APOCALIPSIS

Capítulo 33 | Confesiones

-Adler...

-No nos iremos de aquí hasta que me hayas dicho todo lo que quiero saber -acerca sus labios a mi cuello hasta que su aliento hace cosquillas en mi cuello-. Y tengo varias formas de hacerte hablar, tú elige cuál quieres que sea.

Mi cuerpo se eriza, cubrí mi rostro de nuevo cuando Adler se eleva para verme a los ojos, espera un momento cuando finalmente me rendí al observar esos ojos carmesí en los que adoro perderme cuando lo miro, cuando veo ese brillo al mirarme solo a mí.

-Intenté irme, pero no pude... No quería ir sola porque tengo miedo... No quiero morir, Adler... -admití volviendo a cubrir mi rostro y comenzando a sollozar al no poder aguantarlo más-. Aún tengo que volver con mamá... quiero volver a ver a Tara y a mis tíos, quiero... seguir con ustedes, estar contigo... pero no quiero estar aquí.

Volví a sollozar mientras limpiaba una y otra vez mis mejillas, pues las lágrimas salían una tras de otra sin detenerse por más veces que me limpiara.

-No quiero... porque todos me ven con esperanzas de que me vaya, nadie me quiere aquí por miedo a que fuera a atacarlos cuando lo único que quiero es volver con mi familia. No es justo... -mi voz se rompe mientras sigo sollozando-. Tampoco quiero seguir aquí y seguir viendo cómo la estúpida de Gia se te insinúa todo el tiempo y tú te olvidas de mí, la dejas hacerlo y yo quedo en segundo plano. No me gusta, lo detesto y más porque sé que tú no lo haces con la intención de ponerme celosa como lo hice con Kyle, tú realmente... pareces querer...

-Detente -sentencia con un tono de voz fuerte y severo que me sorprende un momento. Adler sujeta mis muñecas para apartarlas y las deja apoyadas en la cama sobre mi cabeza-. No sigas, porque realmente no tienes ni idea de lo que estás diciendo, y eso me molesta a mí.

-¿Crees que me equivoco? Una vez me has dicho que yo soy de tu tipo de chica por ser fuerte y hermosa, bueno... Ella lo es, es de tu tipo...

-Pero ella no eres tú. Nisha, ¿no lo entiendes? -parecía frustrado y un poco desesperado-. ¿Crees que soy así de superficial? No son solo la fuerza y la belleza lo que me gusta en una mujer, sino más cualidades que tú tienes y a ella le falta.

-Es mentira... -murmuré sin querer creerlo, ¿qué podría tener yo? ¿La capacidad de ser una dramática? Porque es eso lo que estoy haciendo ahora y no me gusta, quiero detener esto, pero él no me lo permite.

-No es mentira. Tú eres bondadosa, te preocupas por tus compañeros y por tu familia hasta el punto de querer arriesgarte en ir tú sola porque no quieres dejar a tu madre. Cuando Serena estuvo inconsciente viniste a mí porque te preocupaste por ella, no querías que le pasara algo más grave ni a ninguno de nosotros, ¿lo recuerdas? Quieres ser más fuerte para proteger a todos los que amas y eso es algo que admiro y que más me gusta de ti.

Su agarre en mis muñecas se afloja, él suspira y me suelta los brazos para apoyarse en la cama, una de sus manos acaricia mi rostro, quitando algunas lágrimas que continuaban saliendo. Incluso pasa su pulgar por la herida en mi labio para limpiar la sangre.

-No es solo tu belleza lo que te hace mi tipo, es todo lo que tienes, todo lo que sientes y todo lo que te hace ser tú. Porque, Nisha... tú me gustas, no Gia ni nadie más. Tú.

Escucharlo decir esto revivió algo en mi interior, me hizo pensar en la primera vez... amaba escuchar su voz diciéndome esto con tanto cariño y sinceridad, que no quería que dejara de hacerlo. Levanté mis manos y acaricié sus mejillas, él cerró los ojos al disfrutar de mi tacto, volvió a abrirlos y se acercó a mí. Esos ojos carmesí que tanto amo me miran como si yo fuera su única adoración, su tesoro más preciado, me hizo sentir mejor.

-No importa lo que quieran los demás, yo no permitiré que te vayas tú sola al bosque -junta nuestras frentes, ambos cerramos los ojos-. Y si intentan algo para que lo hagas, del que tendrán que desconfiar será de mí, porque estoy dispuesto a defenderte incluso de Gia. Aunque claro... sé que tú puedes hacerlo sola, pero yo...