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Ya había pasado una semana desde la visita de Akato y la mala fortuna de Aki.

Lynnea estaba comiendo sin ganas una tostada con mantequilla. Ya no tenía los ingresos extra de la fotografía -evidentemente -y hace dos días había sido despedida por Kim.

Se levantó y tiró a la basura el otro pedazo que le quedaba. Se sentó en el nuevo sillón que Akato le regaló -el otro tenía salpicones de sangre -y tomó el teléfono entre sus manos junto al periódico para revisar si alguien necesitaba trabajadores, pero no tuvo suerte con ninguna de las 7 llamadas. Pedían gente con experiencia atendiendo gente, mas cuando ella decía que sí tenía, le pedían MÁS y colgaban.

-Maldición, no me puedo quedar cesante en estos momentos...

Y recordó que tenía el número del Zorro en el móvil.

-¿Y si él...? No, no es correcto.

Pero la idea le seducía, sabía que él podía conseguirle algo en algún lugar.

-Bien, Lynnea, tienes una buena relación con él... No le molestará que tú le hables. Ya demostró gustarle estar contigo. Ahora -suspiró levantándose -hay que practicar lo que dirás.

Con el teléfono en la oreja fingiendo que estaba en una llamada, comenzó a hablar.

-¿Akato-senpai? Sí, hola soy yo. Mira sé que es estar metiéndome en cosas que no debería, pero necesito trabajo. ¿No tendrá alguna influencia como para meterme en algún lugar? De preferencia un restaurante -se sacó el móvil y suspiró -. Bien, suena bien. Ahora viene la verdadera llamada.

Inhaló y exhaló tres veces y marcó a Akato. Llamando.

-¿Diga?

Y colgó la llamada.

-Mierda, Lya. Ya, ahora sí.

Volvió a inhalar y exhalar tres veces y volvió a marcar.

-Hayashi, ¿diga?
-HolaAkatosoloqueríasabersitienesalgúnlugarparaquememetasatrabajar.
-(...) ¿Qué?
-Yo, eh... -se dio un golpe en la frente por hablar rápido. -Hola, Akato-senpai.
-Hola, Lynnea-san. Dime, ¿qué puedo hacer por ti?
-Sé que no debería molestarte y menos con estas cosas, pero ya eres mi única opción. Verás... estoy sin trabajo.
-¿De verdad?
-Me despidieron hace dos días y hoy llamé a siete lugares distintos y no tuve éxito. Quería saber si tenías algún lugar con influencia donde me podrías ayudar a entrar.
-¿Cómo mesera?
-Sí, ojalá.
-Soy dueño de un restaurante. Tendría que hablar con el jefe y te daré una respuesta más tarde.
-¿De verdad lo harías por mí?
-Sí, claro. ¿Por qué no? -dijo esbozando una sonrisa que se escuchó a través del móvil -. Te avisaré más tarde.
-Bien. Gracias por intentarlo.

Y colgó.

Mientras esperaba la respuesta de Akato, decidió salir a trotar en los alrededores. Se cambió de ropa, metió su teléfono en el bolsillo del pantalón y salió cerrando la puerta con llaves.

Cuando ya llevaba media hora trotando, la llamaron. Al sacar el teléfono para ver quién era, vio que se trataba de Akato y sonrió.

-Akato-senpai -respondió cansada -. Dime en qué puedo ayudarte.
-¿Estás bien?
-Ah, ¿lo dices porque me escucho agitada?
-Sí.
-Estaba trotando, voy de vuelta a casa. ¿Qué ocurre?
-Me pediste ver si te podía meter en mi restaurante y...
-¿Y?
-Lamento informarte que hice lo que me correspondía como dueño y que no entraste por el jefe...
-Oh.
-Sino por mí.
-Ay, no. Eres un...
-¿Fantástico hombre playboy?
-¡Un hijo de puta!

Ambos se rieron.

-Creí que no habías conseguido meterme en el trabajo y me sentí triste por esa milésima de segundo. ¡No me vuelvas a hacer eso!
-Pagaría por ver esa cara que pusiste.
-Ja, ja, ja.
-Bueno -rio -, quería avisarte que empiezas mañana con el turno de la mañana: desde las 7 hasta las 15. Espero no llegues tarde.
-Uy, esa es mi mejor cualidad.

Rio. Maldición, cómo les gustaba oírse reír.

-Bien, Lynnea-san, debo continuar con mi trabajo. Buenas noches.
-Buenas noches, Akato-senpai.

Y odiaron colgar.

F A V O R E S

Blood of Midnight (Sangre de medianoche)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora