//Rían conmigo más adelante..... El sonido de isla esta genial escuchen lo !!
Por la mañana, al despertar, Camila se encontró Sola. Permaneció inmóvil algunos momentos, repasando los detestables sucesos del día anterior. Necesitaba volver a la base naval para que el mundo (especialmente su abuelo) supiera que ella estaba a salvo. Salió arrastrándose del reducido refugio y se irguió.
Había una pequeña fogata encendida, pero de la mujer no se veía rastro. El uniforme que le había prestado era demasiado amplio; las mangas le cubrían las manos, la chaqueta le llegaba a las rodillas y las perneras del pantalón le colgaban bajo los pies. Tropezando con la tela, Camila recogió del suelo el vestido mojado.
Había dejado de llover y la mañana era soleada; ya comenzaba a hacer calor. El claro era muy pequeño, estaba cercado por árboles de follaje brillante. La mujer no estaba a la vista.
Con cautela, tratando de detectarla por el oído, se quitó el uniforme naval.
Hace demasiado calor para tanta ropa -dijo la mujer , a su espalda.
Camila, ahogando una exclamación, apretó el vestido contra su cuerpo.
Lauren recogió el uniforme blanco del suelo y arrugó el ceño al verlo manchado.
Parece que usted no respeta la propiedad ajena, señorita.
Señorita, no. Soy una...
Sí, ya sé. Eres mi carga real, ¿no? ¿No podías esperar hasta el domingo por la mañana para hacer que te atacaran a tiros? ¿Te vas a poner todo ese aparejo o te quedarás allí, mirándome?
Debes marcharte. No puedo vestirme delante de una plebeya.
Sobreestimas tus encantos en demasía, princesa. Podrías caminar desnuda delante de mí sin que me interesaras. Apresúrate a vestirte. Pelarás los camarones.
Camila tardó un momento en recobrarse.
No te puedo permitir que me hables de ese modo.
Ella se detuvo delante de la mujer y le arrebató el pesado vestido negro que tenía en las manos. Ante sus ojos horrorizados, sacó el Cuchillo para cortarle las mangas. Después arrancó treinta centímetros de la falda. Por fin se lo devolvió.
Así está mejor. Y deberías quitarte la mitad de esa ropa interior. Si te desmayas por el calor, no esperes que vaya a rescatarte. Ya he aprendido la lección.
Recogió una red para pescar y se alejó hacia el arroyuelo.
Camila no podía creer lo que estaba pasando. Su tía le había dicho que los norteamericanos eran bárbaros, que no tenían buenos modales y que era imposible confiar en ellos, pero esta mujer debía de ser peor que el resto. No era posible que todo el país estuviera poblado por gente así, sin respeto alguno por la autoridad.
Diez minutos después, cuando ella volvió con una red llena de camarones, Camila aún estaba de pie en el mismo sitio.
¿Esperas a tu doncella? A ver, te ayudaré.
Dejó caer los camarones y, después de arrebatarle nuevamente el vestido, se lo pasó bruscamente por la cabeza, raspándole la nariz con la hebilla de la cintura. Lo puso en Su Sitio a tirones, le pasó los brazos por las mangas cortadas y le abotonó la espalda con tanta suavidad como si fuera un tiburón al ataque.
A lo largo de toda la operación, ella mantuvo la espalda rígida. Esa mujer era una demente. Su cerebro no podía funcionar de manera correcta, sin duda. Se apartó de ella para sentarse en un cajón de madera. La falda apenas le llegaba a media pierna y tenía los brazos desnudos.
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LA PRINCESA(ADAPTACIÒN CAMREN-G!p)
RomanceSe llamaba Camila Cabello. Es una bella y arrogante princesa de un pequeño reino europeo. Envuelta en una tormenta de intrigas, cerca de los cayos de Florida, se ve arrojada a la costa, a los brazos de la arrebatadora Lauren Jauregui, oficial de la...