7°Stella

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Los siguientes tres días traté de ignorar por completo el hecho de que Kaiden existía, me reheusaba a ser tratada como estúpida por él de nuevo. Ese chico no tenía esperanzas, era un idiota de lo peor y definitivamente no quería que me rompieran el corazón dos veces. Y menos alguien como Kaiden.

El viernes por la tarde mi madre me pidió que la ayudara con la jardinería, tengo que admitir que las plantas no son mi fuerte, pero accedí solo para hacerla feliz.

- ¿tienes todo lo necesario? - me preguntó en cuanto salí para reunirme con ella

- no estoy segura - admití divertida - pero me he puesto este oberol de mezclilla que encontré en el ático y estas botas para jardinería - dije modelando mi atuendo para nada sexy y poco femenino. - estoy segura que justo ahora luzco igual al granjero blackwood. - bromee haciendo que estallara en carcajadas.

- ven aquí - pidió mientras se ponía de rodillas en el césped frente a sus plantas. Para ser sincera, ni siquiera sabía el nombre de alguna de ellas.

- si se secan, no me hago responsable - advertí medio en broma sentandome junto a ella

Bien. La jardinería no es nada divertida. Mi madre literalmente me tuvo que dar un curso básico sobre cómo trabajar la tierra. En varias ocasiones me pinche las manos con las espinas de su pequeño rosal.

- y bien. ¿me vas a contar sobre el chico nuevo? - preguntó con curiosidad mientras aplastaba con cuidado la tierra con su pala especial.

- mamá... - advertí. Realmente no tenía ganas de hablar sobre Kaiden, literalmente era lo último que quería hacer.

- cariño me preocupas - dijo con tono suave - te vi llorar y oí al vecino gritar tu nombre. Estuvo afuera de la puerta esperando a que salieras, durante un buen rato.

Di un largo suspiro y dejé lo que estaba haciendo.

- se llama Kaiden y es un idiota en toda la extensión de la palabra. - expliqué.

- cariño, no debes juzgar antes de conocer - me aconsejó.

- lo intenté, de verdad que lo hice, pero me aleja de la forma más ruin posible - dije con tono desesperante, el me causaba ese sentimiento. Hacía que se me pusieran los pelos de punta. - es un idiota insensible; cuando creo que las cosas van bien, abre la boca y arruina las cosas en un segundo. No creo que podamos llegar a ser amigos, ¡dios! No creo que siquiera podamos llegar a soportarnos, ni a convivir en una misma habitación sin matarnos el uno al otro.

El sonido de una garganta aclarandose detras de nosotras hizo que me helara por completo. Aun no me giraba pero sabía perfectamente de quién se trataba; quería enterrar la cabeza en la tierra, seguramente me había escuchado.

- siento interrumpir - le oí desculparse con mi madre. - soy Kaiden, un placer conocerla - le dijo a mi madre quien ya se había levantado para estrechar su mano con una gran sonrisa.
Lentamente me giré hacia ellos, por suerte estaban muy entretenidos presentándose.

- igualmente Kaiden, soy Freya, la madre de Stella - respondió mi madre sin borrar la sonrisa de su rostro. - ¿gustas un vaso de agua de limón? Estaba a punto de preparar un poco para Stella y para mi.

- no señora, muchas gracias - dijo para después mirarme a mi, quien obviamente aun seguía en el suelo y probablemente con el rostro lleno de tierra. - de hecho quería hablar con Stella.

- ¿para insultarme en cualquier oportunidad que se te presente?

- iré a preparar esa agua de limón - dijo mi madre para dejarnos solos.

ASERET:  "No estamos solos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora