Cast Yourself (you are the spell) • hosie

Capítulo 7

Hope se despierta una o dos horas más tarde en la enfermería, sitio que conoce muy bien ya que lleva jugando al quidditch cinco años. La primera cosa de la que se da cuenta es del dolor en su muñeca y del ardor en sus fosas nasales.

— Joder —, maldice. Siente la garganta como si alguien hubiera intentado estrangularla para luego rociarla en ácido. Lo primero que ve al abrir los ojos, es a Madame Pomfrey, que la saluda. Hope es vagamente consciente de que Ethan y Sebastian están detrás de la enfermera riéndose.

— Hola, querida —, dice Pomfrey, y Hope hace un gesto de dolor. — Bebe esto, te sentirás mejor.

Hope mira el asqueroso líquido que hay en el frasco, antes de cogerlo con indecisión. Abre el tapón y solamente el olor ya le da arcadas.

— Tal vez más tarde —, contesta, dejándolo en la mesita de noche y tratando de contener su desprecio característico.

Pomfrey murmura algo sobre los "Slytherin cabezotas" antes de levantarse de la silla en la que estaba sentada. Hope le pregunta qué pasó, y ella le informa con cautela.

— La mayor parte del daño ha sido en la muñeca, gracias a que llevabas guantes. Sin embargo, no he podido curar nada debido al veneno del geranio colmilludo. Si lo hubiera intentado, con toda probabilidad estarías en coma o incluso muerta. He podido administrar el antídoto lo suficientemente rápido, pero lo más probable es que el veneno permanezca en tu sistema durante unos días más. Como ya he dicho, no hay otro remedio hasta entonces. El geranio también logró desgarrar la arteria radial de tu muñeca y por eso perdiste mucha sangre.

Hope se toma unos segundos antes de mirar su brazo, el cual estaba vendado desde un poco más arriba de la muñeca hasta la palma de la mano. Se nota la piel muy sensible debajo de la venda, y siente como la magia de su sangre se concentra completamente en el brazo. Por primera vez, le hace sentir muy incómoda.

— ¿Cuándo puedo irme?

— ¡¿Irse?! — Pomfrey habla con exasperación. — Va a quedarse aquí lo que resta de semana.

— Pero si estoy bien —, gruñe, ya sentada y tratando de quitarse de encima las sábanas.

— Sí —, Sebastian aparece por detrás de Pomfrey. — Eso explica por qué estás en la enfermería.

— Cállate, Pyre —, advierte Hope con la mandíbula tensa, teniendo el instinto repentino de coger su varita. Ve como es Ethan quien lleva su mochila colgada.

— Oblígame, Mikaelson —, se inclina Sebastian hacia ella, sus ojos desprenden burla, pero Ethan le da una palmada en el hombro y lo tira hacia atrás. Normalmente Hope se guardaba su varita en la manga, pero había elegido guardarla en la mochila para Herbología.

— Ethan, dame mi varita que voy a metérsela por el cul...

— ¡Silencio! ¡Silencio! ¡No aguantaré este comportamiento infantil en mi enfermeria! — Grita Pomfrey, mandado fuera a Sebastian. Este se burla y hace un gesto grosero a sus espaldas, para después despedirse de Hope.

— Gracias, Madame Pomfrey — Susurra, ya que sabe que Sebastian aún puede oírla, pero la enfermera sabe por donde va esa falsa gratitud.

— ¡Y usted Mikaelson! ¡Se quedará aquí hasta que yo le permita salir! — Hope suspira, echándose hacia atrás en la cama. Derrotada sin ni siquiera haber empezado a hacerle la pelota. Aunque sabe que se saldrá con la suya tarde o temprano. — Y te tomarás lo que...

— Poppy, dale un respiro a la chica —, dice una voz perezosa desde la puerta. Hope se asoma para ver al profesor Snape. Pomfrey se levanta de nuevo y se encuentra con él a mitad de camino. Hablan en susurros bajos durante varios minutos.