capitulo 26

641 24 0
                                    

Al entrar al nuevo instituto se sintió invisible. Se deslizó por los pasillos entrando a las diferentes clases sola. Le faltaba James. No le gustaba el uniforme pero tenía que aguantarlo. La pollera era mas larga que la del otro instituto. Estaba tres dedos sobre la rodilla y era color azul. En la parte superior tenía una camisa blanca de manga larga con el logo del colegio. Colegio privado. Todos tenían aire sofisticado e importante.
En la clase de gimnasia la profesora dijo que debía inscribirse en algún deporte y luego se le daría el uniforme. Se inscribí a futbol, basquet, voley y hockey. Tenía el uniforme y los horarios correspondientes a cada uno. Parecía ser llevada de acá para allá por esas nuevas reglas que no le interesaban. Cuando salió vio a todos subirse a sus hermosos audis, ferraris, minicoopers y demás. Miró todo alrededor, era invisible.
Caminó hasta la casa y se topó con que sus padres no estaban. Me extrañó. Se sentó en la escalera a esperarlos como había hecho tantas otras veces y miró todo en silencio.
-¿Y si ella también se perdió?- preguntó Niall.
-Está ahí.- la señaló Liam aliviado.
Ella empezó a reír a carcajadas a la vez que intentaba bajar más si pollera.
-¿Se perdieron?
-No, solo no encontramos el colegio.- dijo Louis y todos se sumaron a la risa de ella.
La chica tenía el rostro entre las manos mientras trataba de calmar su risa. Las lágrimas salían de sus ojos y le costaba respirar. Estaba tirada en el piso sin poder parar de reírse y los chicos se reían por la reacción de ella. Cuando las risas cesaron se miraron y volvieron a reír.
-Bueno, bueno,- dijo Harry.- vayan a hacer el almuerzo que yo tengo que hablar con esta jovencita.
Ella alzó una ceja y los demás fueron a la cocina. Harry se sacó la corbata que había usado para una reunión esa mañana y la ató en los ojos de ella. La guió por la casa hasta salir al patio.
-¿Lista?- preguntó. Ella asintió. - Sorpresa.
Destapó los ojos de ella. Del árbol colgaban seis columpios. Cada uno tenía nombre. Louis, Niall, Liam, Elizabeth, Harry, Zayn.
Ella los recorrió con la mano y se volteó a verlo con una enorme sonrisa.
-Son hermosos, pa. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias.
Ella saltaba y lo abrazaba provocando risas en él.

..

El segundo día en el instituto fue igual al primero. Empezó con los deportes y destacó. Todo el colegio hablaba de un baile al que ella debía ir porque era obligatorio.

Elizabeth
James hay un baile y no conozco a nadie. ¿Queres venir? Poooorfis. Es mañana. ¿Se enojara Marcus?.

James
Claro que voy con vos. No te preocupes. Marcus y yo... bueno, ya no estamos juntos. Pero cero preguntas chiquita. Mañana a las ocho estoy en tu casa.

Ella no preguntó nada y respondió un ok.
-¿Con quién hablas?- preguntó Zayn sentándose en su cama.
-Con James. Va a venir mañana para llevarme al baile.
-¿Baile?
-Uno obligatorio del instituto.
-Llevame a mí. - dijo el moreno.
-Zayn.. Sabes que no puedo. Ellos se darían cuenta y se enojarían mucho si saben que estamos juntos.
Ella lo miraba y él se le acercó coqueramente.
-¿Así que estamos juntos?- preguntó él quitándole el pelo de la cara y acariciándole la mejilla mientras ella se quedaba sin habla. - Yo soy tu tío, no podemos estar juntos.
Él lo decía jugando pero ella no lo comprendió.
-Es verdad. - dijo bajando la mirada. -Tío, salí de mi cuarto por favor.
Pidió simulando una sonrisa.
-Elizabeth..- empezó él.
-No. Tenes razón. Sos mi tío, nada puede pasar entre nosotros.
-Pero...- él quería decirle que estaba jugando. Que él la amaba, que podían ser todo lo que ellos quisieran.
-A comer.- llamó Liam.
Elizabeth salió de la habitación y se metió en el baño. Zayn salió del cuarto y bajó a la cocina.
Elizabeth bajó cubriéndose el rostro con el pelo y le dijo a Liam que no tenía hambre y que estaba muy cansada sin dejar que él viera su rostro lleno de lágrimas. Antes de que sus padres dijeran algo subió a su cuarto y cerró la puerta.
Harry se despertó por una pesadilla. Miro el reloj. Las cuatro de la mañana. Bajó las escaleras y fue directo a la cocina. El aire frío de la heladera impactó contra su torso desnudo y la luz le hizo entrecerrar los ojos. Se tomó un vaso de jugo frío y se dispuso a volver a su cuarto pero se detuvo al encontrar la puerta del patio abierta.
Se asomó lentamente con una madera en la mano. Elizabeth se abrazaba las piernas sentada en el columpio mientras miraba el pasto y las ramas rozando el piso.
Alguien se sentó en el columpio junto al suyo, miró de reojo y se encontró a Harry.
-¿Todo bien?- preguntó él.
Ella no respondió, era como si no lo escuchara pero si lo había escuchado.
-Princesa, vamos adentro.- otra vez no recibió respuesta.- Por favor. Hace frío y te vas a enfermar.- Harry se levantó y se arrodilló frente a ella.-¿Estás llorando?- preguntó y ella hundió el rostro entre sus rodillas. -¿Qué pasa?
Ella elevó su vista y mirándolo fijamente preguntó.
-¿Para qué nací?
Su padre se levantó automáticamente y la abrazó con todas sus fuerzas.
-No te lo cuestiones nunca.- dijo serio. Ella guardó silencio mientras él la rodeaba con sus brazos.- Vamos adentro.
-No me dejes sola.- pidió como una nena chiquita que ve monstruos abajo de su cama.
-Nunca voy a dejarte sola. Vamos a mi cuarto.
Harry la tomó en sus brazos mientras ella le rodeaba la cintura con las piernas y el cuello con los brazos. La chica apoyó su cabeza en el hombro de su padre y cerró los ojos.
Él la llevaba facilmente. Ella era tan chiquita y flaquita que era sencillo cargarla.
Llegó a su cuarto y la recostó en la cama tirándose junto a ella y tapándola. La rodeó con su brazo y ella se acurrucó en su pecho.
Esa mañana no había clases por el baile así que la chica se levantó y se dio un largo baño. Hacía calor y por primera vez sintió deseos de usar un short. Rebuscó entre las cosas de su armario que jamás había usado y sacó un short negro corto y un top azul. Se recogió el cabello en una colita alta y bajó a desayunar. No había nadie en la cocina así que tomó una chocolatada y salió en busca de sus padres. Encontró a todos dormidos menos a Niall.
-Pa,- dijo entrando al living donde él comía tostadas en boxers.- hoy tengo un baile obligatorio del instituto y necesito algo que llevar. Si no llevas vestido no entras.
Él se volteó y, al verla, se atragantó con su tostada. Ella se apresuró a ayudarlo. Él no salía de su asombro.
-Claro. Espera que me cambio.- dijo torpemente.
Las piernas de la chica eran mejores que las de Harry. Tenía muy buen cuerpo y ellos jamás lo habian notado. Ahora él estaba preocupado, esa chica debía tener muchísimos pretendientes y eso no era algo que a Niall le gustara.
El chico bajó con un jean y una musculosa negra.
Cuando llegaron al centro comercial los grupos de chicos no sacaban la vista de encima de Elizabeth y las chicas no despegaban sus ojos de Niall. Él rodeó la cintura de su hija con el brazo y ella lo imitó.
-¿Celosa?- rió él.
-Sos mi papá. ¿Qué te miran tanto?
Él rió aún mas.
-Y a vos se te ocurrió justo un día que el shopping está lleno de chicos para revelarte y vestirte así de linda.- dijo él mirándola serio.
-El calor me hizo cambiar mi estilo.- se defendió ella.
Entraron en una casa de ropa y ellos enpezaron a buscar.
La chica se probó un vestido tubo azul oscuro. La espalda era descubiesta y sobre el estomago solo había encaje negro que resaltaba su piel palida. Niall sabía que su hija se veía demasiado sexi metida en ese vestido.
-¿Llevo este?- preguntó ella feliz. Le gustaba mucho. No sabía por qué. No era su estilo pero le gustaba era simplemente precioso.
Antes los ojos brillantes de ella él accedió.
Lo pagaron y salieron del local.
Otra vez las miradas y los celos. Ambos se reían de la situación cuando llegaron a la casa. Entraron y ella subió directamente a dejar el vestido en su cuarto. Al bajar chocó con Louis.
-No corras adentro.- dijo él y volteó para retarla. Se quedó sin habla al verla vestida así. Si esa no fuera su hija, pensó. - Que linda que estás.- dijo al fin.
-Gracias, pa. Sé que no es mi estilo, pero queda bonito.
-Demasiado. Como te anden mirando mucho...
- Si, ya se. Niall dijo lo mismo.
La chica siguió su camino y se tiró en el sillón a leer.
Pasaron las horas y los chicos pasaban sin notarla. Zayn estaba en su cuarto, golpeándose mentalmente por su propia estupidez.
-A comer.- llamó Liam y todos corrieron a la cocina sentándose a la mesa.
-Falta el jugo.- se quejó Harry.
Elizabeth se paró de mala gana y fue a buscarlo.
Sus padres la miraban con asombro.
-Su excusa es el calor.- dijo Niall.
-Y que queda bonito.- agregó Louis.
Zayn, por otro lado la miraba con unos ojos llenos de deseo. Él quería acariciarla, besarla, ser el único que pueda mirarla. Pero lo había arruinado todo.
-Papis, hoy a la noche tengo un baile obligatorio del instituto. James va a pasar a buscarme.- dijo.
-No vas a ir así.- se apuró a decir Louis.
-Nopi. Ya fui con Niall a comprar el vestido.
Todos lo miraron.
-¿La llevaste así al centro comercial? Ese lugar está lleno de pervertidos.- estalló Harry.
-Mirá cómo está vestida.- se quejó Louis. -Cualquiera que la ve no piensa en cosas buenas.
Si supieran, pensó Zayn.
Ella se levantó silenciosamente de la mesa y subió a su cuarto.
Ellos discutían a los gritos. Ella cerró con traba la puerta y salió por la ventana. Estaban tan enfrascados en su discusión que no escucharon el motor de la moto que su hija tan bien ocultaba.
Ella no tenía planeado detenerse por nada en el mundo. Aceleró mas y mas esquivando autos y pasando semáforos en rojo con el casco puesto ocultando las lágrimas en su rostro.
Se detuvo cuando el celular empezó a vibrar en su bolsillo.

InvisibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora