26. La fiesta del 31 ( I )

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Anne

Los días pasaron con lentitud, hablo con Ethan y Ashley a diario, algunas tardes me doy una escapada con Ashley.

Pero respecto a Ethan, no lo veo desde el día que fuimos a patinar, si es verdad que habló con el todos los días, pero no es lo mismo, necesito verlo, estoy acostumbrada de verlo a diario, y llevarme tantos días sin verlo, sin abrazarlo, sin sentir la calidez de su piel, sin escuchar su profunda voz, me inquieta.

Pase la nochebuena en casa de mis abuelos, con mis primos y tíos en un pueblo algo lejano. Es reconfortante reencontrarse con la familia en Navidad y más si viven tan lejos de ti.

La casa de mis abuelos es muy grande y acogedora, lo malo es que esta en medio del campo y un poco alejada de todo.

Siempre seguimos una tradición, cenamos allí y como la casa de mis abuelos queda lejos y hay espacio de sobra dormimos allí, y claro, por la mañana abrimos los regalos.

Pero sin darme cuenta, el último día del año, comenzó. Mi alarma, comenzó a sonar, el sonido retumbó en mi cabeza. Apague la maldita alarma mientras maldecí en un idioma que nadie sería capaz de entender, ni sí quiera yo.

Me estiré y me levante de la cama. De paso la hice para no tener que hacerla después. Cogí mi móvil y me puse a revisar los mensajes. Todos de Ashley, que mujer, se prepara tan a pecho las fiestas que cualquiera diría que se juega la vida en ello.

El último decia, llamame cuando puedas. Así lo hice.

–¡Anne!

–¿Si?

–En mi casa a las cinco.

–Tan temprano...

–Sí-dijo firme.

–Ir caminando a tu casa con este frío...–aunque no me vio hice puchero.

–Anda ya, no seas perezosa.

–Porfis, ven por mi.

–¿Ir por ti para luego volver a mi casa?

–Porfa...

–Pfff... Okay, pero no te acostumbres.

–No, tranquila, este verano me sacaré el carnet.

–Más te vale.

Sisi, bueno voy a desayunar.

–Okay yo también voy a ello.

–Vale pues entonces adiós.

–Adiós, a las cinco recuerda.

–Si bye.

–Bye.

Colgué y baje a la cocina, mi madre no estaba ni en el Salón, ni en la cocina, ni el jardín.

¿Donde está está mujer?

–¿¡Mamá!?–dije elevando mi voz.

Escuche un *qué* venir del piso de arriba, ¿no se había levantado todavía? eso era imposible en ella.

Subí al piso de arriba y me asome a su cuarto. La encontré de rodillas con el armario abierto y varias prendas sobre la cama. De pronto sonreí y intuí la situación.

–Cena romántica eh–dije levantando una ceja.

–Esto... sí–dijo y se empezó a colorar.

–Okay, ¿que te vas a poner? –dije sentándome en su cama.

–Eso es lo que no sé – dijo mirando entre las perchas.

Puse mi dedo en mi mentón y comencé a observar el armario, de pronto mi atencion se fijó en un vestido azul.

100 MANERAS DE QUERERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora