24.

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Las cosas habían cambiado en esos dos meses, empezando por el hecho de que Changkyun había cambiado su forma de ver a Jeonghan

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Las cosas habían cambiado en esos dos meses, empezando por el hecho de que Changkyun había cambiado su forma de ver a Jeonghan. Definitivamente había algo de aprobación en la manera que lo miraba, pero aún desconfiaba de su lealtad hacia el grupo y él, aunque Jeonghan seguía odiando ser parte del grupo de Changkyun su rebeldía había prácticamente desaparecido.

Pero no porque quisiera ganar un puesto más alto, sino porque quería dejar el grupo de una vez pero para eso sabía que primero tendría que tener un plan. Cosa que Changkyun esperó de él, por lo que no le permitiría escapar tan fácilmente.

ーSon Jeonghan ーLo llamó desde el otro lado del pasillo.

El pelinegro miró a Changkyun y se acercó sin rechistar ni una sola palabra al respecto. Una vez delante de él, Changkyun le entregó una navaja y le señaló la puerta de enfrente con el mentón.

Jeonghan frunció el ceño, Changkyun sólo le dio una palmada en el hombro y se fue sin decirle mucho.

ーTu amigo te está esperando.

Jeonghan no entendió a qué se refería, pero abrió la puerta del antigua aula de química y cerró la puerta detrás de él. No había nada de luz por lo que las encendió, justo frente a él vio una persona sentada en una silla y atada de manos.

Cuando caminó cerca pudo ver que ese cabello blanco y esa tez pálida pertenecían a uno solo y ese era Chae Daesung.

Jeonghan no lo había visto ya en meses, pero estaba seguro de que se veía aún más como fantasma ahora. Tenía bolsas moradas debajo de sus ojos, mirada perdida, cicatrices en el rostro y parecía estar más delgado de lo normal.

Justo en su párpados había marcado una equis... Jeonghan miró su mano y se dio cuenta de lo que esperaban que hiciera con él.

ーSon Jeonghan ーDaesung alzó la voz cuando se dio cuenta de que había alguien más en la habitaciónーTe ves del asco, marica ーespetó guardando su tono juguetón de siempre.

Daesung no había cambiado mucho en sus maneras de ser con la gente, Jeonghan podía ver que detrás de ese aspecto desahuciado aún estaba el imbécil que torturó a Jinyoung por tantos años.

ーNo te has visto en un espejo ーsoltó serio y se sentó en la silla de enfrente.

Daesung podía ver que Jeonghan conservaba su rostro tan aclamado por las chicas pero su aura, había decaído, se mantenía más callado y analítico como cuando se conocieron.

ー¿El niño que quería defender a todos ha vuelto? Creí que habías enterrado tu inocencia y ganas de ser un héroe ーagregó con su voz más ronca de lo normal.

ーNunca se fue, el problema es que cuando me di cuenta de que me estaba volviendo como tú me di asco, creo que lo entiendes ーJeonghan lo miró serio y sin una pizca de lástima.

𝗢𝗕𝗦𝗘𝗦𝗦𝗜𝗢𝗡 | L. TAEYONGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora