EPÍLOGO

879 84 1
                                    

Narra Serena

Me mecía en la silla mecedora mientras tarareaba una canción de cuna que mi madre solía cantarme cuando yo era una pequeña bebé. Miré en mis brazos al pequeño de tres meses de nacido, pues adoraba mirarlo, ya que es tan parecido a Ray y a mí... Sí, acertaron, es nuestro hijo. Es todo lo que nos queda a Serena y a mí de él.

Lo acomodé en mis brazos y acaricié su cabello rubio, observé sus ojos bicolor que me observaban con un brillo especial en ellos hasta que poco a poco se iban cerrando al relajarse por mi canción. Sus ojos eran hermosos y fueron un indicador de que... los cambios que nos han hecho esos científicos con el suero en realidad son cambios permanentes en nuestro ADN, ya que mientras uno de sus ojos es azul eléctrico, el otro es del mismo rosa que el mío. Quien sabe, quizás ahora existan los ojirosa en el mundo gracias a nosotros, o quizás también posea habilidades, no lo sabemos aún, toca esperar a ver cómo se desarrollará mi pequeño Zen.

-Serena -levanté la mirada y vi a los chicos llegar hasta nosotros-. Hola, lamentamos venir tan tarde.

-No se preocupen, acaba de quedarse dormido, vamos adentro. Lo iré a acostar y luego podremos hablar -mencioné.

-Por favor, déjame hacerlo -pide Rebecca intentando calmar su emoción por cargar a su sobrino.

Asentí estando de acuerdo y se lo entregué con cuidado de no despertarlo, ella lo agarra con cariño y lo observa con ganas de volver a llorar como cuando lo vio por primera vez. Todos fuimos adentro de mi casa en donde mis padres los reciben en silencio. Ellos acompañan a Rebecca hasta la habitación de Zen para acostarlo allí, mientras yo guiaba a mis amigos hasta el salón para estar más cómodos.

-Listo, Zen está dormido en su cuna -avisa Rebecca volviendo donde nosotros y sentándose a mi lado.

-Gracias, Rebecca -ella asiente sin tener problemas con ayudarme cuando se trata de su único sobrino-. Bien, estamos todos, ¿qué querían decirnos?

-Pues... Ya que todo ha terminado y cada uno está haciendo su vida de nuevo... -Nisha y Adler sujetan sus manos-. Con Nisha hemos decidido empezar un viaje por el mundo, por lo que no sabemos cuando volveremos a vernos, así que queríamos hacer esta nuestra última reunión con todos ustedes.

-Wau, eso es impresionante -menciona Kyle.

-Sí, en verdad -le sigue Liam.

-Entonces, debemos hacer algo más importante -comenté.

-¿Cómo qué? -pregunta Rebecca-. No, esperen, ya tengo una idea.

Todos la miramos con una sonrisa esperando su propuesta, la cual fue una buena idea. Primero nos separamos, todos fueron a sus casas a preparar sus cosas, yo les pedí a mis padres que cuidaran a Zen mientras iba a salir con los chicos, no íbamos a tardar más de un día. Así que al estar todo listo nos encontramos de nuevo en casi las afueras de la ciudad, frente al bosque que cruzamos hace ya un año. Empezamos a caminar hasta adentrarnos en este, hablábamos de los recuerdos que teníamos del lugar, hasta que llegamos a esa misma cascada natural en donde nos bañamos juntos y pasamos una noche, era una linda zona para una última vez juntos. Recordando lo que pasamos y sin interrupciones, y esta vez, sin peligros mortales fuera de lo común.

-¡Ahora sí entraré primero! -chilla Rebecca al sacarse su ropa, esta vez teniendo un traje de baño por debajo. Corrió hasta el agua y saltó en un clavado.

Nisha fue la que le siguió y luego los chicos. Reí un poco y finalmente me metí con ellos en el agua. Estaba más fría de lo que recordaba pero aún así era agradable, solo que... todos sabíamos que faltaba alguien. No había nada que hacer, decidimos divertirnos una última vez juntos antes de que cada uno tomara caminos distintos. Encendimos una fogata cuando cayó la noche y asamos un poco de carne y otras comidas que trajimos. Cantamos, bailamos y reímos, también nos pusimos nostálgicos y dormimos.

Fue una buena idea fuera de lo común para las despedidas. Esta era nuestra fiesta única y privada, especia para nosotros por los recuerdos que compartimos. Claro que no es el único lugar en el que estuvimos, pero fue uno de los lugares más lindos, donde nos dimos cuenta de muchas cosas y confesamos otras.

Sí. Me ha gustado esta última reunión.

APOCALIPSISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora