..Nuestro Amor..

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Vic: muéstramela.

H: entremos (la tomó de la mano para llevarla hasta la cabaña pasando por todo el puente disfrutando de las vistas).

Se dirigieron a la cabaña, frente a la puerta, Heriberto se detuvo para dejar que ella diera el paso de abrir la puerta.

Vic: ¿no entrarás conmigo?.

H: si, pero debes pasar tu primero, la sorpresa es para ti.

Vic: me has pasado tus nervios (comentó soltando una risita que él acompañó, tomó el pomo de la puerta y la abrió de par en par para ver la sorpresa que aguardaba en su interior, vió todo decorado con petalos, velas y una música celestial que relajaba el sentido auditivo, en medio de la sala, alrededor de un corazón echo con más petalos y velas aromáticas había una pequeña mesa, sobre está una casita grande y otra pequeña, se acercó hasta ellas después de haber recorrido con su mirada cada rincón de la cabaña) ¿también son para mi?.

H: Si, también son para ti, ábrelas, aunque te recomiendo que abras primero la cajita pequeña...

Vic: (tomó la cajita en sus manos y la abrió, dentro vió un anillo, uno reluciente y precioso).

H: Victoria (hincó una de sus rodillas en el piso) ¿te quieres casar conmigo?.

Vic: mi amor (emocionada) claro que quiero pero tu y yo ya estamos casados.

H: lo sé, no será una boda tan real como la primera pero cuándo nos casamos por primera vez no fue del todo...bonito que digamos y esta vez quiero que lo sea, quiero que sea perfecto para los dos, solo la persona que nos casará tu y yo, cariño, un recuerdo que permanezca en el corazón de ambos para toda la vida, ¿que dices?, ¿mmh?.

Vic: ya lo sabes, contigo iría al fin del mundo, claro que me caso contigo de nuevo, mi vida.

H: (se incorporó) ¿me permites? (refiriéndose a ponerle el anillo).

Vic: Si (le entregó la cajita para que tomara el anillo y se lo colocara).

H: (depositó un beso en la mano dónde había puesto el anillo) ahora quiero que abras la otra caja.

Vic: (en la segunda había lo que parecía ser un vestido, al sacarlo de la caja vió que era un vestido blanco de seda, era muy bonito).

H: póntalo, yo estaré fuera, en la orilla de la playa, cuándo estes lista, sal, te estaré esperando.

Vic: Amor, ¿no me vas a esperar?, podemos salir juntos y dar un paseo por la playa.

H: no estaré lejos, estaré a unos metros de aquí solamente, tú cambiate sin prisa, ponte más bonita de lo que eres, te estaré esperando (le dió un beso) te amo, cariño (salio de la cabaña dejándola sola).

Vic: (sonrió mirándo como lucía aquel anillo en su dedo, era perfecto).

Mientras ella se alistaba con el vestido que le había regalado, Heriberto recivía a el juez que oficiaria la boda y un grupo de violinistas que tocarían la marcha nupcial nada más ver llegar a Victoria.

Ju: ¿Habrá boda? (preguntó ya que estaba esperando la respuesta de Victoria).

H: si (sonriente) habrá boda.

La MalqueridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora