19. "Salida en familia"

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- Adios, Samantha - se despide Eddie de mí.

- Adios, chicos, nos vemos mañana - salgo de la cafetería con Eros en brazos.

Acaba de terminar mi horario y ahora iremos a casa. Hoy fue un día tranquilo, casi no vino gente, y los que fueron solo pidieron café y postres ya hechos.

Llegamos a mí departamento y mi antes de que pueda dejar a Eros tocan la puerta. Sorpresa que me llevó al ver a Nathaniel.

- Hola

- Hola - se inclina y me besa los labios.

- Saliste temprano - entra y se sienta en el sofá, cargando a Eros, quien cuando lo ve le pide que lo alcé.

- Si, no tenía mucho trabajo así que pensé en venir por ustedes

- ¿Por nosotros?

- Si, pense que podríamos salir. Ahí una feria en la ciudad, tal vez le guste a Eros ir

- Suena, bien. Solo dejame quitarme las zapatillas y nos vamos

Nos fuimos en el auto de Nathaniel, llegamos a un terreno con luces y juegos mecánicos. Nos bajamos y ocupé ponerme la cangurera para llevar a Eros. Nathaniel insistió en que él, se la pusiera y acepte. Yo cambie las cosas a una mochila mas practica en vez de la pañalera y mi bolso.

Compramos las entradas y lo primero que hicimos fue comprar un algodón de azúcar.

- ¿Qué color? - nos preguntó la chica del puesto.

- Deme uno rosa - dijo Nathaniel y cuando lo empezaron a preparar, era de un tamaño colosal.

- Esto es mucho - le dije tomandolo del cono - No creo que podamos terminarlo

- Amor, claro que podemos

- Espera, ¿Me dijiste amor? - el sonríe y toma mi mano.

- ¿Algún problema amor?

- Ninguno amor - me alzó para darle un beso en los labios.

La primer atracción a la que subimos, fue a un carrusel, muy divertido, pero a Eros no le gustó tanto, ya que cuando dio la primera vuelta comenzó a llorar.

- ¡Mamá! - chillo - Mamá

- Ya bebé, ya - le digo y Nathaniel lo sacó de la cangurera y lo sentó en el caballito en el que estaba - Mira, da vueltas - le hago mimos y se calma un poco.

Nathaniel se baja de su lugar y se queda parado a mi lado sosteniendome mientras yo sostenía a Eros.

- ¡Mira las luces bebé! - le dice Nathaniel y señala el techo del carrusel - Brillan Eros

Soltó una risa y logramos que le gustará.

Bajamos y luego jugamos a los dardos, Nathaniel estaba seguro de poder ganar en esto.

- ¿Si ganó, que me das?

- Un beso - le respondo.

- Eso ya lo tengo - me roba un beso y sonríe - Dame algo que sea difícil conseguí

- Um... No sé, lo que quieras

- Lo que quiera, bueno. Te diré que es lo que quiero después

- Primero gana el juego - se rie y me pasa a Eros.

- ¡Tire tres dardos y con uno que quede en el medio gana un premio! - anuncia él encargado y Nathaniel le da dinero a cambio de los tres dardos.

Primer dardo... Nada

Segundo dardo... Nada

Tercer dardo... Nada

CiliegiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora