Ciliegia

29. "Felices en el altar"

¿Para ti, qué es el amor?

Existen millones de significados para eso, y si me pongo a mencionar todos, estoy segura que no terminaría nunca. Las personas encuentran un significado nuevo cada día, ya sea con una palabra, una acción, un gesto, un objeto, una persona, un animal o simplemente un pensamiento, algo que les hace creer en el amor, que les hace sentir el amor. Y heme aquí...

- Déjame acomodar el velo - me dice Helen acercándose con un largo telar sedoso y transparente de color blanco con el borde plateado - Es lo ultimo que falta

El vestido que uso, es el mismo que Helen uso en su boda, corte sirena, con encaje blanco, mangas, y escote en V. Pidió que lo usara, me dijo que seria todo un honor para ella que lo usara en el día de mi boda. Duramos aproximadamente cuatro meses planeando la boda, y durante todo ese tiempo Helen ya había hecho ajustes a su vestido para que lo usara.

Cuando escucho que se abre la puerta, solo puedo sonreír, quiero llorara, peor mi maquillaje se arruinaría por completo.

- Papá... - susurro al verlo entrar.

- Mi niña - exclama dándome un abrazo - Nunca pensé que llegaría este día - suspira - El día te entregaría al altar

Las lágrimas amenazan con salir, pero parpadeo para que no suceda.

- Gracias papá - digo en un hilo de voz - Gracias por apoyarme, por estar conmigo, por cuidarme, gracias, gracias...

Minutos después salimos de la habitación, Helen salió antes que nosotros, caminamos el pasillo y justo antes de llegar al salón, donde celebraríamos la procesión. Cuando Nathaniel y yo comenzamos a planear la boda, encontramos un lugar muy bonito, un salón, con cúpula de cristal, la vista a un jardín, donde seria la celebración. Llegamos a las puertas del lugar, di un gran respiro antes de que la sinfónica comenzara a tocar la marcha nupcial.

- ¿Lista? - pregunto mi padre

- Si - y antes de que terminara de hablar abrieron la puertas.

Lo mire, estaba guapo, su traje color blanco resaltaba, sus hermosos ojos lilas no paraban de destellar. En cuanto menos lo espere ya estábamos caminando por el pasillo, cada paso que daba me sentía mas cerca de él, de por fin ser marido y mujer. A su lado, Eros, mi hijo, él niño mas hermoso del mundo, y yo soy su mamá.

- Hola - susurra Nathaniel, haciendo que me de cuenta de que había llegado.

- Me la cuidas - dijo mi padre.

- Por supuesto señor - le sonríe.

Mi padre deja un beso en mi mejilla y se va, dejando mis manos entrelazadas con las de Nath. De un movimiento, tomo la mono de Eros y lo dejo en medio de nosotros, nos tomamos de la mano y el sacerdote comenzó la procesión.

- Estamos aquí reunidos para unir en santo matrimonio a este hombre y a esta mujer - carraspeé y dirigí mis ojos Eros - Oh - exclamo el sacerdote - Y convertirlos en un familia - sonreí y mire a Nathaniel quien tenia una gran sonrisa en su rostro.

Sus ojos y los míos conectado, dirigíamos continuamente la mirada a Eros, solo éramos nosotros tres, y nada mas.

- Nathaniel Ajmatov - dice el padre sacándonos de nuestra burbuja - ¿Aceptas a Samantha como tu esposa, para amarla y respetarla, por el resto de tu vida, hasta después de la muerte? - seguramente el final fue cambiado por Nathaniel.

- Acepto - mi corazón se detuvo en ese momento, coloco que el anillo, los cuales nos los entrego Eros, sacándolos de la bolsa de su pequeño saco. Eran de oro blanco, al igual a mi anillo de compromiso.

- Y tu Samantha - dijo - ¿ Aceptas a Nathaniel para amarlo y respetarlo, por el resto de tu vida, hasta después de la muerte?

- Acepto - dije con mi corazón desbocado, poniéndole el anillo.

- Entonces los declaro marido y mujer, puede besar a la novia...

Nathaniel tomo mi cintura y yo lo abrace de cuello, y fue entonces que con ese beso nos convertimos en esposos, sus labios sabían como la primera vez que nos besamos.

Aplausos y virotes, se escucharon, los flashes de las cámaras, las sonrisas, y alegría de la gente que nos rodeaba. Estaba agradecida con este momento.

Caminamos por el pasillo de regreso, los tres, los invitados arrojaban pétalos de rosa, la sinfónica sonaba y no existen palabras para expresar esa felicidad.

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La fiesta comenzó, el ambiente era perfecto, elegimos una tema de colores en rosa y azul oscuro, mantelería, y variados en esos tonos, también cristalería etc... La parte que mas disfrute fue el vals, la canción de "Versace on the Floor" de Bruno Mars comienza a sonar, las primeras estrofas, bailamos Nathaniel y yo, siendo uno solo, los dos, juntos. Pero las demás estrofas, Eros se nos unió, solo alegría, felicidad sentía, el estar con las personas que amo, con todo mi corazón.

El brindis fue algo graciosos, Milo, fue el encargado de decirlo, Amanda, la cual conocí ese día como su novia, la cual estaba embarazada. No para de susurrarle las palabras, al parecer a Milo se le olvido todo lo que tenia que decir, pero fue entendible.

La "hora loca" fue un momento que disfrute, bailando y todo, las manos de Nathaniel no paraban de toquetearme del vientre para abajo, discretamente, según él. Comenzó a susurrarme, y todas y cada una de sus palabras eran confesiones de amor, me sentía la mujer mas afortunada del mundo.

Al final de la fiesta, Eros se quedo dormido, Helen ofreció en llevárselo, y nosotros nos fuimos directo a nuestra casa.

- Ya puedo decirte mi esposa - susurra.

- Las veces que quieras - le digo, uniendo mis labios con los de él.

Llegando a la habitación, me cargo nupcialmente, entramos a la habitación y la noche fue mágica, lo que hicimos, fue inexplicable, cada toque, cada rose, cada gemido que salía de nuestras bocas era único.

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El brazo de Nathaniel rodeaba mi cintura desnuda, era de madrugada, aproximadamente las dos y cacho, me levante, dejando que la fría noche envuelva mi cuerpo, tome la camiseta de Nath, y me dirija al closet, saque la cajita de terciopelo rojo, me dirijo al balcón y el frio es mas fuerte, me quedo mirando la cajita, ¿Ya estoy lista? me pregunto, Si, creo que si. suspiro, y abro la caja.

Palabras, nada, solo un vago recuerdo, una cadenita de oro, con una sola frase, tallada en ella. "Se feliz" las lagrimas salieron, y una sonrisa plantada en mi rostro. Se feliz... solo eso... feliz... Pues si mamá, soy feliz, muy feliz...

Los brazos de Nathaniel me rodearon, dejo un beso en mi cuello, y me aferre a él, lo bese y me guio de nuevo a la cama. No me fije de su desnudes, hasta que me envolvió por completo, secando mis lagrimas.

- Gracias - le dije - Por hacerme feliz...

- Te amo - me dijo.

- Te amo...

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Holi❤️ Primero quiero darles las gracias a los que me han apoyado al inicio de todo esto, la somos 1.28k de leídas. Jama pensé en llegar hasta est punto, y si bien no soy la mejor escritora, les agradezco mucho su apoyo. Gracias ❤️🤭