13 | 𝙱𝚎𝚜𝚊𝚖𝚎

1.8K 225 9
                                    

"Hay que aprender a bailar bajo la lluvia, aunque el agua éste a punto de ahogarnos" - Marta Lobo

No puedo evitar estar enojado con ella. Sé que no debería, pero no puedo evitarlo. Solo verla hoy con otro hombre, agarrándola, recorriendo su cuerpo como si le perteneciera a él. No digo que ella me pertenezca porque no es un objeto, lo que quiero decir es que me gustaría haber sido yo y ¡MIERDA! Vaya que he querido ser él.

Verla con ese vestido que estoy seguro de que a nadie le quedaría tan bien como a ella, solo me hizo perder la cabeza. No pude controlar mis impulsos, aunque mi cabeza me decía que me tranquilizara, que me lo merezco por no decirle quién realmente soy. Sé que Oliv merece saberlo, pero ya no soy ese Ian que la dejó aquella vez. ¿Cómo decirle a la persona que más quieres que ya no eres esa persona, que la vida te cambió, que todo es diferente desde el momento en que tuvo que irse?

Ahora la tengo aquí en mi departamento. ¿Por qué? No tengo la menor idea de por qué la traje aquí, pero es la segunda vez que la traigo. Sé que quiero estar cerca de ella, quiero cuidarla, quiero saber que está bien y que no le falta nada. Tengo tantas ganas de preguntarle cómo le fue en Boston, tengo tantas dudas que no podrán ser contestadas. Ella me dejó, se fue como todo el mundo hace cuando las cosas se ponen difíciles. Lo único que tengo ahora es rabia, enojo y rencor. Eso es lo que queda de mí. ¿Por qué se dejó tocar por él? No decía que aún me extraña. ¡Mierda y más mierda! Ella es igual a todas.

En estos momentos me encuentro con ella en la sala, mirándonos como si nos transmitiéramos todo lo que sentimos por el otro con solo una mirada, hasta que ella lo interrumpe.

- Mm... Ian, ¿crees que me puedas dar algo de ropa? - me pregunta, mirando al piso. Si ella supiera que quiero que se quede tal y cual está.

- Sí, claro, acompáñame - le digo, comenzando a encaminarme a mi habitación.

Mi departamento está conformado por una cocina, sala, baño de visita, una habitación para la lavandería, un cuarto de visita (el cual necesita una cama) y mi habitación. Logré comprarlo luego de participar en un par de peleas ilegales. La verdad es que me fue muy bien, pude ayudar a mi mamá para que comprara una casa y a mi hermana para que entre en una buena escuela, ya que quiere ser una doctora cuando termine la escuela y estoy totalmente de acuerdo con ella.

Llegando a mi habitación, me dirijo hacia el armario y comienzo a sacar una camisa junto a unos shorts de dormir. Volteo y se los entrego.

- Ya sabes dónde está el baño, y si deseas ducharte, también sabes dónde están las toallas - le digo, retirándome con ropa para mí hacia el otro baño.

La escucho decir gracias a lo lejos, pero la ignoro, siguiendo mi camino hacia el baño.

Luego de poder relajarme y bajar un poco mi mal humor, comienzo a cambiarme para preparar algo de comer. Pero escucho cómo tocan la puerta de mi baño. Cuando abro, no puedo creer lo que estoy viendo. Oliv está completamente desnuda, sujetando la toalla con su mano y sin poder evitarlo, la recorro de pies a cabeza. Sigue siendo igual de hermosa que siempre.

- Mm... Disculpa que te interrumpa - dice nerviosa. - Pero... - toma aire y habla mejor. - Pero no sale agua caliente de la ducha - mira al piso. - ¿Crees que puedas ver qué pasa?

Solo asiento con la cabeza. ¡Mierda! Jamás se me ha hecho tan difícil quitarle la mirada a una chica.

Vamos Ian, haz tenido mil mujeres desnudas frente a ti, ¿y vas a dejar que venga ella y te controle? Con ese pensamiento, me encamino al baño de mi dormitorio.

Veo cuál es el problema, abro la ducha, cojo la manija de agua caliente y efectivamente, sale helada. Entonces volteo y me choco con un cuerpo, con su cuerpo. Olivia me mira y se pone roja.

- Lo, lo siento - dice, pero no se aleja. Cada vez que la toco, quema, es como si sintiera una electricidad cada vez que nos tocamos.

- No te preocupes - es lo único que logro decir, mientras que mi brazo está rodeando su cintura. No sé en qué momento llegó ahí, pero no puedo sacarlo.

Se puede sentir toda la tensión, la falta de aire que hay, junto a nuestros cuerpos ardiendo.

Nuestros rostros comienzan a acercarse cada vez más, sus ojos dejan de verme para dirigirse a mis labios. Siento cómo sus manos suben a mi cuello, comenzando a darme caricias en él. Es entonces cuando mis ojos se dirigen a sus labios y veo cómo se los muerde. Es ahí cuando pierdo el control y todo se va a la mierda, decidiendo besar esos labios, esos labios que he querido que sean míos toda la noche.

La beso con furia, con seguridad, con frustración, y ella no se queda atrás; me sujeta del cuello, revolviendo el cabello como ella quiere. La aferro más a mi cuerpo, queriendo sentirla más. Así que me agacho y la cojo de las piernas para que las enrolle en mi cintura y la llevo al lavamanos, mientras le beso el cuello. Escucho cómo llama a mi nombre, volviéndome loco.

- Ia..n - dice agitada por mis besos.

- Me encan..ta com..o dices mi nom..bre - digo mientras me comienza a quitar el polo.

Sus besos se vuelven adictivos; siento cómo comienza a besarme el pecho cuando me quita el polo por completo y me mira con sus ojos brillando.

- Eres herm..oso - es lo que me dice.

- No, tú. Tú eres hermosa - logro decirle. Y comienzo a besarla de nuevo, noto cómo se le ha caído un poco la toalla, volviéndome completamente loco, se la arranco. Decido cargarla llevándola a mi habitación, escucho cómo se ríe, mierda, tiene la risa más hermosa que he escuchado en toda mi vida.

Una vez llego a la cama, la tiro en ella mientras se ríe, examinándola por completo, y decido acercarme a su oído.

- Eres la mujer más radiante que he visto en mi vida - le digo susurrándole en el oído.

Me alejo un poco y veo cómo me sonríe, como solo ella sabe sonreírme, me sonríe como cuando éramos chicos con cariño, y no puedo negar que eso me encanta, porque sé que así no le sonríe a nadie más, ni a aquel chico de la discoteca.

Entonces sé que me desea tanto como yo a ella cuando me dice...

- ¿Te vas a quedar ahí mirándome como un bobo o me vas a besar? - y no puedo evitar soltar una carcajada y la beso como nunca la han besado, adueñándome de su cuerpo, borrando todo toque que no sea mío. Una vez que me quito los pantalones, enrollo sus piernas alrededor de mi cadera y la vuelvo a besar. Beso sus labios, su cara, su cuello y comienzo a bajar admirando y saboreando esos perfectos senos. Ella me regala sus perfectos gemidos para mis oídos, mientras que yo adoro todo su cuerpo y sigo besando, besando sus costillas, besando el tatuaje que ambos nos hicimos, el que yo dibujé.

Ella vuelve a hacerme subir para mirarla, para mirar el deseo que tienen sus ojos, y no necesita pedírmelo porque yo también lo quiero, quiero exactamente lo mismo y más. Entonces la hago mía, le hago saber que nadie en este mundo la tratará como yo, la amará como yo, le hago saber que no es solo sexo, sino que es más que eso. Siento cómo aprieta cada vez más mi cadera, haciéndome saber que está a punto de venir.

- Vente, vente para mí, Oliv - le digo mientras escucho sus gemidos. Comienzo a moverme más rápido, porque quiero que lo disfrute, y ella cierra los ojos. - No los cierres, mírame, mírame a los ojos - le digo y ella me obedece, dándome los mejores cánticos de mi vida, de los que nunca me cansaré de oír.

- I..an y....a n..o puede..do ma..s - me dice, mirándome mientras se muerde el labio.

- N..o te contengas nena, no te can...tengas - le digo.

- I..ANNN

- OLI..V

Entonces la beso, callando nuestros gemidos, mientras que ya nos dejamos llevar por el placer.

Al terminar, veo cómo se le comienzan a cerrar los ojos, y la tapo, mientras que la acerco a mí, a mi pecho. Por primera vez, duermo en paz, sintiéndome completo al fin.

Si tan solo supieras...© COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora