23. Únicamente gilipollas

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Anne

Dejé el móvil, y me metí en la ducha

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Dejé el móvil, y me metí en la ducha. Al salir, me puse el pijama y baje a cenar. Me vi unos cuantos capítulos de mi serie favorita junto a mi madre, cosa que solíamos hacer a menudo.

Rendida me fui a la cama. No duré ni cinco minutos despierta.

Ethan

Tras ayudar a mi abuela a recoger las cosas, me despedí de ella, estaba algo cansado, me había llevado todo el día quitando nieve de la entrada de mi casa.

Mi abuela se quedó viendo una telenovela de las suyas, pero yo preferí dormir bien esa noche, ya que mañana me tendría que levantar temprano, entre ayudar a mi abuela a limpiar, prepararme yo y que seguro que la puerta va estar otra vez llena de nieve y tendré que quitarla antes de salir porque si no, no podría coger el coche, se me viene la noche.

Me sonó la alarma de las 8 y me levante rápidamente, hice la cama, me preparé un desayuno sencillo y lo engullí rápidamente.

Me puse ha hacer las tareas del hogar y sobre las diez ya estaba listo todo. Tome una pequeña ducha y me vestí con una sudadera celeste, que conviene con unos jeans negros y unos tenis blancos. Me perfume y me despedí de mi abuela, me puse el chaqueton, cogí las llaves del coche y las casa y salí cerrando detrás de mi, por suerte no había nevado demasiado por la noche y no hacia falta que despejará la el camino.

Anne

Me desperté de casualidad creyendo que era más temprano de lo normal. Me estiré mientras bostezaba y mira mi móvil.

-¡Mierda!

Eran las 10 y media, se me habían pegado las sábanas, ¿¡pero como!?me puse una alarma. Bueno no es momento para pensar en eso. Me levanté corriendo y hice la cama a toda velocidad.

Me fui directamente a la ducha y me vestí con unos vaqueros, un jersey rosa y las Converse blancas, también me perfumé No me iba a dar tiempo a peinarme, ni modo, me recogí rápidamente el pelo en dos trenzas de raíz, por fin me sirve para algo lo que mi madre me enseño de pequeña.

Baje y me hice una tostada rápidamente y la ingerí. Mi madre estaba en el jardín regando las plantas.

-¡Mamá! voy a salir, vendré por la tarde noche.

-Okay, ten cuidado, ah por cierto hoy se queda a cenar Steve.

-Vale, bye.

-Adiós.

Al dirigirme a la puerta escuche dos pitidos. Justo a tiempo, me coloque el chaquetón, cogí las llaves y salí de casa.

Ethan me esperaba de pie apoyado en la puerta de conductor. Me acerqué a él y le di un cálido abrazo. Olía bien y su cuerpo desprendía calor. Me monte por la puerta de copiloto y nos fuimos camino al centro comercial.

100 MANERAS DE QUERERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora