ASERET: "No estamos solos"

1°Stella

" - ¡el gobierno miente! nos ocultan cosas! - la voz disparatada del loco Jack sonó en los altavoces de mi nuevo-usado jeep - ¡no estamos solos! los extraterrestres vienen... - la idea de ver monitos verdes dominando la tierra hacia que se me erizara la piel. - ellos vienen y no podremos hacer nada para impedirlo, nos lavarán el cerebro o peor! nos matarán para apoderarse de la tierra -gritó haciéndome estremecer.

El loco Jack era conocido por todo el pueblo por decir disparates como este, siempre hablaba de extraterrestres, naves espaciales, pie grande, etc etc.

Había olvidado lo que era vivir en un pueblo donde la mayor parte de los habitantes están locos o les gusta demasiado meterse en la vida de los demás.

La mayoría de aquí lo daba por perdido, y a pesar de no creer al cien por ciento las barbaridades de Jack; me gustaba pensar que existía vida mas allá de la tierra. No precisamente la clase de vida que quiere acabar con la raza humana, obviamente, pero mi padre solía decir que habían reyes en otros planetas como este, pero con distintas formas de vida, costumbres y tecnología.
Decía que el universo era un lugar mágico donde cualquiera cosa era posible.

Por las noches se inventaba historias sobre otros planetas y sus habitantes, cada vez eran diferentes y mejores. - pronto ocurrirá lo inevitable y los hombres de traje negro no podrán hacer nada." - bueno, solo espero que sea un superman el que baje, y no un parásito come cerebros.

Antes de que siguiera gritando cosas con desesperación, cambié de estación dejando en su lugar a sway de michael buble

Dejé bailar mis dedos en el volante al ritmo de la canción, amaba la música de Michael buble y todas en general.

Después de otras seis cuadras conduciendo al fin logre ver aquella casa blanca con el enorme pórtico que me encantaba y en el cual había pasado gran parte de mi vida.

No me había dado cuenta de lo tanto que extrañaba mi hogar desde que me  fui a la universidad, hasta ahora.

Habían sido los dos años mas largos de mi vida y eso que aun me faltan tres mas para terminar la carrera y poder certificarme oficialmente.

Antes de marcharme odiaba la idea de tener que dejar mi hogar y a mis amigos, pero sabia en el fondo que ir a nueva york era la mejor opción para mi y para mi sueño de ser periodista, quería ser la próxima lois lane de la vida real.

Cuando detuve el jeep frente a la casa de mi infancia tome un largo suspiro, muchos recuerdos pasaron por mi mente, buenos, malos y divertidos. Bajé emocionada del auto de un salto corriendo hacia la puerta ansiosa por ver a mis padres de nuevo... a mis padres y al pequeño Scott... Echaba de menos a ese pulgoso.

Toqué très veces la puerta como hacia cuando era pequeña; el chillido que mi madre dió al otro lado me hizo reír.

Aunque todavía no me veía ella sabia que se trataba de mi, y por lo que oí estaba igual de emocionada que yo por estar de nuevo en casa.

No tardó más de seis segundos en abrir la puerta, y en cuanto pudo se lanzó a mi brazos en un fuerte y cálido abrazo, ni siquiera me dejó decir hola.

Sonreí por el gratificante recibimiento y acaricie su cabello dorado, extrañaba el olor de mi madre, y la calidez de sus abrazos, me alegraba tanto poder estar aquí después de dos años.

- Pero mira que grande estas! - dijo aplastando mis mejillas con sus manos - te eché mucho de menos, la casa no es lo mismo sin ti...

- yo también mamá - dije entre risas

- ¡pequeña! - oí gritar a mi papá mientras bajaba a toda prisa para verme y tras el oí los ladridos de Scott.

- hola papá - dije abrazandolo con fuerza - y hola a ti también pequeño Scott - dije poniéndome de rodillas para estar a la altura de mi perro, tenía dos años sin verlo y seguía exactamente igual de tierno; Scott era un westie blanco hermoso, mi ex novio me lo había regalado justo antes de abandonarme por mi mejor amiga.
Scot fue lo único bueno que ese idiota me dejó y desde entonces el y yo hemos sido inseparables, hasta que me marché a la universidad. Obviamente.