Blood of Midnight (Sangre de medianoche)

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RECTA FINAL

Estoy harta. No puedo más. El pasado me pesa y no me permite avanzar. Kuro me ayuda a ver el lado positivo de las cosas, porque ambos lo necesitamos; mas sé que se siente como yo.

Por cada lugar que voy, veo rastros y señales que me transportan a un pasado que anhelo borrar y dejar ir de una maldita vez. 

Pero vuelven y vuelven una y otra vez. Me enloquecen.

No tolero, no aguanto más esto. 

No quiero ver su rostro, no quiero ver mi habitación ni mucho menos el cuarto rojo. No, no quiero ver, no quiero recordar... no quiero más.

Empero, no puedo solo desaparecer y ya... no sería justo para Kuro.

Tomo mi teléfono y un cuchillo mientras la bañera se llenaba de agua. Marco con miedo el número de mi amigo, me encierro, me meto en la tina, tomo el cuchillo y él me responde.

-Señorita Lya-san, ¿qué tal?
-Kuro-kun –dije sollozando.
-¿Qué ha pasado?
-Perdóname, por favor...
-Lya-san, ¿estás en tu casa?
-Sí...
-Voy, por favor no vayas a hacer ninguna...

Y corté odiándome por haberle dicho, porque ahora se ha preocupado, porque ahora debía gastar su tiempo en venir a ver a una maltrecha de mierda que solo quiere acabar consigo misma.

Mas ya era el momento de hacerlo.

Acerqué el cuchillo dispuesta a rajar mi brazo y solo hundirme, pero golpearon la puerta exterior. Supe que era Kuro debido a su frecuencia... y lo confirmé cuando forcejeó la puerta hasta entrar.

-Lya-san, ábreme por favor.
-No -respondí llorando -, solo vete. Será mejor.
-Lynnea-san, sabes que puedo abrir esto en segundos, pero quiero que lo hagas tú.
>>Por favor demuéstrame que quieres seguir aquí, que no permitirás que tu pasado te destruya.
>>Que no eres una princesa, sino una guerrera.
>>Por favor... ábreme.

Me levanté con el cuchillo en mi mano y abrí la puerta. Me miró y supe que al menos mi existencia valía algo para alguien: mi mejor amigo.

Lloramos y dormimos juntos esa noche.