Juego peligroso

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X
1: estamos en el campo, patrón (habló otro) esos animales son muy avituales por aquí.

H: ¿ah si?, que coincidencia que esta vibora entrara sin ser vista y llegara justamente hasta la cama donde casualmente duerme mi esposa.......espero no enterarme de que mienten y menos de que alguno de ustedes trató de tentar contra mi mujer, por que entonces si que va a tener consecuencias.....(le dio la caja a uno de los empleados) dejala lejos de la hacienda (entró nuevamente a la casa).

Lo: Don Heriberto, ¿la patrona estará bien? (Angustiada).

H: Si, ella estará bien, no te preocupes (se retiró).

El teléfono de la casa sonó y Lola tomó la llamada.

Lo: Hacienda La Malquerida, ¿quien habla?.

Av: soy yo, Lola, Avelina, ¿está mi niña por ahí?, la estuve llamando a su celular pero no me contesta.

Lo: hay, mmmh, este.....ella salió con el patrón (inventó para no preocuparla).

Av: ¿salió?, ¿y no sabes si se llevó su celular?.

Lo: no lo sé, puede que se lo haya dejado atrás.

Av: bueno, entonces cuándo regrese dile que llamé y que espero su llamada.

Lo: se lo diré en cuánto la vea.....

Av: gracias, adiós Lola, cuídense mucho.

Lo: Igualmente, Avelina, te queremos mucho, bay (colgó) "hijole, menos mal que estuve rápida".

Unas horas más tarde.

Victoria se despertó con algo de dolor en uno de sus muslos por la mordida de la víbora, se levantó y salió de la recámara, bajó las escaleras hasta llegar al enorme sillón de la sala y se sentó en esta sirviendose una copa de whisky.

Vic: "¿quien demonios habrá puesto esa víbora en la cama?.....sea quien sea va a pagar por ello" (una mano que le arrebataba su vaso con el contenido aún intacto la sacó de sus pensamientos).

H: no puedes tomar nada, te dí un medicamento para los dolores y no los puedes mezclar con alcohol (informó dejando el vaso sobre la mesa y sentándose a su lado).

Vic: un trago no me hará daño (reñistó).

H: aquí el médico soy yo, ¿recuerdas?.

Vic: (suspiró) ¿sabes si alguno de los trabajadores vio a alguien entrar en la casa?.

H: les pregunté pero me dijeron que no, no vieron nada.

Vic: alguien está tratando de atentar contra mi (espetó segura).

H: tienes muchos enemigos, depués de todo lo que has echo sabías que tarde o temprano vendrían buscando venganza.

Vic: ¿quien está lo suficientemente loco como para querer jugar con fuego?.

H: alguien que seguramente no teme a quemarse, alguien que quizá lo único que le siga manteniendo con vida sea ese odio que te guarda (respondió para hacerle entender).

Vic: antes yo tenía esa ventaja, poco o nada me importaba, pero ahora si puedo decir que tengo miedo, mucho miedo.....no me gustaría que te lastimaran a ti, o a María....

La MalqueridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora