Veinticuatro horas después, los seis hombres dedicados a lo que se había dado en llamar Proyecto Lanconia se habían reducido a cuatro. Dos de ellos anunciaron que tenían asuntos más urgentes y abandonaron la sala de conferencias. En verdad, si la princesa les había resultado difícil de convencer, no estaban preparados para la cerrada terquedad de la teniente Jauregui.
El general Brooks tenía los ojos enrojecidos y la garganta irritada de tanto hablar.
¿Esa hija de mala madre sigue riéndose?-preguntó.
El congresista Smith estaba tan furioso que se limitó a asentir con la cabeza.
¿Qué se sabe? -preguntó el general Brooks a la auxiliar femenina. Puesto que de nada había servido el intento de convencer a Jauregui con una conversación entre hombres, habían reunido a las mujeres. Hasta ahora, tampoco había éxito.
Lauren, digo, la teniente Jauregui dice que prefiere enfrentarse a un tribunal de guerra antes de casarse con la princesa. Cuando le dije que se le necesitaba por su árbol genealógico, sugirió que ofreciéramos a Su Alteza Real alguno de sus hermanos. Puesto que no la conocen, dijo, podrían mostrar mejor voluntad en cuanto a casarse con esa-levanto la vista. -Omito el epíteto.
¿Sus hermanos? -La cara de Brooks reveló un atisbo de esperanza.
He hecho algunas averiguaciones, señor -dijo un joven capitán-: El mayor está en Inteligencia, en misión tan secreta que sólo el presidente y otras dos personas saben dónde encontrarlo. El segundo, hospitalizado; la semana pasada estuvo a punto de perder la pierna por una ráfaga de
ametralladora. El tercer hermano se casó el mes pasado con una inglesa; la familia aún no lo sabe.
¿No hay primos?
¡No tenemos tiempo! -protestó el congresista Smith, golpeando la mesa con el puño-: Esa Jauregui es la candidata perfecta. Norte americana hasta la médula y con aspecto de reina. -Las fervientes manifestaciones de acuerdo de la auxiliar femenina le hicieron arquear una ceja.- Su coeficiente intelectual es de ciento cuarenta y tres. Es rico. Según nuestros informes, Lanconia sobrevive a duras penas. El dinero de los Jauregui podría ayudar la ha levantarse.
Además de extender la buena voluntad norte americana por todo el mundo -agregó el general Brooks.
Smith hizo una pila con los papeles que tenía ante sí.
Si la amenazamos, corremos el peligro de perder el apoyo de los AstillerosWarbrooke.
O el apoyo de todos sus familiares - agregó el capitán.
Mintámosle.
Eso impuso el silencio en la sala. Smith continuó:
No puede soportar a la princesa ¿verdad? Se ríe cuando le hablamos de ser reina. Entonces le diremos que el matrimonio será una farsa, que debe tomarlo como una operación de Inteligencia. Vivirá con ella, le enseñará a comportarse como norteamericana y la llevará a Lanconia. En cuanto ella esté nuevamente en el trono, podrá retirarse del caso.
Pero en Lanconia descubrirá que el matrimonio es válido y que debe ser reina -adivinó el general Brooks.
Algo así -Ahora haremos lo posible para casarlas y poner el pie americano en la puerta. Después nos ocuparemos de las consecuencias.
Y la princesa, ¿nonos denunciara? -dudó el capitán. Smith soltó un resoplido.
Esa mujer vendería el alma por su país. Le mentirá. Hará todo lo necesario para conservar su trono. Tengo la sensación de que no piensa hacerla reina. Veremos qué dice Jauregui al respecto. Bueno; ¿vamos? No quiero dar a esa mujer tiempo para pensarlo. ¿Cuánto tiempo lleva sin dormir?
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LA PRINCESA(ADAPTACIÒN CAMREN-G!p)
RomanceSe llamaba Camila Cabello. Es una bella y arrogante princesa de un pequeño reino europeo. Envuelta en una tormenta de intrigas, cerca de los cayos de Florida, se ve arrojada a la costa, a los brazos de la arrebatadora Lauren Jauregui, oficial de la...