Blood of Midnight (Sangre de medianoche)

~27~

Lynnea despertó de golpe. Por primera vez, no se sintió mareada, al contrario: estaba muy despierta.

También experimentaba algo nuevo, tenía una sensación agradable luego de haber tenido relaciones carnales y no odio ni asco.

De pronto, una sensación amarga la invadió. Acababa de recordar por qué había llegado a las manos de Akato: sus amigos y la lista de nombres.

Lynnea se levantó y, dejando su ropa interior donde estaba, se puso solo el vestido y bajó las escaleras rápidamente.

Llegó al sofá donde estaba su cartera y revisó su teléfono. Tenía un mensaje de Fey Lang diciendo: ''Chica castaña, ya que no he tenido ningún contacto conmigo para informarme al respecto de tu misión, la hora de entrega es a la media noche. Saludos. ''

Una punzada en el corazón apareció cuando vio la hora: 4 de la mañana.

Sintió que lo había perdido todo, que estaba sola otra vez. Ya no podía confiar en Akato... por su culpa sus amigos han muerto.

Cuando ella iba a marcar el número de Fey Lang, la puerta principal se abrió: Akato Hayashi ha regresado. Cuando ambos se miraron, la ira de Lynnea apareció mezclada con pena y lo golpeó en la mejilla. Él solo la miró.

-¡Eres un bastardo hijo de perra! Por tu culpa mis amigos han muerto. ¿Es que acaso no podías pensar en que hay gente que sí tiene sentimientos, que en verdad tienen ganas de vivir?

Y antes de lanzarle la bomba, Kuro apareció por la puerta. El mundo de Lya había vuelto a tener color.

-¡Lya-shi! -dijo corriendo para abrazarla mientras Akiko le copiaba.
-Están bien -dijo Lynnea cuando pudo asimilar lo que había ocurrido: Akato había arriesgado su vida yendo a rescatar a su familia.

Se abrazaron y consolaron a Lynnea quien estaba aún asustada por solo pensar qué horrores habían visto.

-¿E-están ilesos? -le preguntó Lya a sus amigos.
-Kuro-shi recibió una patada en su estómago, pero nada más -confesó Akiko.

<<Así que ese bastardo sí le hizo algo a su mejor amigo. Ya le daré su golpe en la cara>>.

Akato seguía parado al lado de la puerta mientras los tres explicaban cómo habían llegado ahí: estaban tranquilos cada uno en sus casas cuando recibieron una carta que decía que fueran al barco en un extraño puerto y que debían recordarle a Lya que debía revisar sus contactos. Además, mientras hacían fila no debían preocuparse por ella, pues estaba en una habitación dentro del lugar. Dentro ya, unos hombres los tomaron y dejaron encerrados en una habitación por horas. Kuro agregó que por lo menos les daban buena comida y que tenían TV para entretenerse mientras. También aclaró que le golpe se lo dieron por no querer sentarse en el suelo cuando se lo ordenaron. El resto fue estar escondidos: Akato había interceptado el barco y estaba abordo junto a 7 de sus mejores hombres y lograron recatarlos -casi -sin problemas.

-Jóvenes -dijo Hayashi -, hay una habitación lista para que descansen. Espero que no haya problemas en que ustedes dos duerman juntos.
-No, para nada, Akato-sama -respondió Kuro y bostezó.
-Bien -dijo Lya -, vayamos a dormir.

Todos subieron las escaleras y fueron a sus habitaciones correspondientes. Lya y Akato, solos ya, se miraron mientras se cerraba la puerta.

-Akato-senpai -comenzó a decir la chica de ojos celestes -, te la debo.
-No es nada, Lynnea-san.
-Es bastante. Ellos son -se detuvo para respirar y continuó -todo para mí. Las únicas personas con las que he podido entablar alguna conexión a pesar de nuestras vidas. De verdad, te lo agradezco. Y -suspiró apenada -lamento lo del golpe. Estaba molesta.
-Debí decirte, así que me lo merecía. Pero, por favor, no vuelvas a ocultarme cosas.
-Yo...
-Promételo -le dijo juntando su frente a la de ella -. Promételo y no habrá secretos.
-Sabes que no te hablaré de mis cicatrices hasta que...
-Hasta que agonices -terminó de decir -. Recuerdo el diálogo.
-Teniendo eso en cuenta, lo prometo.

Akato le dio un cálido beso en la frente y la tomó en brazos para así dormir juntos. El recate había sido agotador.

¿Qué les pareció el gesto de Akato?