capitulo 27

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El auto estacionó frente a la casa y los cinco jóvenes que estaban sentados en las escaleras se pararon de golpe.
-Sos un mal amigo,- reía la chica mientras bajaba con los zapatos en la mano.- voy a matarte.
-Si no te hubiera hecho eso probablemente no bailabas con ese bombón.
-Otra razón para matarte.
La chica se volteó encontrándose con sus padres y Zayn. Sintió un dolor en el estómago al toparse con sus ojos como si le hubieran pegado un puñetazo.
-¿Dónde estabas?- preguntó Louis furioso.
-En el baile. Les dejé una nota.
-Antes. ¿Dónde mierda estabas antes?- se enojó Harry. Su papá perdía muy facil los nervios.
-En... -recordó que había salido con la moto y después se había quedado horas en el techo.- Dando vueltas por ahí.
-¿Sin avisarnos nada? ¿En qué mierda pensabas?¿Sos idiota o qué?- era Liam él que gritaba.
Ella retrocedió un paso. Él nunca le había gritado de esa manera. Sentía sus ojos llenarse de lágrimas pero no quería llorar, no ahora.
-Perdón.- susurró.
-Perdón nada. No podes desaparecer de la nada.- gritó Harry.
-Estás enferma de la cabeza,- susurró Niall.- crees que podes hacer lo que queres.
Él era el único que no gritaba pero ese tono lleno de decepción la hería. Zayn y James miraban todo petrificados y serios.
-Estás castigada.- dijo al fin Louis.
Las lágrimas salían de los ojos de ella sin permiso y ellos estaban demasiado furiosos como para notar el daño que le hacían.
La chica se subió al auto de sus padres sin decir ninguna palabra. Ellos seguían gritándole cuando entraron a la casa, también mientras ella subía las escaleras y se cambiaba.
Los cuatro gritaban desde la puerta la habitación de ella. Elizabeth se acercó y tomó la puerta.
-No tenías porqué irte.- gritó Louis.
-Tenes razón,- dijo ella casi en un susurro.- tendría que haberme quedado escuchándolos discutir sobre cuán puta soy.
Dicho esto cerró la puerta y descubrió que ellos habían arrancado el cerrojo. Las lágrimas brotaban de los ojos de ella. Se sacó las pulseras e hizo algo que creyó jamas volvería a hacer. Se hizo cinco cortes profundos en su brazo izquierdo. Uno por cada uno de ellos. Uno para ocultar con cada una de sus pulseras. Se odio a sí misma por hacerlo. Tomó de su cajón una cinta amarilla y le dio cinco vueltas a su cintura antes de atarla con fuerza. Se quedó en ropa interior y se metió en la cama. Todo volvía a ser como antes.
Despertó por la luz que entraba por su ventana. Supuso que todos dormían y así era. Se dio un baño aún con la cinta y se puso un pantalón negro largo, sus zapatillas botitas negras, sus cinco pulseras para tapar los cortes y un sweter gris que le quedaba cinco dedos sobre la rodilla. Ató su pelo en un rodete y bajó a la cocina donde agarro un poco de hielo. Mientras lo comía pensaba en lo de la noche anterior y en todo lo que pasaba por su mente. Pensaba en cómo todo había cambiado y dejó las lágrimas caer. Volvió a subir a su cuarto y cambió las sabanas manchadas con sangre por unas limpias. Lavó y tendió toda su ropa. Volvió a tirarse en su cama recién hecha haciéndose un ovillo y mirando la pared. Los demás se despertaron uno a uno y la vieron ahí, inmóvil, perdida. Ni siquiera había cerrado la puerta. Ellos seguían furiosos por lo que había ocurrido.
Luego de planchar y guardar su ropa, la chica subió al techo. Se quedó ahí unas cinco horas.
-Bajá de ahí.- gritó Harry furioso al verla después de buscarla por toda la casa con los demás. Ella bajó intentando no resvalar por las tejas y se metió a su cuarto por la ventana. Escuchó todos los gritos y retos por parte de sus padres y ella solo les daba la razón.
-Ahí estaba ayer,- murmuró.- no estuve todo el día fuera de casa. Ahí arriba no se escuchaban sus gritos.
Siguió escuchando sus gritos. Zayn miraba todo y había notado que ella no estaba bien. Cuando los demás bajaron al living ella se tiró en su cama llorando hecha un ovillo y mirando la pared.
-Se pasan. ¿Lo saben? - preguntó. Ellos lo miraron con ese odio que tenían acumulado. -Los felicito. Tienen a su hija tirada en la cama llorando desde ayer. Nunca conocí a alguien tan sonriente, pero desde que le gritaron en la puerta de la casa de James no sonríe.
-No vas a decirnos cómo criar a nuestra hija.- gritó Niall.
Elizabeth empezó a escuchar la discusión entre Zayn y sus padres. Ahogó sus gritos en la almohada y se hizo cinco cortes nuevos. Volvió a su posicion anterior débil por la profundidad de los cortes.
-Bajá los pies de la cama ahora.- gritó Liam al pasar por la puerta.
Con esfuerzo ella se sacó las zapatillas pero no pudo volver a su posición anterior, le era imposible moverse sin que todo le comenzar a darle vueltas.
Esa noche Zayn la arropó en la oscuridad ya que sus padres no lo habían hecho. Besó su frente y salió.
Unos sollozos despertaron a Liam esa mañana y lo único que pudo pensar fue en que algo pasaba. Antes de llegar a la puerta recordó toda la rabia y se puso serio dispuesto a gritarle que lo dejara dormir.
Cuando llegó la encontró ya cambiada y bañada sentada en una esquina de su habitación abrazando sus rodillas. Había muchas frases nuevas en las paredes. Ella lloraba con la cabeza entre las rodillas. Llevaba un jean azul oscuro y un sweter blanco que le llegaba hasta las rodillas. Las manos de su hija temblaban. Liam tuvo el impulso de ir a abrazarla pero el enojo se lo impedía. Se quedó observándola hasta que se escuchó un motor apagarse ella se puso de pie apoyándose en la pared. Parecía débil y no notaba la presencia de su padre. El sweter blanco con pequeñas manchas de sangre alertaron al Liam protector. Ella se asomó a la ventana y la luz iluminó su rostro pálido.
-Elizabeth.- dijo él pero por mas que intentó sonar como siempre su voz salía fría, cargada de furia, de odio.
-Por favor,- pidió ella. -vos no sos Liam.
Él retrocedió unos pasos y ella notó que él había visto las manchitas de sangre.
Liam salió por la puerta para llamar a los demás cuando ella casi se desmaya pero ella salió por la ventana como pudo antes de que ellos llegaran. Subió a su moto y arrancó a toda velocidad.
-¿Dónde mierda está ahora?- se quejó Harry.
-Harry. Pará- pidió Liam.- Zayn tenía razón. Es peor de lo que creemos. Nos pasamos. Acaba de irse.
Elizabeth manejaba como podía su moto. Estaba a punto de demayarse y estaba conduciendo a mas de 120km/h sin casco. Llegó a la casa de James y apenas tocó el timbre se desmayo.
El chico abrió la puerta encontrándose a su amiga y se apresuró hacia ella. Vio la moto, vio la sangre y vio el rostro de ella bañado en lágrimas. La cargó hasta su habitación y se dispuso limpiarle las heridas.
Tomó su celular y le marcó a Liam.
-¿James?- preguntó al otro lado.
-Se pasaron. Se pasaron feo. Llegaron muy lejos. ¿Queres saber cómo está tu hija?¿Dónde está?¿Cómo llegó? Acaba de llegar en moto y se desmayó apenas bajó. Podría haberse desmayado mientras manejaba y ahora estaríamos todos en urgencias. Ahora está inconciente con cinco pulseras con sus nombres y debajo alrededor de 25 cortes muy profundos. Tiene una cinta atada en la cintura haciéndole presión y se tatuó la palabra amnesia en el cuello. Esto es su culpa. ¿Qué clase de padres son? Decile a Niall que si, que ella está enferma.
James cortó la llamada y Liam dejó escapar algunas lágrimas.
-¿Qué pasó?- preguntaban los demás una y otra vez.
Liam les contó toda la conversación y todos se quedaron en silencio. Se habían pasado. Habían llegado demasiado lejos.

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