capitulo 22

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Aterrizaron en Buenos Aires y Elizabeth sólo podía retorcerse lss manos nerviosa, angustiada, dolida. En su rostro había señas de que había llorado todo el viaje. Louis le había contado a los demass lo que había pasado y ellos no sabían cómo reaccionar. Querían estar con ella pero ella no permitía siquiera que la tocaran.
Bajaron del avión en silencio, nadie sabía que vendrían. No tardaron en llegar a la casa. Elizabeth solo piso la entrada y dejó las valijas, palpó en su bolsillo las llaves de su vieja moto y echó una triste mirada al garaje.
Iba vestida completamente de negro al igual que sus padres y Zayn. Llegaron al velorio y las lágrimas volvieron a surgir de los ojos de la chica. Liam la tomó de la mano y, por primera vez en horas, ella no lo rechazó. La presionó con dulzura y le sonrió a través de las lágrimas.
Una chica rubia corrió hasta ella y la abrazó con todas sus fuerzas.
-Jose.- murmuró ella.
Las chicas lloraban desconsoladamente abrazada una a la otra. Poco a poco las otras chicas se fueron sumando.
-No vuelvas a hacernos esto.- pidió Pilar entre lágrimas.
Cuando el grupo de amigas se separó, Elizabeth volvió con sus padres. Ella dejaba las lágrimas caer por su rostro mientras miraba fijamente el cajón de su amiga. No decía nada, no hacía nada. Harry la tomó por los hombros y la llevó a un asiento. Los chicos los siguieron.
Las amigas de Elizabeth no dejaban de lanzar miradas preocupadas en su dirección. Ellas no entendían qué había pasado y por qué esos cinco hombres estaban ahí con ella.
Harry sentó a su pequeña hija en su regazo y ella se recostó en su pecho.
-Es mi culpa,- seguía murmurando ella inconcientemente.- yo la llevé por este camino. No la detuve cuando estuve a tiempo.
-Mirame.- pidió Harry y ella obedeció.- Nada de esto es tu culpa. No te responsabilices por lo que pasó. Ella podía elegir y eligió esto pero no es tu culpa.
-No lo entendes.- dijo ella.
-Porque no me lo explicas.- replicó él.
-Cuando volvamos a la casa les explico.
La chica se levantó y se apartó de ellos. Caminó entre la gente y se ubicó junto a sus amigas. Sus padres y Zayn la seguían de cerca, no querían dejarla sola.
Un chico se acercó por detrás y la abrazó apoyando su mentón en el hombro de ella.
Elizabeth volteó lentamente hasta quedar frente a su amigo. Le llevó las manos al rostro y secó sus lágrimas mostrando una pequeña sonrisa.
-Hola.- dijo ella ante las miradas de sus padres que estaban a punto de abalanzarse sobre el chico.
-Te extrañé.- dijo él y la abrazó con fuerza.
Ella se puso de puntitas y pasó las manos por su cuello dejando las lágrimas volver a salir. Era duro para ella volver aunque mas duro era ese sentimiento de culpa que sentía.
Ellos la miraban, la miraban y querían separarla de ese chico, querían abrazarla, querían decirle que nada era su culpa. Mientras terminaban de enterrar a la chica, Elizabeth lloraba abrazada a ese chico y a sus amigas. Lloraba en silencio como si no tuviera derecho a hacerlo.
La gente empezó a irse pero ella se quedó ahí parada con sus amigas.
-¿Mañana?- preguntó Rocío.
-Si, mañana a las tres en mi casa.- aseguró Lorena.
Todas se despidieron aunque ninguna quería irse.
-Vamos, Elizabeth.- pidió Alejandro, su amigo.
Ella accedió y buscó a sus padres con la mirada. Se despidió de su amigo y caminó cabizbaja hacia sus padres. Liam le pasó el brazo sobre los hombros pegándola a él.
Llegaron a la casa y se sentaron en el living.
-Mañana a las tres tengo que ir a la casa de una amiga.- dijo ella mirándolos.
-Está bien.- accedió Niall.
Todos sabían que había una explicación pendiente. Ella fijó su vista en sus manos, las que retorcía algo nerviosa.
-Un día llegué al colegio y vi marcas en su muñeca, no le pedí explicaciones pero ella me las dio. Me dijo como la aliviaba. Yo no la paré. Unos meses después su brazo ya tenía varias marcas y el mío empezaba a recibirlas. En ese momento tendría que haberla parado pero no lo hice. Con el tiempo las ideas suicidas empezaron a llenar mi mente. De eso son las notas de mi habitación. Ella leía esas notas. En un momento ella quiso detener las marcas de mis brazos pero no pudo. Un día a la salida del colegio me encontró... Fumando, eso era lo que me relajaba, al igual que cortarme. Ese día ella me prometió que no iba a volver a hacerlo porque no soportaba que yo lo hiciera, pero yo la abandoné.
La chica seguía con la vista fija en sus manos. Los chicos contenían el aliento. Era duro escucharlo. Era duro pensar que eso le había pasado a ella, a su hijita.
-No fue tu culpa.- dijo entonces Louis.
-Si, porque la dejé sola, porque no la detuve.
-Vení, princesa.- dijo Niall.
Ella se puso de pie y obedeció. Se sentó en las piernas de Niall y él la rodeó con sus brazos.
-A veces me gustaría cambiar algunas de las cosas que hice.- dijo ella.
-Hay cosas que no se pueden cambiar, hermosa, pero podes evitar cometer los mismos errores.- dijo Louis acariciándola.
Subieron a buscar mantas porque ella no quería salir del living, no quería remover los malos recuerdos. Ella de quedó con Zayn que se encontraba sentado justo en frente.
Él se levantó y se sentó junto a Elizabeth rodeándola con su brazo. La chica recostó su cabeza en el pecho de él.
-Sé que es difícil,- dijo él.- pero estoy con vos.- la tomó del mentón y la obligó a mirarlo a los ojos.- Estoy con vos.
Ella asintió y él le depositó un suave beso en los labios.
-Te quiero.- le dijo ella.
-Yo te quiero muchísimo más.- aseguró él y volvió a besarla.
Ella recostó su cabeza en el pecho de él. Zayn le rodeó la cintura con su brazo y la pegó mas a él.
-Está mal esto.- dijo Niall.
-Pero es nuestra hija. Además dicen que no terminas de conocer a alguien hasta que descubres su habitación.- dijo Louis.
-No sé si era así.- dijo Harry algo confundido.
-Chicos, dejemos esto para mañana. Agarremos las mantas y vamos que la dejamos sola con Zayn.
Tomaron las mantas lo mas rápido posible y bajaron. La encontraron medio dormida acostada junto a Zayn con la cabeza en su pecho mientras él le acariciaba el cabello. Apenas ella se fuera a la casa de su amiga por la tarde del día siguiente, los chicos tendrían una gran charla con Zayn.
Harry tomó a la chica en sus brazos mientras los demás preparaban todo para dormir.
Los sillones se volvieron dos camas y ellos pusieron las sábanas y frazadas.
Liam recosto a Elizabeth en uno de los sillones y se acostó junto a ella. Del otro lado se acostó Harry mientras que en el otro sillón se acostaron Louis, Zayn y Niall. La chica parecía una muñequita de cristal entre sus dos padres. Ambos la miraban y acariciaban mientras ella dormía con paz en su rostro. Harry le rodeó la cintura y ambos fueron concientes de lo pequeña que era. Liam la cubrió con las sábanas y besó su cabeza.
Todos se durmieron, ella aún con las llaves de su vieja moto en el bolsillo.

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