Capítulo 1

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Caídas de infarto

 Samantha, ese es mi nombre, un nombre que nunca me ha llegado a gustar, uno que nunca uso para presentarme y uno que nadie usa para hablarme, a no ser que sea mi madre la que lo use, nadie mas puede hacerlo.                                                                                                                                        Hace dos meses que cumplí los 18 años y pase mis exámenes finales siendo la mejor de la clase por no decir la mejor del instituto. Lo admito soy una empollona no tengo nada de lo que avergonzarme, al contrario, supongo que me siento orgullosa de mi misma y de los logros que he conseguido durante los últimos años. la verdad es que durante los últimos años de mi vida he estado tan centrada en mi misma y mis estudios que nunca he tenido un amigo de verdad, siempre he estado centrada en mis estudios y gracias a ello hoy tomare un vuelo desde Virginia hasta California para comenzar mi primer año en la universidad como estudiante de Ingeniería matemática.

Antes de salir del baño me doy un último vistazo en el espejo. Me observo atentamente, no me considero una chica fea, pero se que no soy tan guapa como la mayoría de las chicas. Mi pelo liso de color rubio esta demasiado voluminoso, en teoría es liso pero hoy esta mas bien rizado por las capas inferiores dejando algunos mechones ondulados y otros completamente lisos, es indomable, puedo intentar taparlo con un gorro lo mismo me da, de alguna manera u otra siempre terminara ingeniándoselas para dar a conocer su verdadero yo. Mi cuerpo va por el mismo camino, mas que nada parece un espagueti, es delgado sin muchas curvas lo que me hace parecer un chico, lo único femenino de mi figura es la delantera que se asoma ligeramente a través del escote de mi blusa. Definitivamente creo que lo mejor de mi son mis ojos de mayoritariamente de color verde a excepción de algunas motas de color azul y marrón esparcidas en los bordes del iris.                                                                                                                            Para el vuelo decido ponerme un pantalón vaquero, una camisa blanca  y unos botines negros de tacón. Siento que me voy a la guerra y quiero causar buena sensación cuando llegue, quizás debería dejar aquí a la chica antisocial y hacer algunos amigos. No quiero perder la parte de mi que me hace destacar, pero quiero descubrir una parte que me haga ser un poco mas como los demás.

- ¡Sam, cariño date prisa o perderás tu vuelo amor! - grita mi madre desde la planta baja de la casa. Ella es lo único que voy a extrañar de Virginia el resto de lo que hay aqui me da igual, no tengo ningun lazo sentimental con cualquiera de las cosas que me rodean a parte de mi madre, nunca he sido una persona muy sentimental despues de todo.

- !Ya voy mama¡ - cojo mis dos maletas, mi bolso de mano y bajo las escaleras con cuidado de no matarme. Las maletas deben de pesar casi 40kg y yo sola no puedo con todo eso ni de coña, puede que este sea todo el ejercicio que haya hecho en casi.... que digo puede que este sea el mayor esfuerzo fisico que haya hecho en toda mi vida.

- Cariño voy a hecharte tanto de menos - me dice mi madre mientras me abraza a punto de hecarse a llorar, genial es el momento pasteloso, justo lo que me faltaba, ahora si que corro el riesgo de perder mi vuelo - cuídate mucho bebe, estudia y haz algún que otro amigo incluso un novio si puede ser - comenta riendose intentando suavizar la tragedia que ella misma esta causando. Yo por mi parte solo asiento a la vez que finalmente las lágrimas empiezan a salir de sus ojos. No por favor no te pongas a llorar ahora mama si no me ire un poco triste - Estoy tan orgullosa de ti bebe. - se sorbe los mocos y acaricia mi mejilla - Bueno la parte positiva de esto es que ahora hay mas helado para mi en las noches de American Horror Story

- Y yo mama, yo también te quiero - Es lo único que logro decir. No me gustan las despedidas, no son lo mío y nunca he sabido que decir. Le doy un último abrazo y salgo por la puerta para encontrarme de bruces con el taxi que me llevara al aeropuerto, ella tristemente tiene que ir a trabajar lo que significa que esta sera la última vez que la vea antes de las vacaciones de navidad.

El Playboy es mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora