Mi número por 3 folletos | 한승

thirty four

Trío TXT.

Antes de acabar este día.

Yeonjun estaba somnoliento, sí que había dormido bastante. Kai lo miraba dormir dudando si ir a despertarlo o no.

Por otra parte, Soobin ya se había ido para la buena y mala suerte del menor Kamal.

El pelinegro mayor se fue, no sin antes dejar un beso en la mejilla de Yeonjun.
Huening estaba totalmente en contra de que Soobin lo hiciera.

Kai no pudo detenerlo porque Choi le tapó la boca y le dió un manotazo, Huening pegó un grito que fue cubierto por la mano de Soobin.

Soltó con brusquedad al Kai dejando por fin el ansiado beso en el pelirojizo Choi, para después irse porque tenía algo que hacer...

Huening adolorido sonrió porque el contrario se haya ido, luego fue rápidamente hasta la cocina para curarse el golpe recibido.

Después de curarse.

Fue preparar algo para Yeonjun, no quería que su crush siguiera durmiendo con el estómago vacío.
Le costó mucho pero al final pudo lograr cocinar algo, aparte de las pocas sobras que comieron en el almuerzo.

Acabó depositando la cena en una bandeja llevándola devuelta a donde estaba el pelirojizo dejando la comida en una mesa cercana de la habitación, haciendo una mueca en el proceso aún le dolía mucho su mano.

Suavemente se subió a la cama para despertar al pelirojizo.
—Yeonjun-hyung~ —susurró en el oído del mayor— ¡Yeonjun-hyung! —alzó un poco más la voz.

Después de dormirse desde las tres y media de la tarde hasta ahora que casi eran las once de la noche, el fuerte sueño de Choi se volvió más débil...

Poco a poco el pelirojizo abrió sus ojos encontrándose con el rostro de su menor.

—¿K-Kai? —susurró somnoliento, Kamal se alejó sonriendo.

—¡Por fin despiertas! —dijo viendo al mayor acomodarse en la cama sentándose y bostezando como si fuera un gatito recién levantado.

Kai se apresuró a traer la bandeja, aunque todavía sentía ardor en el dorso de su mano. Tenía un vendaje que era cubierto por su camiseta manga larga, ya hacía más frío por lo que se cambió a una ropa más abrigadora también antes trajo otra sábana para cubrir a Yeonjun.

—Kai, ¿Estás bien? —preguntó el mayor viendo como el contrario tenía dificultades para agarrar la bandeja. Yeonjun prendió la lámpara de su mesita de noche, levantándose para ayudar. —¿Eh? ¿Por qué te esta costando? —ya estaba al lado de Kai que tenía un puchero por no poder levantar la bandeja— ¿Acaso te golpeaste la mano? —cuestionó.

Kai desistió de sus intentos mirando a los ojos a Yeonjun.
—¿Q-Qué si me golpeé la mano?

—Sí. —se cubrió su boca para bostezar a un lado.