4. "Pizza de disculpas"

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Confirmado. Si es él idiota del aeropuerto, ya lo ven, mi suerte como costal de cemento. Bien, puedo vivir con eso, al menos eso creo, no espero que nos llevemos bien, digo, yo estaré enfocada en mi trabajando, que es lo mejor que se hacer. Y él tal vez siga tirandole cafés a desconocidos.

Ya desempaque mis cosas y ahora no se ve tan vacía mi nueva casa, aun no tengo cama, ni muebles en general, pero ya instale mi ropa y cosas de mi viejo cuarto en Canadá, saldre al super a comprar lo básico y tal vez si encuentro, una cama. En serio no me gustaría dormir en un colchón ponchado esta noche. Estoy muy cansada y sigo con la blusa manchada de café, no se porque aun no me cambió. Y es blanca para colmo.

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Okey, ya estoy en el super, la señora Isabel, que es la encargada de recepción me dijo que a dos calles en dirección contraría a la calle que recorrí esta un super y tiene lo básico, ya llevó comida y compre varias cosas de cocina, como los platos, sarténes y esas cosa. Esta claro que en este mundo solo hay una cosa que me encanta, y son los Doritos rojos, si, no consumó otra cosa más que esas deliciosos y crujientes Doritos. Díganme rara, pero son fantásticas para cualquier momento. Eso y la pizza congelada. Es que piensalo, te saca de un buen apuró, solo la calientas y ya, una rica comida. Y por lo que veo estan al 2x1. ¡¡Llevaré diez!!

Compre una bolsa de tela en el super, ya que, al parece no dan plástico, lo cual es bueno, sí no tuviera que cargar la bolsa dos calles con temor a que se rompa la costura, las pizzas las llevó en una mano, en la otra mi bolsa, y en mi gran y fuerte hombro, la bolsa de tela para evitar contaminar con el riesgo que se descosa y se rompa!!!

¡Lo logre!, solo... Un... Poco... Más... Y llegó a la puerta del apartamento, pense que almenos en el ascensor tendria descanso, pero no. Al parecer decidieron que justo cuando me fuera, llegara él chico de mantenimiento. Y el portero, que ahora se que se llama Román, fue a su descanso. ¡¡Suerte como costal de cemento!! Así que cargué la bolsa durante todos esos escalones que me llevaron al cuarto piso y solo me faltan tres gloriosos metros para entrar a mi casa.

- ¿Quieres ayuda? - lo que faltaba, enserio no se si reír o llorar.

- No, gracias

- Por favor, ya fue mucho con lo de esta mañana

- Tres metros para llegar a mi casa, solo eso me falta. Ya caminé dos calles, subí cuatro pisos, y ahora que me faltan solo tres metros, alguien se digna a ayudarme, gracias. - creo que no es necesario aclarar que le di un ataque de quinientos en sarcasmo.

- Soy Seth... - dice y mientrar arrastró la bolsa y quedo enfrente de mí puerta - O mejor dicho, el idiota que te tiró sus cafés

- Soy Samantha - me precento y dejo las pizzas sen el suelo para tratar de sacar las llaves de mi bolsa - O mejor dico, la chica a la que un idiota le tiró sus cafés en la mañana.

Él rie, y derrepente se cuelga la bolsa en el hombro y toma las pizas del piso.

- ¿Enserio compraste pizza congelada?

- Wooo, aparte de tirarme café, críticas mi comida - digo jugando.

- No pretendía eso, pero quiero enserio, enserio, enserio disculparme por lo de esta mañana, se que ciento cincuenta rulos no pagan eso... - abro la puerta y lo dejo entrar a mi casa, Seth deja las cosas en la barra de la cocina y se queda viendo mi departamento.

- Bien, ¿Y qué se te ocurre para disculparte?

- Que te parece si primero te pido perdon de la manera adecuada y luego te llevo a comer una pizza decente que te aseguro un 99% que no es congelada.

CiliegiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora