10. "Unos besitos"

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- ¡Jajaja, enserio! - rie Seth mientras hablamos - Parece chiste pero es anécdota.

Yo tampoco dejó de reír, hemos estado saliendo varias noches y los fimes de semana, que son mis días de descanso, nuestra amistad ha crecido, de ser el idiota que me tiro los cafés, a ser un muy buen amigo y vecino.

- Pasa - le digo cuando abro la puerta - Parece departamento mas de Eros que mío - rio y es verdad.

Los juguetes y cosas de Eros estan por todas partes. Ya compre muebles, le di mi toque a este lugar, pero aun así los colores brillantes y peluches resaltan.

- Dejame ir rápido por ellos - le aviso y subo las escaleras. Ya tengo cama, ¡por fin! Fue lo primero que compre. Busco entre mis cajones unos caset's que le prestare a Seth, me dijo que tenía un reproductor y yo tengo música muy buena. Rebusco mucho hasta que lo encuentro. Cuando estoy por bajar suena mi celular y es Milo, no contesto, seguro es algo relacionado con la cafetería y la cuenta de el mes, le dare las cuentas mañana.

- Esto tiene siglos - exagera - Estas bandas son de los clásicos, no tienes idea de cuanto he buscado en Internet y los tenía justo en la puerta de enfrente

- Antes pensaba que era muy importante guardar todo. Luego me di cuenta que era una acumuladora - reímos sin parar y nuevamente suena mi teléfono.

- Contesta, ya me iba - se dirige a la puerta - ¿Nos vemos mañana? - pregunta animado.

- Si, adiós Seth - me despido y en eso él se acerca y deja un beso en mi mejilla.

- Descansa Samantha - sale por fin y contestó la llamada.

- Hola Milo

- No soy Milo - la voz de Nathaniel me toma por sorpresa, reviso el numero y aparece como desconocido..

- Perdo, pensé que era Milo, me habló hace segundos, no alcance a contestar, supuse que era él

- Si, le pedí que te llamara, pero al no contestar te marque yo mismo. Resulta que te necesito, se que es tu día libre, pero Eros esta incontrolable, ¿Puedes venir?

- Si, por supuesto, si se trata de Eros

- Bien, mi chofer esta ahora en tu puerta

No se si ya lo avia previsto pero suena el interfon, la señora Isabel me avisa que llego un carro por mí.

- Te veo en minutos, adiós - cuelgo y me dirijo directo a la planta baja.

El chófer manejo muy rápido, no pasaron mas de diez minutos cuando ya estaba enfrente de la residencia Ajmátov. Bajo y antes de que toque Nathaniel me abre.

- Pasa, esta en la sala

Sin detenerme a admirar de nuevo la casa corro de inmediato a el lugar de donde provienen los llantos. Eros esta en su portabebe llorando y rojo por eso.

- Ya, bebé, no llores - lo cargo y comienzo a meserlo - Ya estoy aquí...

Parece calmarse y lo empiezo a revisar.

- ¿Hizo bien de el baño?, ¿Tomo su leche?, ¿Dónde esta tu madre?

- Ya hizo de el baño, tomo su leche y mi madre salió esta noche, creí que podía cuidarlo solo, pero aparentemente la paternidad no se aplica conmigo - hasta ahora es cuando lo noto. No lleva su traje de oficina como siempre, una camiseta blanca y unos pantalones de pijama color gris lo visten, esos ojos lila no dejan de verme mientras sigo revisando a Eros.

- Parece que todo esta bien, ¿lo cargaste para que se durmiera?

- No, lo deje en su portabebe meciendolo mientras revisaba unas cosas de el trabajo

CiliegiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora