La Malquerida

Solo Deseo

CM: no, no te preocupes, es normal, es por mi enfermedad, avanza rápido y es inevitable, ahora puedo morir tranquilo por que se que vas a cuidar de ella, ¿verdad?.

H: (asintió) de eso puede estar seguro.

CM: recuerdo aquellas tardes llenas de alegría que pasaba con tu padre, el señor Ríos era un hombre muy bueno, como lo eres tu, eso se nota sin necesidad de conocer a nadie, muchas veces hablemos del futuro, pensábamos en hacer que nuestros hijos se casaran para unir las dos haciendas más importantes de la región en una sola, y yo voy a conseguir ese anhelo que ambos teníamos, con mi muerte, voy a cumplir con mi cometido.

H: ¿mi padre quería algo así?.

CM: (asintió).

Vic: padre (entrando en el despacho con su mirada fija en unos papeles, no se había percatado de la precensia de Heriberto) ¿que son estos recibos?.....¿mil docientos dólares en un viaje a punta cana?, ¿te vas?..... (golpeó con su mano la mesa del escritorio) contesta, ¿te vas?, ¿cuando pensabas decírmelo? (estaba bastante enojada).

CM: quiero morir allí, Punta Cana fue el lugar dónde conocí a tu madre, y ese es el sitio donde quiero que mi corazón deje de latir.

Vic: no seas melodramático, no te puedes ir, te necesito aquí conmigo, padre.

CM: tu no me necesitas a mi, lo que necesitas en un hombre, enamorarte, casarte.....

Vic: JAMÁS (gritó).

H: no le grites a tu padre (decidió meterse en la discusión para que ella por fin notase que el estaba presenciando todo) tiene derecho a pasar sus últimos días dónde guste.

Vic: padre, creo que dejé muy claro que no quería a este señor en MI hacienda.

H: esta hacienda aún sigue siendo de TU padre, no tuya, aún no y mientras el lo permita y no tenga inconveniente seguiré viniendo (dijo con seguridad).

Vic: mire, caballero, usted todavía no me ha visto verdaderamente enojada, no conoce aún de lo que soy capaz, no del todo, así que yo le doy la oportunidad de que se retracte de la idea de seguir viniendo a esta casa, siga con sus cosas de médico cirujano barato y deje el campo a los que sabemos como funcionan las cosas por acá.

H: soy tan de campo como tu y se tanto como tu o más......y cuentame (acercándose a ella) ¿como sabes que soy médico cirujano?, nunca he dicho nada.

Vic: yo lo sé todo.

H: todo no, no sabes lo que es la humildad, la bondad y peor aún, no sabes lo que es amar, no me dan miedos tus amenazas, me dan lástima.

Vic: (le dio una cachetada, cuando trato de darle la segunda este detuvo su mano) ¿quien te crees para hablarme así? (alterada trataba de que el soltara su mano con movimientos bruscos).

H: para (dijo pero esta no le hizo caso) que pares, te voy a lastimar sin querer.

Vic: Suéltame (gritaba).

CM: Heriberto (poniéndose en pie para evitar que le hiciera daño a su hija).

H: no se preocupe señor Maldonado (sujetando aún a una inquieta Victoria) salga, déjeme a solas con ella.