Por la mañana la chica despertó e intentó levantarse pero se sentía aún mas débil que ayer. Intentó levantarse pero cayó al instante.
-Mierda. Mierda. Mierda.- lloriqueo ella.
-Shh shh.- dijo Niall entrando en la habitación rápidamente y sentándose a su lado.- Tranquila, tranquila.
-Maldita sea.- seguía susurrando ella.
-Liam.- gritó el rubio acariciándole el rostro a ella.-¡Liam! Estás muy pálida mi amor pero vas a estar bien, prometo que vas a estarlo.
-Me siento mal.- murmuró ella.
Él, con lágrimas en los ojos, la abrazó con fuerza.
-Liam por favor.- volvió a gritar.La chica volvió a abrir los ojos en el hospital. Sonrió al sentir sus piernas aunque no estaba segura de poder ponerse de pie. No vio a nadie en la habitacion, se levantó y caminó por los pasillos vacíos del hospital, había una luz prendida al final del pasillo, ella caminó hasta allí y abrió la puerta. Luke. Luke estaba conectado a muchas máquinas. A su lado estaba su tío, el hombre que la había atado en aquel sotano.
-¿Qué le hiciste a mi sobrino Elizabeth?- preguntó él y ella se quedó muda- Lo mataste, lo mataste.
Las voces empezaron a resonar en las paredes de la habitación.
-Tranquila,- dijo Liam acariciándole el brazo.- todo va a estar bien.
Ella abrió los ojos lentamente, estaba en una ambulancia, Liam, Niall y Louis estaban ahí, con ella.
La ingresaron en urgencias y los chicos no pudieron pasar, ella quería gritar que los dejaran pasar pero no tenía las fuerzas suficientes. Apenas pudo balbucear pidiendo que no la durmieran durante la operación que estaban a punto de hacerle, no quería cerrar los ojos, no quería soñar.
Cuando la trasladaron a la habitación, suplicó que dejaran pasar a sus padres. Rápidamente Liam apareció con los ojos rojos e inchados.
-¿Qué tengo, papi?- preguntó ella y él dejó que saltaran mas lágrimas.
-Fue... fue solo una hemorragia interna, estás bien ahora, princesa.- dijo Liam pero ella notó que mentía e intento enderezarse.
-Estás mintiendo.- dijo rápidamente.- Llamá a Louis.
-No, amor, no.- pidió él.
Louis que la había escuchado, entró en la habitación.
-¿Qué tengo?- preguntó.
Él se quedó paralizado.
-Tu apendice... puff,- dijo.- pero ahora vas a estar bien.- dijo él tomándole la mano.
-Pero...- empezó ella.
-No lo digas.- pidió Liam abrazándola.- Por favor, no lo digas.
Ella cerró los ojos con fuerza, era conocido que la mayoría de las personas cuyo apendice explotaba antes de ser extraído, morían. Aún se sentía débil pero sabía que iba a estar bien, si nada había ocurrido hasta ahora, nada ocurriría.
Lo que ella no sabía era que los doctores predecían que no le quedaba mucho tiempo con los ojos abiertos, ella no estaba estable, estaba demasiado débil y su cuerpo rechazaba todo tipo de tratamientos. Ella no sabía que la muerte la esperaba allí mismo.
Acarició la mano de Louis y el pelo de Liam y les sonrió.
-Ustedes lo dijeron.- murmuró. -Voy a estar bien.
La doctora pidió que la dejaran descanzar ya que se veía muy cansada y ellos salieron.
Todo se volvió una locura luego, médicos corriendo de un lado a otro, ambulancias que llegaban de todos lados. Un gran incedio había traído a muchos heridos graves a la pequeña clínica.
Los chicos trataban de ayudar, como todos ahí. Los pacientes tendrían que arreglárselas solos por un rato. Los heridos seguían y seguían llegando y ya no había lugar en las habitaciones. Todo era una locura, el hospital estaba revolucionado.
Ella dormía placidamente sin enterarse de nada.
Harry, Liam, Louis, Niall y Zayn ayudaban a trasladar camillas junto a otras personas que estaban de visita por tener familiares internados.
Después de unas horas, todo se tranquilizó, los chicos volvieron a la casa para ducharse pero Harry insistió en quedarse. El incedio había sido controlado y la noticia era de todo lo que se hablaba, gran cantidad de heridos y muertos. Pero a él eso ya no le importaba, a él le importaba esa chica que estaba recostada en una cama en una de las habitaciones, a él le importaba su hijita.
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Invisible
FanfictionEsta es la historia de una chica como cualquier otra. Una chica que es capaz de ocultar todos sus sentimientos bajo una mascara. Ella llora y nadie la ve, grita y nadie la escucha. Solo desea que, algún día, todo cambie. ¿Podrá su deseo volverse rea...