero han mejorado. Ahora es cuando tienes que tomar unas pocas secciones de fisioterapia. En la fisioterapia deberás realizar ejercicios tanto de movilidad de tronco como de la columna en sus diferentes segmentos, ya que después del tiempo de inmovilización todas estas estructuras necesitan también de su recuperación. Las tomarás tres veces por semana y continúa poniéndote el vendaje en la noche; eso es hasta que te recuperes. ¿Sigues teniendo dolor?

-Es de vez en cuando. Mayormente cuando me pongo de pie o al acostarme.

-Bien… seguirás tomando los analgésicos una vez al día, te recomiendo que sea en la noche para que puedas dormir mejor – escribe unos apuntes en la historia antes de seguir hablando – Veo que el moretón en tu rostro casi desaparece al igual que la hinchazón. Levanta tu polo hasta quedar debajo de tus pechos para ver los hematomas en tu cuerpo.

Se acerca a mi y se agacha un poco, toca con delicadeza las partes rojas con verdes, me hace girar para verificar si los de mi espalda están igual que los de mi abdomen.

-No dejes de colocar la crema en los hematomas hasta que estén desaparecidos, creo que eso es todo por hoy, la otra semana vuelves a venir para hacer otro chequeo. ¿Alguna pregunta que quieras decir?

-¿Cuándo puedo volver al colegio?

-Como te dije, tus costillas no están de todo curadas y es un riesgo que vuelvas y sigas con tus actividades de lo más normal – hago una mueca de molestia - Me comentaste que solo te quedan dos semanas y media para terminar, te recomiendo que vayas dos días a la semana. Pero tienes que cuidarte… no puedes hacer actividades físicas, lamentablemente solo puedes estar sentada en tu salón.

-Esta bien doctor, yo voy hablar con el director acerca del tema – habla mi tía.

-Sigue al pie de la letra lo que digo, es por tu cuidado – se levanta y camina hacia la puerta para abrirla – No te olvides de sacar cita con el fisioterapeuta lo más pronto posible y conmigo para la otra semana.

Le agradecemos y salimos del hospital rumbo a casa, la que hace semanas también es mi casa. Tomamos un taxi, ya que mi tía no pudo traer su auto. Caminar con tus costillas rotas no es nada lindo como parece, es doloroso y cuesta un poco poder controlar la respiración. No quise usar una silla de ruedas, por más que mi tía y el doctor me dieron la opción. Quiero ir lo más pronto al colegio, no quiero perderme mi graduación.

Aparte también extraño a mis amigos, por que ahora los puedo llamar así amigos. Ellos han sido unas increíbles personas, creen en mi y no me juzgan, han estado conmigo en estoy días difíciles, con sus mensajes y llamadas. Se que puedo confiar en ellos eternamente.

Mi Hermosa Salvación - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora