𝗢𝗕𝗦𝗘𝗦𝗦𝗜𝗢𝗡 | L. TAEYONG

28.

Taeyong se despertó tarde ese día, todavía no podía conciliar muy bien el sueño pero tenía cosas que hacer aún. Tocó la puerta de Jinyoung esa mañana pero no recibió respuesta, pero esperó a que fuera porque estuviera dormida ya que el hecho de pensar que de verdad no iba a perdonarlo le dolía demasiado.

Con el ardor en su pecho salió de casa, esperando que cuando regresara algo cambiara.

ㅡTorpe ㅡTaeyong se sintió atacado con aquel insulto del parte del pelinegroㅡDebiste decirle todo desde un inicio, pero Taeyong nunca entiende, ¿cierto? ㅡNegó mientras bebía de su refresco.

Taeyong miró a su hermano con resentimiento, esas palabras no lo hacían sentir mejor pero tampoco se equivocaba. Aunque como siempre, Taehyung tenía buenas palabras de ánimo de hermano mayor y esa no fue la excepción.

ㅡNo es el fin del mundo, Yong ㅡel mayor le dio una palmadita a su hermano en su espaldaㅡPor lo que me contaste se ve que es una chica muy noble, si perdono a ese otro chico que le hizo cosas peores no dudes que también va a perdonarte ㅡlo animo dedicándole una sonrisa.

ㅡHa sufrido mucho, Hyung, no sé si su corazón pueda soportar otra mentira...

Taeyong bajó su mirada y por sus grandes ojos negros se asomaron lágrimas, Taehyung odiaba verlo destrozado desde aquella vez que su amigo había muerto, temía que Taeyong volviera a encerrarse en sí mismo. Quería ser el hermano mayor que estuviera ahí para ayudarlo a seguro adelante.

ㅡMentiste con tu nombre, Taeyong, no con tu corazón.

El pelinegro alzó su vista a su hermano de pronto al oír eso, Taehyung lo miró con una sonrisa y puso su brazo en su espalda.

ㅡ¿Amarla fue una mentira?

ㅡNo.

ㅡ¿Querer protegerla?

ㅡNo.

ㅡ¿Prometer dar tu vida por ella? ㅡinsistió, Taeyong volvió a negar quitándose las lágrimas de los ojosㅡEntonces debes aferrarte a eso, demuéstrale que el hombre que la rescató siempre ha sido y siempre será Lee Taeyong. No necesitas fingir ser yo para ser asombroso, Taeyong y lo sabesㅡDespeinó el cabello de su hermano como si fueran niños y eso logró poner a sonreír aunque sea un poco a Taeyong.

Ahora sabía que su hermano siempre tenía la razón, Taeyong tal vez no era ese chico con cinta negra en karate y con miles de trofeos por sus competencias. No era un empresario recién casado, ni el hijo favorito de sus padres, no tenía suerte y tampoco el carisma de Taehyung para agradarle a todo el mundo.

Pero Taeyong era mucho más listo para su edad, era una máquina de pelea, valiente y con un gran corazón. Sabía que lo que quería era proteger a los demás, lo había entendido gracias a Jinyoung.

ㅡDemuéstrale a todos quien eres, Taeyong, no tengas miedo a fracasar. Sabes que siempre estaré contigo para ayudarte en todo, hermano.

Taehyung lo había hecho sentir reconfortado con sus palabras, porque aunque todo el mundo estaba en su contra. Taehyung nunca lo había abandonado ni dejado atrás, a pesar de que ahora vivía muy lejos de aquí.