✨ fourty

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Cafetería de Gatitos

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Cafetería de Gatitos.

—¿N-No lo hice bien? —La sonrisa del azulado decayó, sonrojándose por la vergüenza tapándose la cara.

Lia se apenó por esa reacción, procediendo a codear a Chan.

—¡A-Ay Lia-yu! —se quejó.

Minho solo lo miró obvio ladeando su cabeza, Jisu le entregó una plaquita dorada como tenían los tres.

—Ve, Chan. —le susurró la chica con una sonrisa chiquita al ver el puchero del mayor.

Bang agarró la placa encaminándose lentamente hasta el peliazul, quien seguía en esa posición triste, fue a abrazarlo.

❝ Aprobar ❞

—¡Pasaste, Jisung-yu! —sonrió en grande el mayor.

Han se asombró por eso, destapándose la cara, soltando un quejido por el abrazo sorpresa pero de todas maneras correspondió con la boca abierta.
—¿P-Pasé...? —cuestionó con la misma sorpresa.

—No, tontito. —se burló Minho riendo.

—¡Minho! —Lia lo empujó para molestarlo— No le hagas caso a tu primo, Jisung-ssi. —le sonrió— Aprobaste. Te fue muy bien, aunque debes sonreír un poco más pero eso con el tiempo lo harás mejor. —le explicó Jisu. 

Jisung asintió feliz por el consejo que le dijo Lia, por lo menos sabía en que debería mejorar.

—Ganamos más clientela gracias a ti-yu. —le dijo Chan aún abrazado a él— Eres muy hermoso-yu, Jisung-yu. —halagó el australiano despegándose.

—Chan tiene razón. —afirmó Minho con una mano en su propia cadera mirando la escena.

—¿He-Hermoso, hyung? —miró al mayor, quien seguía emocionándose porque lo llamaba "hyung"— E-Eh, gracias. —sonrió en pequeño— ¿Qué es lo que tienes ahí, Chan-hyung? —señaló la mediana placa dorada.

—¡Chan! ¿Todavía no se lo pones? —Lia se cruzó de brazos mirando al blanquecino.

—¡Espera-yu! ¡Quería felicitarlo primero-yu! —abultó sus labios mirando a la chica para luego volver su vista al peliazul— ¡Han Jisung-yu!

—¿S-Sí, hyung? —El peliazul hizo por inercia un saludo militar al oír todo su nombre. Jisu y Minho rieron por esa reacción.

—¡Te concedo el poder de-yu... —El australiano fue interrumpido.

Minho rodó los ojos con una sonrisa en sus labios, yendo hasta el mayor para palmearle la cabeza.
—Chan, —llamó el peligris— es una placa no un miraculous. Ya, dáselo. —le dio un empujoncito.

—¡Shh, Minho-yu! ¡Siempre quise hacer eso-yu! —exclamó— ¿E-Eh-yu? —cuestionó confundido cuando la placa ya no estaba en sus manos.

Lia solo sonrió, soltando una risilla por la escena.

Mi número por 3 folletos | 한승Donde viven las historias. Descúbrelo ahora