Reina de Corazones ━━ [Finalizado] 《1》

Capítulo veintiocho: Lo que fue... ya no es más (Borrador)

—Oi, Law... ¿qué clase de truco es este? —preguntó Doflamingo al ver lo que él consideraba un falso Rosinante.

(Tn) estaba en medio de la situación sin saber qué hacer o decir, y para variar, seguía en ropa interior porque una cosa llevó a la otra...

—¿Qué pasa Doflamingo? ¿Viste algún fantasma?

—Emn... yo creo que los dejaré solos para que hablen. —dijo (Tn) pero todos la ignoraron.

—¿Es algún robot que fabricaste, Law? —Sonrió un poco con el afán de ocultar su disgusto—. Esta es una broma es muy pesada. —Sacó la lengua sin dejar de sonreír. Luego dirigió su atención a (Tn) y la sonrisa se le desvaneció—.  Y tú Princesa... ¿qué haces en ropa interior?

—Vine por un vestido, y los encontré en esta habitación, ¿no es maravilloso que tu hermano esté aquí mi amor?

—Sí, Doflamingo, contéstale... ¿acaso no te da gusto que Cora-san esté aquí?

—Mucho pasó ese día, ¿recuerdas Doffy-aniki?

—Mi amor... muñeca, ¿podrías dejarnos a solas por un momento? —Le pidió sonriendo ampliamente.

—¿O porqué no la invitas a sentarse y escuchar? —Propuso Law, con la intención de descubrir hasta dónde conocía (Tn), el pasado de Doflamingo.

—Sí, —respondio (Tn), percibió mucha tensión entre los tres—, claro que sí. Oigan chicos... perdón por golpearlos y bienvenidos, es un gusto verte de nuevo Law-san y es un gusto conocerte Corazón-san. —Les regaló una sonrisa—. Con permiso. —Ellos asintieron sonriéndole.

Antes de que (Tn) cruzara la puerta, Doflamingo la haló de la cintura y le puso su abrigo, de nuevo, y en un descuido de la muy despistada, iba a salir de la habitación en ropa interior.

—Gracias mi amor. —. Dijo (Tn) con una sonrisa nerviosa. Se dirigió a la salida y cerró al salir. Una vez la puerta se cerró, la tensión entre los tres hombres aumentó.

—Explica esta broma, Law.

—Vaya, Aniki, ¿te asombra o te molesta verme vivo? Ni siquiera me has dirigido la palabra.

—No es ninguna broma, Doflamingo, ese día, volví por el cuerpo de Cora-san y él estaba inconsciente, apenas respirando. —contestó Law, con una expresión muy seria, la cuál fue intercambiada por una sonrisa ladina—. Por lo visto Kaminari-ya no tiene idea de lo que has hecho, ¿cierto?

Doflamingo sonrió sombríamente ante las palabras de Law, mientras múltiples venas palpitantes se hacían presentes en su ceño fruncido.

—Tenemos mucho que hablar, Aniki.

—No, no tenemos. —discrepó Doflamingo—. Los mataré a ambos y serán un problema menos que debo ocultar de ella.

—No vine a pelar, sólo quería verte porque creo que ya fue suficiente. —expuso Rosinante.