La Malquerida

Interrogatorio

Vic: si.....(salió del despacho).

H: dios, perdoname por callar, pero es la mujer que amo, no puedo culparla aunque lo que haya echo sea tan.....tan cruel, no puedo, no puedo, lo siento.....(llorando) ella es mi mundo, ya no se vivir sin esa mujer a mi lado, no me culpes por amarla tanto, por amarla por encima de mis princípios, por favor, ayudame, ahora necesito de tu fuerza más que nunca, señor.

Avelina tomó la llamada de Victoria.....

Av: hola, mi niña, llegué bien, tienes que ver todo esto, es hermoso.

Vic: me alegro de que te esté gustando.

Av: ¿como van las cosas por ahí?.

Vic: bien (mintió).

Av: ¿y con tu marido?, mira que no quiero regresar y ver que están distanciados, eh.

Vic: estamos bien, nana..... te llamé para saber como estabas y para decirte que te cuides mucho por allá.

Av: te agradezco que te preocupes, aunque yo me angustio mucho al estar lejos de ti, cariño.

Vic: disfruta, el tiempo pasa rápido como dice Heriberto, pronto nis veremos de nuevo y estaremos juntas.

Av: (se escuchó la voz de alguien que la llamaba para comer) mi niña, te tengo que dejar, por favor, no hagas locuras, vive tu amor y goza con tu marido.

Vic: gracias por el consejo, eso haré, adiós nana, cuídate (colgó).

Heriberto parecía estar estresado, los ojos los tenía rojos por haber estado llorando, pasó cerca de dos horas de haber vuelto del hospital cuándo tocaron el timbre, miró por el ventanal del despacho y vio una patrulla.

H: Victoria (la buscaba) Victoria......(la encontró en la entrada, con la puerta abierta y hablando con los agentes, ella parecía estar segura de su cuartada, tanto que su voz no se oía temblorosa, tampoco se le notaba diferente, se acercó a ellos)......hola, Leonel.

Leonel: Hola Heriberto, lamento tener que molestarte también aquí, pero tenemos que interrogar a la señora Sandoval.

H: mi mujer no ha cometido ningún delito, Leonel, así que dejala en paz (serio) estoy cansado de que siempre traten de acusarla de todo.

Leonel: discúlpame, Heriberto, pero tenemos la obligación y el deber de investigarla, por todos es sabido las mañas de la señora, ¿no es así? (miró a Victoria).

Vic: Heriberto, no discutas con este bueno para nada, no vale la pena, tu eres un hombre culto, el no, no entenderá nada de lo que digas......(a Leonel) hablemos fuera, no quiero su presencia en mi hogar......

H: (miraba a Victoria con cara de súplica).

Vic: haz lo que tengas que hacer, yo atenderé a Leonel (le dio un beso).

Leonel: no te vayas lejos, después ye interrogaré a ti.

Vic: (salió con el a la calle) vamos al grano, no tengo todo el día.

Leonel: paciencia......¿dónde estuviste anoche?.

Vic: ¿anoche?, me alegra que me preguntes eso, estuve teniendo sexo con mi marido.

Leonel: ¿hasta que hora? (Volvió a preguntar).

Vic: hasta bien tarde.