Capítulo 32 | Temblores y miedo

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Extendí mi mano a un lado consiguiendo sujetar una roca bastante grande y le di un golpe en la cabeza que lo hizo apartarse, rodé en el suelo hasta mi arco y lo apunté con este, pero antes de dispararle, alguien más lo hizo. La flecha le atravesaba la cabeza y la criatura cayó al suelo.

-Ya lo tenía -gruñí guardando mi flecha y el arco mientras me levantaba del suelo.

-¿Sí?, pues yo he sido más rápido -respondió acercándose- ¿Qué haces aquí afuera? Es peligroso.

-¿Te importa?

-No realmente, pero a tus amigos sí. Los decepcionarás si saben que te has ido. Les das razones para desconfiar de ti.

No respondí y aparté la mirada comenzando a molestarme nuevamente, pero en realidad ahora estar molesta es mi única forma de mantenerme firme, no quería ceder aunque me doliera igual a mí tener que abandonarlos.

-Mira, no me importas en lo absoluto. Pero a tus amigos ahora los considero los míos, así que debo asegurarme de que no te maten por estúpida.

-¡Tu...! -apoya dos dedos en mi frente por sorpresa y de repente yo comencé a ver imágenes que realmente no sabía si eran reales o no.

Me vi a mí misma, estaba sola, luchaba contra varias de esas criaturas, habían de los tipo voladores y los terrestres. La imagen cambia y uno de ellos muerde mi brazo, otro mi hombro, entonces volvió a cambiar y yo terminé en el suelo, despedazada miembro por miembro.

Inhalé con fuerza y me alejé de Hank sorprendida. Mi respiración se agitó y sentí mis manos temblando. Tuve que apoyarme contra el árbol para no caer con brusquedad al suelo.

-¿Q..Qué fue...? -cuestioné apenas pudiendo hablar, apoyando una de mis manos en mi cabeza.

-Una visión de lo que te pasará si te vas por tu cuenta -responde Hank-. Soy el único en la tribu con este don.

-¿A ti también te secuestraron? -pregunté extrañada.

-No, mi don es de nacimiento.

No pregunté más. Seguía temblando por lo que había visto. Cerré mis ojos y solo podía verme a mí misma en esas condiciones que me hicieron sentir asqueada hasta el punto de querer vomitar, pero me aguanté el hacerlo.

-Puedes cambiarlo, pero si dejas de ser tan necia y trabajar por tu cuenta -dice Hank llamando mi atención nuevamente. Lo pensé unos segundos y luego suspiré.

-Bien.

-Debemos volver entonces.

Asentí finalmente y volvimos a la tribu en silencio. Ninguno decía nada y cuando salimos del bosque escuché el grito de Rebeca.

-¡Nisha! -levanté la mirada cuando ellos seis corrieron hasta mí luciendo preocupados.

-¿A dónde te habías ido? -cuestionó Liam.

-¿Realmente decidiste irte sin más? -le sigue Kyle.

-Chicos... -los miré, pero seguí un poco temblorosa. Saber cómo pude haber muerto... me afectó más de lo que creí.

-No se preocupen, ella solo fue a cazar un ciervo. Quería traer comida para hacer las paces -menciona Hank antes de que pudiera decir algo más.

-¿Y el ciervo? -pregunta Adler.

-Se escapó -respondí siguiendo la excusa de Hank, omitiendo la parte en la que aparece una de esas criaturas.

Bajé la mirada y pasé entre ellos quienes me dieron vía libre. Dejé mi arco en una de las mesa cercanas, pero aún seguía pensativa y aterrada, además de asqueada.

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