Una verdad complicada

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H: (la besó) ve a por María, después te llamo para ver si llegaron bien a la casa.

Vic: si, adiós, mi vida (le dió otro beso y se fué).

Victoria recogió a María y se fue para la casa, la ayudó a hacer la tarea y después a bañarse.

Vic: ¿invitaste a tus amigos a pasar el fin de semana en casa?.

Ma: si, me dijeron que se lo iban a decir a sus papás para que les dieran permiso.

Vic: el viernes en la noche tu papá y yo vamos a salir, te quedarás con Lola, ¿no te importa?.

Ma: no, papá y tu tambien tienen que tener su citas románticas.

Vic: no es exactamente una cita romántica, princesa, es una fiesta con compañeros de la universidad.

Ma: ¿como es la universidad?.

Vic: pués como tu escuela pero con jóvenes mal hablados y con mucha testosterona.

Ma: ¿que son las testosnonas? (Se le dificultó decirlo).

Vic: testosterona....es algo que te sale cuándo eres adulto, no puedo explicartelo muy bien, mi vida.

Ma: ¿Avelina se pondrá bien?, estoy preocupada por que ni papá ni tú me han dicho que le pasa.

Vic: ni siquiera yo se que le pasa, cariño.....

Con heriberto.

Bal: voy a estudiar con detenimiento los análisis que me has dado, necesito que le hagas también un tac y una resonancia y que me pases los resultados por mi correo.

H: voy a mandar a hacerle el tac y la resonancia y después haré unas llamadas para instalar todo lo que Avelina necesita en la hacienda.

Bal: bien, si la transladas, avísame y mándame la dirección del lugar, aunque de una vez te digo que cuándo tenga que operarla habrá que traerla de vuelta.

H: sin ningún problema, quiero que Avelina esté en la hacienda para que pueda estar más cerca de mi mujer, aunque recuerda que no puedes decirle nada a mi mujer.

Bal: yo no diré nada pero sigo pensando que deberías hacerlo tú, no sabes si le queda mucho tiempo de vida a esa mujer, la ética siempre debe estar presente en nuestra profesión.

H: no me falta ética, Fernándo, me falta valentía, no quiero ver sufrir a mi mujer y mucho menos que tenga una perdida por mi culpa, no me lo perdonaría jamás.

Bal: dile poco a poco, tu esposa debe entender que son cosas que pasan en la vida, hazlo, cuéntale, ¿que le dirás si de repente me la tengo que llevar para poder operarla?.

H: no lo sé, no sé que le diré en ese momento, no me pongas peor de lo que ya estoy, para mi no es fácil ocultarle cosas a mi esposa.

Bal: (suspiró) no nos conocemos tanto, pero si de verdad la amas y no quiere perderla, dile la verdad ahora que estás a tiempo.

H: le prometí a Avelina que no lo haría.....

Bal: esa es una promesa que debes romper por el bien de tu familia.

H: (quedó pensativo).

Bal: ¿ya vas a salir? (Preguntó).

H: si, ya me voy para mi casa, ¿bajamos juntos?.

La MalqueridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora