Capítulo 35 | Pendientes

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Suspiré cerrando la puerta tras de mí al haber entrado a la casa que me han dado como invitada. Jane sí que sabe como sacarle información a las personas, no ha parado de hablarme y de preguntar cosas, aunque no me desagradaba, solo me dejó algo agotada socialmente. Necesitaba un momento de paz aquí mientras todos los demás seguían festejando alrededor de la fogata.

Me dejé caer sobre la cama y cerré los ojos un momento, quizás solo ha sido un segundo o quizás varios minutos, pero escuché la puerta abrirse y cerrarse, sin embargo también escuché el suspiro de Adler antes de que se sentara en la silla frente a la mesa que había en la habitación. Abrí los ojos y me di vuelta en la cama para mirarlo.

-Creí que ya estabas durmiendo -menciona él desde la silla.

-Aún tenemos algo pendiente, ¿lo olvidas? -sonreí.

-No es necesario si estás cansada, puedes dormir tranquila -responde.

Decidí levantarme, pues en verdad no quería seguir durmiendo. Me puse en pie y bajo su atenta mirada me quité el pantalón cargo que tenía, junto a las bragas, levanté mi camisilla y por último me quité el sostén.

-Hace calor, dormir así es más refrescante -mencioné fingiendo excusas y acercándome de nuevo a la cama-. Si quieres puedes irte a dormir, o podrías quedarte...

Para tentarlo apoyé mis manos sobre la cama, dejando resaltar mis atributos traseros, antes de poder meterme bajo las mantas, sentí sus manos sujetar mi cintura y presionarme contra su cuerpo firme. Sonreí de lado al conseguir mi propósito, lo miré por encima del hombro.

-Realmente sabes cómo provocarme -se inclina sobre mí hasta rozar su aliento contra mi oreja-. Está bien, tú ganas... no vamos a dormir por ahora.

Me enderecé despacio y subiendo mis manos hasta su cabeza, hundiendo mis dedos en su cabello a la par que nuestros labios se encuentran y sus manos se deslizan por mis piernas hasta que una sube a mi seno, lo masajea pellizcando mi pezón, su lengua no pierde el tiempo en entrar a mi boca para dominar a la mía como solo él lo hace. Sus besos bajan a mi cuello, mordiendo y dejando marcas que claramente no cubriré después, quiero ver la expresión de Gia cuando las vea. Pero no quiero pensar en ella ahora, me arruinará el momento, así que prefiero pensar en el hombre jodidamente excitante que estaba por tomarme como suya, de la forma en que a ambos nos encantaba.

Me di la vuelta para besar sus labios y bajar por su cuerpo dejando un camino de besos húmedos mientras me arrodillaba, él se quita la remera y yo me encargo de la ropa inferior, su pene se endereza frente a mí provocándome antojos de saborearlo y tenerlo dentro de mí, incluso con solo pensarlo podía sentir que mi intimidad comenzaba a mojarse hasta que un poco chorreaba por mis muslos. No perdí más tiempo y lo metí en mi boca, comenzando a mover mi cabeza mientras mis manos jugaban con su testículos los cuales también chupaba, pues sabía lo mucho que le gustaba que lo hiciera.

Lamí su prolongada longitud hasta volver a meterlo y que llegara al fondo de mi garganta.

-Mhm... Nisha... Lo haces muy bien -gime él entre jadeos mientras sujeta mi cabello e inclina su cabeza hacia atrás.

Escucharlo me hacía sentir más excitada, incluso llevé una mano a mi intimidad para estimularme, pues comenzaba a doler por la necesidad de tenerlo dentro. Mis dedos no eran suficientes, lo sabía, pero el masajearme me hacía moverme más rápido y temblar un poco, eso le gustaba, hasta pude sentir el líquido preseminal comenzando a desbordarse, succioné más, como si eso fuera a sacarlo mejor.

Adler suelta un gemido sonoro cuando se corre en mi boca hasta llenar mi garganta y boca. Tragué y lamí lo que seguía saliendo, Adler me ve con lujuria antes de acercar su mano a mí y limpiar un poco la comisura de mis labios, mete su dedo en mi boca y yo lo chupé y lamí como lo había hecho con su pene hace un segundo para tentarlo más. Traga con dificultad y decide besarme con intensidad tomándome tras la cabeza con una mano, sujetando mi cabello y obligándome a levantarme un poco mientras aún seguía de rodillas. Jala de mi cabeza hacia atrás al separarnos para respirar, vuelve a bajar y muerde mi cuello con más fuerza, provocándome que suelte un gemido y quejido a la vez. Vuelve a mis labios y me besa una vez más antes de hacerme levantar por completo, me gira hacia la cama y me hace apoyarme en mis brazos sobre esta mientras sujeta mis caderas para que mi trasero se elevara.

-Joder, en verdad me encantas... -menciona antes de pasar sus dedos por mi intimidad provocándome un estremecimiento-. Ya te has mojado tanto por mí que no necesitas preparación, esto está chorreando.

Se separa un segundo, solo para buscar en el bolsillo de su pantalón el condón que había traído desde el inicio, se lo pone con rapidez por la necesidad, vuelve a tomarme por la cintura y presiona la punta en mi entrada, se deslizó tan fácilmente en mi interior que solté un gemido bastante alto al sentirlo por completo en mi interior, hasta tocar aquel punto exacto de una embestida.

-¡A..Adler...! -gemí aferrándome a las mantas cuando empezó a empujar dentro de mí de manera consecutiva.

Sus embestidas fueron cada vez más fuertes y rápidas hasta que comenzaba a nublarme la mente, tuve que apoyar mi rodilla sobre la cama para no caer por la debilidad en mis piernas, incluso mi pecho cayó sobre la cama. Mis gemidos eran incontrolables por el placer que estaba recibiendo, se inclina nuevamente sobre mí teniendo que apoyarse con una mano sobre la cama, levanté la cabeza cuando él sujeta mi barbilla para que lo haga y así besar mis labios, su mano se desliza hacia mi cuello y lo aprieta un poco provocándome más. Embiste un par de veces más hasta que finalmente terminamos corriéndonos a la par.

Jadeé un poco mientras sentía mi cuerpo caer sobre la cama, me giré hacia él y extendí la mano para quitarle el condón y lamer lo que quedaba en su pene antes de vacías el contenido del preservativo en mi boca.

-Si haces eso volveré a ponerme duro -avisa jadeando e intentando controlarse.

-¿Y quién dijo que eso no estaría bien? -cuestioné dándome a entender muy bien. Volví a meter su pene a mi boca para levantarlo de nuevo.

-Entonces tengo suerte de haber traído más de uno -sonríe ansioso y vuelve a sacar otro condón de su pantalón.

Nos acomoda en la cama, levanta una de mis piernas hasta apoyarla en su hombro, empuja sus caderas hasta meter nuevamente su pene en mi interior. Gemí aferrando mis manos a la cama, pero entonces decidí apretar mis senos porque mis pezones exigían atención. Adler empuja más fuerte dentro de mí por varias embestidas más, él se acerca a mí y besa mis labios, rodeé su cintura con ambas piernas y su cuello con mis brazos. Mordió mi labio inferior y jalo de este levemente, hasta que volvimos a corrernos uno tras el otro.

Se sentía bien volver a estar así de cerca con Adler y saber que ni Gia iba a poder quitarme esto.

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