Capitulo 15

1K 97 46
                                    

uuuff se viene .

En el trayecto hasta el apartamento de Larry y Bonnie, Camila guardó silencio. Los otros hicieron lo posible por relajar el ambiente, pero ella se sentía observada y no podía dejar de pensar que, de algún modo, la sabían diferente.

Y todo era culpa de la teniente Jauregui. Esa mujer horrible había sido causa de todo lo malo que le ocurriera en Norteamérica... exceptuando el secuestro, naturalmente. En aquel momento le había salvado la vida. Pero a ratos lamentaba que ella no la hubiera dejado ahogarse.

Cuando estaba de pie en la diminuta sala de Bonnie, se abrió la puerta, dando paso a Lauren y a Dolly. Camila fue inmediatamente a la cocina. Su esposa la siguió.

Te he traído algo -le dijo desde atrás, con suavidad. Ella giró en redondo.

¿Una biografía de George Washington con diez preguntas al final de cada capítulo?

Ella soltó una risita y le ofreció una bolsa de papel. Camila la aceptó con gesto dubitativo y sacó el traje de baño azul. Miró a

Lauren con expresión de escepticismo.

Yo mismo lo elegí. -Los ojos de Lauren centelleaban -. También tienes una pequeña bata, un sombrero y un bolso aquí adentro. Ningún libro de historia.

Camila no sonrió.

¿Qué te ha regalado? -chilló Gail desde la puerta.

Camila le ofreció la bolsa, para dejar que revolviera a su gusto.

No es mal modo de pedir disculpas, Jauregui-observó la norteamericana -. Todavía es posible que te conviertas en un buena esposa. -Miró a la princesa -. ¿Y bien?

Camila comprendió que Gail esperaba algo de ella, pero no supo de qué se trataba.

Cuando un hombre se disculpa, una le da un beso y se reconcilia con é. Vamos, manos a la obra. Os concedo dos minutos. Después habrá que subir a cambiarse para ir a la playa. Tengo hambre.

Y las dejó solas en el cuarto.

Yo... ejem... creo que esto va en prenda de paz - tartamudeó Lauren.-. Creo que hice mal en decir lo que dije. Es que me asombró verte tan cambiada.

Supongo que sí -concedió Camila -. Quería parecer norteamericana y la cabellera larga era muy anticuada.

A mí me gustaba.

¿De veras? -se extrañó ella -. Yo no lo sabía. Tú nunca me dijiste que te gustara ni que te disgustara.

Ella se acercó un paso.

Pero me gustaba. Te sentaba bien.

Pero esto es tan cómodo... -comentó ella, tocándose la melena.

¿Sí? -Lauren alargó una mano para enroscarse un grueso rizo a los dedos -. Es suave.

Quiero decir...

Se acabó el tiempo -anunció Gail -.Vamos.

Camila, con la confusión pintada en los ojos, pasó junto a ella para salir de la cocina. Ya arriba, olvidó ese curioso incidente, al descubrir que el dormitorio se había convertido en un vestuario común. Una cosa era mostrarse desnuda ante las doncellas, pero ¡delante de gente desconocida! Además, le llevaba un tiempo infinito quitarse y ponerse la ropa; para colmo, ese bañador tenía una cremallera a la espalda.

Pero Dolly no le dio tiempo a pensar. Le desabotonó el vestido y la ayudó a quitárselo.

Ahora yo -dijo, cuando Camila quedó vestida sólo con unas enaguas prestadas.

LA PRINCESA(ADAPTACIÒN CAMREN-G!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora