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Entró por la puerta elegante de madera doble, a la que alguna vez la oficina de su padre, Lionel Luthor. Su postura era recta, seria y elegante. Vió a su hermano sentado en esa silla, viéndola con una sonrisa sarcástica plasmada en su rostro. Ella entró y cerró para luego caminar frente al escritorio y detenerse.

- Por favor, toma asiento. – dijo su voz retorcida.

Lena lo vió extender la mano, señalando el asiento frente a él, separados por el escritorio. Lena lo ignoro y caminó hasta tomar un poco de whisky para ella.

Lex sonrió ante la acción de su hermana. Siempre llevándole la contraria.

- ¿Por qué estoy aquí? – volteó a verlo con el vaso en mano.

- No pierdes tiempo. – se relajó en la silla. – Esta... Super chica, está arruinado muchos planes que tengo. –

- Una verdadera lastima. – dijo con sarcasmo y sin ánimo. – Entonces, ¿Estoy aquí para hacer el papel de tu psicóloga personal? – caminó hasta tomar el asiento anteriormente ofrecido. Cruzó las piernas y sostuvo su vaso con whisky elegantemente. – Dime, ¿Cómo te sientes con eso? – la burla estaba palpable ante esa pregunta tan frecuente de los psicólogos.

Lex la observaba serio. Su paciencia cada vez agotándose más. Se inclinó hasta colocar sus codos sobre el escritorio. – ¿Querés saber cómo me siento? – preguntó con desprecio. – Esta maravilla de chica está causando problemas. El mundo la está empezando a adorar como si fuera un dios. Ella es una amenaza para este planeta. –

- ¿Para este planeta o para ti? – él la miró quisquilloso. – Dime Lex, ¿Por qué tanto odio por ella? Ni siquiera la conoces. –

Rió sin gracia. – Pero tú sí. Ella sale y entra por el balcón de mi edificio como si nada... Casualmente en los que son tus turnos. – se tomó un tiempo para deleitarse con la expresión de Lena. – Lena, piénsalo, son seres que no pertenecen aquí, ¿Qué si un día se revelan y deciden someternos? Este es nuestro hogar y ellos solo son invasores, deben ser exterminados antes que eso pase. –

- Hablas en plural, ¿Hay más? ¿Dónde están? –

Lex sonrió. – Querida hermanita, eso ya deberías saberlo. Revisaste mis cosas, sabes lo que hago. La demencia no va contigo ahora. –

Lena levantó la barbilla, apretando la mandíbula y mirada seria a Lex. Lex rió ante esto y caminó hasta estar a la altura de Lena, colocando una de sus manos en el hombro de la mujer.

- Eres una Luthor, Lena. Piensa bien a quien das tu lealtad, una vez esto empiece, no tendré piedad ni siquiera por mi propia hermana. – dijo serio. – Todos tendrán el mismo final, y empezaré con la chica de la capa. Supergirl, será la primera en caer. –

~

DEO.

Supergirl aterrizó en el balcón más alto del edificio, flexionó sus rodillas para hacer el aterrizaje lo más suave posible. Al enderezar su cuerpo y levantar la cabeza vió que varios agentes le apuntaban con armas de diferentes formas, incluidos el director Danvers y su hija. No hizo ningún movimiento innecesario para no provocarlos, estaba claro que no confían en ella y no los culpa.

El director se adelantó unos pasos aún sin bajar el arma, sin bajar la guardia. – ¿Cómo confiar en ti? – preguntó en voz autoritaria.

- Usted es el que me apunta con un arma alienígena, usted y sus aliados. – dijo la voz distorsionada.

El hombre la miró por unos segundos más antes de dar la orden en seña a sus hombre que bajarán las armas. Esta es la primer vez que están frente a frente de la nombrada chica de acero. Ella era alta, de cuerpo visiblemente musculoso, pero sin perder su feminidad, lista para pasar desapercibida por los demás terrestres que la vieran sin el traje, no dudaban que era hermosa sin la máscara.

Kara Zor-El/SupergirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora