Mi Hermosa Salvación - Terminada

Capítulo 30

Kristell 

Me hecho en mi cama con cuidado, hago una mueca de lo incomoda que estoy. Nunca pensé que una depilación fuera tan dolorosa y vergonzosa. Es decir, cuando llegamos Lily dijo que tenía unos cupones del 80% de descuento, la recepcionista nos entregó unas batas que teníamos que colocarnos sin nada por abajo.

Como todavía seguía confundida, Sam me dijo que no era la primera vez que ellas iban a ese lugar, que no me preocupe, que me atenderían como una princesa.

Una señorita llego hasta nosotras y la acompañamos hacia un cuarto con varias camillas, si el Spa era de lujo, bueno el cuarto era todo ordenado y olía a aromas tropicales. Primero entraron las masajistas, en el momento que me acosté boca abajo sobre la camilla, una de ellas, me dijo que me quité la bata, solo la parte de arriba.

Hizo lo que me dijo, luego me acosté boca abajo y en los brazos hecho un aceite que olía a coco. No dije nada y deje que la señorita hago lo que quería conmigo. No sabía que tenía nudos en la espalda, los masajes que ella me estaba dando, hacia que me relajará.

Cuando termino con mi espalda y brazos, siguió con mis piernas. Al terminar, una señora nos fue llamando una por una hacia un pequeño cuarto. Mientras esperábamos que sea nuestro turno, la recepcionista nos entrego una charola con unos snack y jugos para seguir disfrutando de la espléndida estadía.

Mi turno llega y sin imaginar que llegaría mi tortura. Me depilan todo el cuerpo, yo nunca me había depilado antes y me dio un poco de vergüenza ver a la señora que me miraba raro, cuando se lo comente.

Al salir, mi cuerpo me ardía en partes que no me debe de arder, pero también sentía mi piel muy suave. Fue doloroso, pero creo que si lo vuelvo hacer, ya no dolerá tanto. Solo es cuestión, que me acostumbre.

Me voy al baño para darme una ducha con agua fría y así poder cerrar los poros. Con la toalla en mi cuerpo, camino a pasos rápidos a mi habitación, cierro la puerta con seguro y saco de la bolsa, la crema hidratante de olor a coco. Me a fascinado ese olor, así que me compre un set de crema con ese olor.

La unto en todo mi cuerpo y mientras espero que se seque un poco, busco una pijama de verano y mi ropa interior. Me la coloco y luego la pijama.

Le mando un mensaje a Matthew, diciéndole que ya llegue a casa. Acordamos hacer una video llamada. Mientras espero que me responda, voy hacia la galería del celular y veo todas las fotos que me he tomado hasta el día de hoy.

Comienzo a ver las fotos tomadas de meses anteriores y en la mayoría sale mi chico, pero hay una foto que no recuerdo haberla tomado. En ella salimos los dos, yo estoy sonriendo mientras que él está detrás de mí, rodeándome con su brazos y su rostro pegado al mío, como si estuviera diciéndome algo al oído.

Es una escena de admirar, hasta parecemos esas parejas famosas, que en sus fotos siempre salen bien.

Es un bella foto que me llena de inspiración y comienzo a buscar entre el ropero el cuaderno de dibujos, esta vez, voy a dibujar a color. Cuando comencé a trabajar y me dieron mi primera paga, me compré una caja grande de colores. Gracias a Dios que mi mamá  no los rompió, por que me costaron un poco caros.

Me siento en la cama con el respaldar en mi espalda y el cuaderno en mis piernas. Comienzo a dibujar con el lápiz negro y viendo por ratos mi celular para guiarme y que el dibujo quede igual a la foto.

En medio de mi concentración escucho el celular sonando. Lo agarro y veo una video llamada entrante de Matt, le doy aceptar y en la pantalla lo veo acostado en su cama.

-Hola amor. ¿Cómo estuvo tu tarde? – acomodo el celular en la mesa de noche, medio inclinado, para que tenga mejor acceso a verme.

-Muy Bien, la pasamos genial – le cuento – Lily, nos llevo a un Spa y nos dieron un masaje muy relajante.