11. Capitulo - Mañanas de Resaca

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Mañanas de resaca

Presiono mi espalda contra la puerta principal mientras me deslizo hacia sillón y noto como mis lágrimas están resbalando por mis mejillas.

- Lo voy a matar - oigo la voz de una mujer cerca de mi. Me había olvidado de que vivo con mas gente - Sam - oigo la voz de mi dolida compañera y el repiqueteo de sus tacones acercándose hacia mi - Sam no llores! - me dice en tono consolador y yo seco las lagrimas de mis mejillas con las mangas de mi chaqueta.

- estoy bien, solo me pillo con la guardia baja - miento, me siento como un pañuelo. De usar y tirar - voy a darme una ducha y quitarme todo esto - sonrío mientras hago un gesto en el aire para señalar mi probablemente corrido maquillaje.

- Esta bien - dice Molly dudosa cuando me levanto del suelo - date prisa Thomas va a preparar ya la cena! - dice ella sonriendo en un intento de cambiar de tema el cual aprecio mucho.

- Oh. Hola Thomas! - gritó desde mi cuarto por lo que no llego a oír su respuesta.

En la ducha siento que mis problemas se van por el desagüe, ojalá fuese así siempre. La vida seria mejor sin sentimientos, puede que mas aburrida, pero al menos me ahorraría esta sensación de vacío dentro de mi y un nudo en la garganta que apenas me deja respirar.

Se de sobra que puedo explotar de un momento a otro y ponerme a llorar como una posesa. No. No soy así, me tragare mis lagrimas, mis palabras, mis miedos, me tragare todo, lo guardare en un cajón bajo siete llaves y seguiré hacia delante como lo he hecho siempre.

Nunca me he enfrentado a problemas como este, por que si, estar enamorada de Nate es un maldito problema, es mi maldito problema que no seré capaz de superar nunca. Es irónico, dicen que nunca te enamoras como la primera vez, ¿se supone que las siguientes serán peor? O simplemente no estoy hecha para encontrar a alguien en mi vida?

Necesito sacar toda esta mierda de mi joder. Me permito seguir llorando silenciosamente durante unos segundos mas en el baño hasta que oigo a alguien tocara en la puerta, es hora de salir.

- Sam - repite Molly al ver mis ojos rojos

- Estoy bien - repito esbozando una falsa sonrisa, no quiero preocupar a mi amiga - de verdad - enfatizó para parecer más creíble, pero se que no logró el efecto deseado - vamos a cenar, muero de hambre! - miento, tengo ganas de vomitar. Molly me acompaña a la cocina donde hay miles de platos de comida servidos en el mostrador - Thomas, tu estas estudiando gastronomía, no me mientas! - hago una especie de chiste malo suavizarle ambiente.

Mi compañera se ve satisfecha y baja un poco la guardia en lo que respecta a mi situación, cosa que realmente agradezco mucho.

- Como puedes haberlo descubierto?! - dice riéndose. Este chico me cae bien - Shh, no se lo digas a Molly, es nuestro secreto - me guiña el ojo y vuelve a concentrarse en la presentación de su plato.

- Tranquilo, tu secreto esta a salvo conmigo! - vuelvo a reírme. Hablar con Molly es fácil, ella es comprensiva y protectora, pero creo que la definición de mejor amigo puede estar ante mis narices - me gustas, eres una buena persona, Molly tiene suerte de tenerte - digo sin pensarlo a la vez que una sonrisa bobalicona sale de mi boca. Desearía que Nate solo fuese como el.

No, tu no deseas eso, deseas que Nate salga de esa cabecita tuya. Solo eso Sam, el no es una especie de Thomas, es mas bien todo lo contrario.

- Gracias...supongo - dice algo confuso y yo me río ligeramente. Estoy demente.

- Hola chicos - el mellizo de Molly entra en la cocina, ¿el también va a cenar con nosotros? - Solo venia a roncar un ibuprofeno o todo el paquete - dice medio riéndose - Nate los va a necesitar mañana - esta vez la risa desaparece de su rostro y se dirige hacia mi - Gracias por traerlo, no debiste haberte preocupado por el. - Por una vez en mi vida no se que decir, pero lentamente las palabras vienen a mi mente.

El Playboy es mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora