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El humano llamado Winn Schott, había guiado a los primos por varias calles de la ciudad, él les contaba cosas triviales de la ciudad y las diferentes comidas. Habían pasado comprando tres pizzas, helado, botanas, bebidas y el chocolate prometido. Kara, veía como Winn sonreía, él tenía auténtica alegría y ella podía ver eso. Recordó que él había dicho que no tenía amigos y se burlaban de él. Ella veía la interacción de su primo y el humano, ambos se veían emocionados y cómodos al hablar.
Kara, al final dejó su postura de prima protectora y de desconfianza para unirse a la plática.

Habían llegado a un edificio, los tres entraron y Winn saludo al portero quién le devolvió el saludo. Subieron al ascensor, o como los primos lo llamaron, al cubo deslizante. Una vez dentro del departamento de Winn, ambos se quedaron admirados, era la primera vez que estaban en un lugar así.

Winn, les indicó que dejarán la cosas en la mesa señalada y así lo hicieron. Según, al criterio de los primos el lugar era así; un pedazo de madera cortado rectangular mente con patas de igual material, un asiento amplio con forma de E sin la línea de en medio, una cosa plana y negra sobre una cosa casi igual al pedazo de madera solo que trasparente, varias cosas hacha de metal en un solo lugar... Kara, no era la primera vez que veía varias de esas cosas, pero había otras que no conocía. Kal-El, intentaba recordar los nombres de esas cosas ya que se acordaba haberlas visto en imágenes con Kelex.

- Pueden sentarse donde gusten. - Winn señaló la mesa o el sillón gris de su sala.

Ambos primos señalaron el sillón y como si esperaran la aprobación de Winn para ir a sentarse. Él solo asintió y tomó las pizzas junto a las bebidas.

- ¿Entonces? - habló Kara.

Winn, abrió la primera caja de pizza y les ofreció agarrar a los primos.

- Bueno, no sé qué les interese más de mi, pero yo por ustedes tengo mucha curiosidad. - se encogió de hombros mientras comía. Ahora se vea más relajado, él se sentía en confianza.

- ¿Por qué no tienes amigos? - preguntó Kara.

El humano soltó un suspiro. - Cuando era pequeño, mamá dejó a mi padre, me abandonó con él. Tiempo después mi padre fue a la cárcel y yo quedé al cuidado de un orfanato, no me llevaba bien con los niños de ese lugar. Desde muy temprana edad me comenzó a interesar la tecnología y a escondidas fuí aprendiendo. Cuando comencé a investigar sobre ustedes, los alienígenas, ellos se comenzaron a burlar. Creí que al hablar de eso con ellos, con los niños, ellos querrían ser mis amigos. -

- ¿Por qué nadie querría ser tu amigo? Eres buen humano. - dijo Kal.

Winn sonrió ante eso. La forma de expresarse de ambos primor era única y él lo sabía.

- Nadie quería ser amigo del niño cuyo padre fue responsable de la muerte de muchas personas. - tomó otra pizza. - Cuando crecí, intenté dejar eso atrás, pero comenzaron a pasar hecho extraños y mi curiosidad me ganó. Los que trabajan conmigo lograron meterse a mi ordenador y... Ya saben, comenzaron nuevamente las burlas. -

- Dijiste que hoy te tenías que reunir con ellos. - dijo Kara.

- Sí. Cuando me dijeron que me invitaban a tomar unos tragos con ellos, creí que al fin dejarían de burlarse y me conocerían de verdad, pero al final me dieron una dirección mal... Fuí a parar a un teibol gay. - tomó de su bebida.

- ¿Qué es eso? - preguntó Kal.

Winn, casi escupe su bebida ante eso. No es que él lo considerara mal, pero no pensaba decirle a un niño que era un lugar donde hombres casi desnudos se paseaban por todos lados mientras otros tenían sexo.

Kara Zor-El/SupergirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora