Una ráfaga de viento sonó por la ventana haciendo que me levante de golpe, aun estaba oscuro, mire el lado de la cama vacío y me pregunte donde estaba Nath. La luz del pasillo estaba encendida, salgo de la cama, y camino directo a la puerta.
Escuche varios murmuros provenientes de abajo, silenciosamente bajo y antes de llegar veo como se mueve de un lado a otro hablando por teléfono.
- Si - dijo fríamente - Tiene que llegar hoy - la persona al otro lado contesto - De acuerdo, gracias - dijo finalmente y colgó.
- ¿Nath?
- ¡Amor! - se sorprendió - ¿Qué haces aquí? Deberías estar durmiendo, son casi las cuatro
- No estabas - le dije - ¿Qué hacías?
- Nada, unas llamadas de la empresa
- ¿Pero por que a esta hora?
- Ah... en Zimbabue son las seis de la mañana - dudo.
- Dudo que eso sea verdad por los usos horarios, pero te creeré - me acerque a el y deje un beso en sus labios - Vamos a dormir
- Si, si, te sigo
xxx
Había pasado una semana desde la llamada Zimbabuense de Nathaniel, ocasionalmente hacia una que otra llamada y la curiosidad me comía.
Nos encontramos en la sala, ayudábamos a Eros a caminar y estábamos atrás de él.
- Eso bebe - le animamos - Tu puedes Eros
- ¡Mira mami! - balbuceo - ¡Papá!
- Si bebé - dije Ve con papá - le dije y Nath estiro sus manos hacia él.
- Ven Eros - comenzó a soltarse de mis manos y camino solo pro primera vez hacia Nathaniel.
- ¡Eso bebé tu puedes! ¡Tu puedes!
Cuando llego por fin con Nathaniel o cargo y nos alegramos por eso, todo muy bien, hasta que el teléfono de Nath sonó y salió corriendo para la cocina dejando a Eros en la sala.
- Hola - dijo serio - Si, ya esta todo - silencio - Ella no sabe, sospecha pero no sabe - ¡¿Que?! - Bien, adiós - colgó.
- ¿Saber que Nathaniel? - se dio la vuelta sorprendido.
- Ah-ahmmm... Nada amor - dijo nervioso.
- ¿Seguro?
- Si...
- ¿Por que me mientes amor? - le dije melancólica - Pensé que no había secretos entre nosotros - vi como un destello repentino paso por sus ojos - Pensé que...
La rapidez con la que paso lo siguiente me sorprendió. Tomo mi cintura apegándome a él y beso mis labios, fue tan apasionado que n o me pude resistir, tomo uno de mis muslos y subió mi pierna a su alrededor, por comodidad hice lo mismo con la otra y me subió a la barra de la cocina acariciando mi espalda y trasero mientras nos besábamos, cuando ya no resistí mas me separe de para tomar aire.
- No te miento - dijo aun con su boca cerca de la mía - Jamás haría eso
- Dime por que tantas llamadas
ESTÁS LEYENDO
Ciliegia
Romance[Reescribiendo. Antes: El mejor trabajo] Samantha Hell es una chica con una expectativa muy alta con respecto a su trabajo, tantos años de preparación y su nuevo objetivo no es nada a lo que ella imagino. Cambiar pañales no es lo que enceñan en la...