28. "¿Te casas conmigo? "

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Una ráfaga de viento sonó por la ventana haciendo que me levante de golpe, aun estaba oscuro, mire el lado de la cama vacío y me pregunte donde estaba Nath. La luz del pasillo estaba encendida, salgo de la cama, y camino directo a la puerta.

Escuche varios murmuros provenientes de abajo, silenciosamente bajo y antes de llegar veo como se mueve de un lado a otro hablando por teléfono.

- Si - dijo fríamente - Tiene que llegar hoy - la persona al otro lado contesto - De acuerdo, gracias - dijo finalmente y colgó.

- ¿Nath?

- ¡Amor! - se sorprendió - ¿Qué haces aquí? Deberías estar durmiendo, son casi las cuatro

- No estabas - le dije - ¿Qué hacías?

- Nada, unas llamadas de la empresa

- ¿Pero por que a esta hora?

- Ah... en Zimbabue son las seis de la mañana - dudo.

- Dudo que eso sea verdad por los usos horarios, pero te creeré - me acerque a el y deje un beso en sus labios - Vamos a dormir

- Si, si, te sigo

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Había pasado una semana desde la llamada Zimbabuense de Nathaniel, ocasionalmente hacia una que otra llamada y la curiosidad me comía.

Nos encontramos en la sala, ayudábamos a Eros a caminar y estábamos atrás de él.

- Eso bebe - le animamos - Tu puedes Eros

- ¡Mira mami! - balbuceo - ¡Papá!

- Si bebé - dije Ve con papá - le dije y Nath estiro sus manos hacia él.

- Ven Eros - comenzó a soltarse de mis manos y camino solo pro primera vez hacia Nathaniel.

- ¡Eso bebé tu puedes! ¡Tu puedes!

Cuando llego por fin con Nathaniel o cargo y nos alegramos por eso, todo muy bien, hasta que el teléfono de Nath sonó y salió corriendo para la cocina dejando a Eros en la sala.

- Hola - dijo serio - Si, ya esta todo - silencio - Ella no sabe, sospecha pero no sabe - ¡¿Que?! - Bien, adiós - colgó.

- ¿Saber que Nathaniel? - se dio la vuelta sorprendido.

- Ah-ahmmm... Nada amor - dijo nervioso.

- ¿Seguro?

- Si...

- ¿Por que me mientes amor? - le dije melancólica - Pensé que no había secretos entre nosotros - vi como un destello repentino paso por sus ojos - Pensé que...

La rapidez con la que paso lo siguiente me sorprendió. Tomo mi cintura apegándome a él y beso mis labios, fue tan apasionado que n o me pude resistir, tomo uno de mis muslos y subió mi pierna a su alrededor, por comodidad hice lo mismo con la otra y me subió a la barra de la cocina acariciando mi espalda y trasero mientras nos besábamos, cuando ya no resistí mas me separe de para tomar aire.

- No te miento - dijo aun con su boca cerca de la mía - Jamás haría eso

- Dime por que tantas llamadas

CiliegiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora