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Lynnea despertó al sentir la puerta exterior cerrarse. Se levantó y al abrir la puerta soltó un grito. Akato no tardó en aparecer.

-¿Todo bien?
-Mierda, había olvidado que estaban aquí. Creí –se afirma el estómago –que todo era un sueño.
-No, lo siento. Señores, pueden retirarse. Ayuden al resto con la ventana que trajeron.
-Sí, Akato-sensei –dijeron los dos a coro y se retiraron.
-Bien, al parecer sigues con malestares.
-Sí, es como que te desgarraran con garras en las paredes y bajaran lentamente.
-Gracias por la imagen de tu endometrio despegándose –dijo riéndose –. ¿te gustó tu té?
-No me lo bebí, me dormí.
-Vale. Ve al sillón que te tengo un regalo.
-Ajá…

Lya fue a su sala de estar y vio un paquete encima de la mesa; se giró hacia Akato quien se encogió de hombros y lo abrió.

-Será tu mejor amigo.
-¡Gracias! –dijo abrazándolo mientras sujetaba su nueva compresa caliente.

Él se paralizó de sorpresa y le sonrió. Carter puso la compresa a cargar para que se calentara mientras ambos preparaban el desayuno.

-¿Te gustarían unas tostadas? –le preguntó a Hayashi.
-Uhm, me parecen bien. Yo prepararé las tazas con té. Espero que esta vez sí te lo tomes. La canela ayuda a los cólicos.
-¿Cómo lo sabes?
-Novias.
-¿Tu novia padece de los mismos cólicos?
-Corrijo: exnovias. Sí, algunas no tenían y otras llegaban a vomitar. No eran buenos momentos para ellas.
-Ah, creí que estabas…
-No.
-¿Y Himura?
-Ella –se tensó –y yo no vamos en esa dirección. Las mujeres son su tipo.

<<Vale, es homosexual>>.

-Bien –dijo Akato sirviendo las tazas –, momento de comer.
-Y justo a tiempo –agregó Lya sacando las tostadas del tostador –. ¿Te gustan con jamón?
-Me parece bien.

Caminó a la mesa con dos platos y el jamón en una pequeña fuente y se sentaron, pero la chica se volvió a levantar para recoger su nuevo amigo.

-Provecho –dijo el Zorro.
-Igualmente –respondió Lya sentándose con la compresa en su estómago.

Comieron sin conversar. Él la miraba mientras ella estaba concentrada en no hacer obvio el dolor hasta que tuvo que romper el hielo.

-Lynnea-san –ella se sorprendió, pues era la primera vez que la llamaba con un honorífico de Japón.
-Dime, Akato-senpai –le respondió mirándolo a los ojos gozando ver cómo aquella palabra lo penetró y sorprendió.
-Hay que hablar de Aki.

<<Ouch>>.

-Pues, suéltalo.
-La noche que pasaste conmigo cuando te saqué de las celdas de Himura, Fujmoto-san tenía listo un informe que le había pedido antes.
-¿Era sobre Fukui?
-Sí. Tengo un informante en la editorial y este me había dicho que extrañas personas habían estado entrando a reuniones extensas con él. Los investigó y me informó de inmediato que estaban ligados al mercado negro, casi en el núcleo.
-Entonces no era mentira lo que él me dijo.
-¿El qué?
-Dijo que era un peligro para él y que era muy importante matarme.

Akato maldijo entre dientes. Estaba asustado no por él, sino por ella… por ese conejo que no le tenía miedo.

-Estoy en peligro, ¿no es verdad?
-Sí, pero tú no te metas en nada.
-No hace falta decirlo, ya no tengo ese trabajo.
-Ya. Aun así, debo decírtelo. Carter –dijo tomando el mentón de ella con dos dedos –, no todos son como yo.
-Nadie es como tú, entendido.
-Hablo en serio.
-Ya, lo sé.

Se quedaron mirando por un momento hasta que se escuchó alguien entrar. Fujimoto se inclinó e hizo que dos hombres pasaran para retirar la ventana con un cartón.

-¿Por qué hay un cartón en mi ventana?
-Así evitábamos a los curiosos. Pusieron un cartón por fuera de la ventana para así tapar el orificio de la bala.
-Entiendo. Eh, muchas gracias por el móvil que me dio el otro día. Noté que ya había un contacto añadido.
-¿Ah, sí? –preguntó sonriendo.
-Sí y es curioso, porque eres tú.
-¡Vaya!

Ella se rio y se levantó de la mesa recogiendo los platos vacíos de comida. Akato no se quedó atrás y ayudó con las tazas y la fuente de jamón vacía.

-Déjalo en la lava loza, voy a lavar de inmediato. ¿Irás a trabajar?
-No, de hecho, también quería hablar eso contigo.
-Dime.
-No quisiera irme hasta que instalen la ventana, pero eso se demorará un poco. ¿Puedo trabajar desde aquí?
-Sí, claro. Tendrías que instalarte en el comedor o en el sofá. ¿Tienes tus cosas?
-Fujimoto-san las trajo y están en el sillón.
-Ah, vale –se rio –. Esto es el ‘’me quedo o me quedo’’.
-Ya, me pillaste. Sí, me iba a quedar de todas formas.
-Ya lo vi. Lavaré mientras te instalas.
-No, déjame ayudarte. Yo puedo enjuagar el detergente.

Ella lo miró. Akato debía tener unos 32 años y estaba en buena forma. Bueno, siendo sincera, él estaba obligado a estarlo gracias a sus movimientos bajo la mesa.

-Bien, iniciemos.

Hace años que Akato no estaba de esta forma con una chica. Ni siquiera era su novia. Lavar las cosas que usaron y luego estar ambos en la sala de estar bebiendo té y hablando como amigos, hicieron que alejarse fuese más difícil.

"Se están forjando lazos" 👀
Pd. Si hay alguien leyendo, por favor haga acto de presencia 😭

Blood of Midnight (Sangre de medianoche)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora