four

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—Eso lo sé. —afirmó el rubio—Mas bien... modificando la pregunta, Bin.

—¿Modificando?

—Sí. —los ojos del pelimorado se posaron en él— ¿No has pensado en ayudar a Han-ah?

—... —el pelimorado se quedó callado.

—Bin. —llamó. El menor dió un suspiro largo.

—Ahh, bien... Te mentiría si te dijera que no lo pensé. Pero soy muy cobarde, ni siquiera hoy pude entablar una buena conversación con él.

Hyunsuk hizo una mueca y luego chasqueó sus dedos.
—Te ayudaré. —sonrió— ¿Los cuatro eran muy unidos, verdad?

—Bueno... —rió nervioso— sí, eramos muy unidos.

—En ese caso, ¿Quieres volver a ser amigo de Han-ah? —le sonrió.

—Me gustaría pero, quiero saber si sigue enamorado de mi hermana... o bueno, que es de su vida ahora.

—Hmm... Déjame contarte algunas cosas que sé de Han-ah.—Hyunsuk puso una mano en su propio mentón pensando en cómo debería empezar...— Bueno, después de que lo conociera y nos hiciéramos buenos amigos, me dijo que no podía seguir con la universidad porque su cabeza explotaba de algo que nunca me dijo... ahora supongo que es de ese accidente —Seo se mordió el labio inferior sorprendido— Y bueno, ahora trabaja de cualquier cosa para mantenerse porque ahora mismo Han-ah no esta en una condición económica muy buena.

—Seguro que fue muy duro para él, conseguir un lugar donde vivir y mantenerse... como antes los cuatro vivíamos juntos. —sus manos que estaban en sus muslos las volvió puños— Han-ah... —susurró.

El rubio con pircings asintió comprendiendo y se levantó
—¿Ahora quieres ir a dónde Han-ah?

—¿Ahora? —se espantó— N-No estoy listo, Suk. —desvió la mirada.

—Bueno está bien. —se volvió a sentar a su lado— ¿Cuándo crees que estarás listo? Te veo que sufres por estar lejos de Han-ah.

Seo hizo una mueca cabizbajo.
—Su-Supongo que... cuando sepa que es lo que siente Han Jisung por mi hermana.

—Si quieres saber eso, ¿No crees que será mejor que hablen los dos?

Changbin miró a su mayor. —Fuck. —maldijo y golpeó su propio muslo— Bien, entonces... Suk, ¿Crees que puedas hacer que me reuna con Han?

—Sí, claro. Déjamelo a mí. —y luego le pegó en la cabeza al menor.

—¡Hey! ¿Y eso por qué? —sobándose la parte golpeada.

—No digas malas palabras, Binie.—soltó sacando su celular.

Seo suspiró asintiendo —Lo siento. — empezando a jugar con sus manos por los nervios.

 — empezando a jugar con sus manos por los nervios

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Mi número por 3 folletos | 한승Donde viven las historias. Descúbrelo ahora